Esperanza Aguirre dice adiós

Mariano Rajoy ya puede respirar aliviado. Esperanza Aguirre, referente para el sector más duro del PP, que podríamos definir como neoliberal y neocon, abandona la primera línea de la política. La presidenta de la Comunidad de Madrid, uno de los graneros de votos del PP, anunció hoy su dimisión y la renuncia a su acta de diputada en la Asamblea de Madrid por «motivos personales», lo que ha abierto las quinielas a propósito de las razones de fondo para una marcha sorprendente que ha pillado con el pie cambiado al portavoz del PP, que acababa de concluir la rueda de prensa habitual de los lunes en la sede de Génova.

Aunque se apunta a que había comunicado su decisión al presidente del Gobierno, lo cierto es que, a esta hora de la tarde, todos son rumores sobre las razones de su marcha, después de 29 años en política: desde problemas con el cáncer que le detectaron hace unos años hasta discrepancias políticas con la dirección del PP, que se han puesto de manifiesto en el sainete en torno a la excarcelación de Josu Uribetxeberria Bolinaga.

Esperanza Aguirre, que no ocultó nunca que Margaret Thatcher era uno de sus refentes ideológicos, afrontó en mayo de 2011 su tercera legislatura al frente de la CAM, tras haber sido presidenta del Senado y ministra de Educación y Cultura del primer gobierno de José María Aznar. En el recuerdo queda cómo accedió al poder en Madrid, tras el escándalo del ‘tamayazo’, que obligó a repetir unos comicios que había dado como ganador al PP, pero no con la mayoría suficiente para evitar un pacto entre el PSM de Rafael Simancas e IU de Fernández, y cuyos ecos se recuperan hoy, con la decisión de Adelson de elegir Madrid -y Alcorcón- como posible ubicación de su casino Eurovegas.

Confirmó que es una maestra en comunicación y, a pesar de rumores sobre su salto a la empresa privada (donde le podría esperar un sustancioso contrato en Vocento), eligió el momento que más le interesó para realizar este anuncio y dar cancha a las especulaciones sobre los motivos reales de su adiós. Como viene siendo habitual en toda su trayectoria, se ha llevado toda la atención de los medios, lo que debería preocupar a Alfredo Pérez Rubalcaba, que esta noche se enfrenta a cinco periodistas en horario de máxima audiencia en TVE.

Se despide un producto político puramente madrileño, circunstancia que, seguramente, fue lo que le impidió dar el salto para disputar el liderazgo del PP en el Congreso de Valenica, tras la derrota de Mariano Rajoy de 2008, aunque eso no significó que no fuera una de las voces que más claramente se pronunciaron a favor de la necesidad de un relevo en el PP para elegir un candidato a Rajoy, con el beneplácito de El Mundo, la COPE y Telemadrid, que fueron las terminales mediáticas que difundieron sus mensajes. La victoria del PP en las elecciones municipales y autonómicas de 2011, que anticiparon su mayoría absoluta en noviembre, fueron la antesala de su derrota política, que sólo se revolvió cuando Mayor Oreja se pronunció a propósito de la política antiterrorista del Ejecutivo de Rajoy.

Detrás quedan sus disputas públicas con Alberto Ruiz Gallardón, que vivieron sus momentos de mayor tensión con la sustitución de Miguel Blesa al frente de Cajamadrid, en 2009; el accidente de helicóptero que sufrió, junto a Rajoy, en Mostóles en 2005, del que salió ilesa; el atentado de Bombay, en noviembre de 2008, tras el que compareció con sandalias y los calcetines que le habían proporcionado en el vuelo que le trajo de vuelta a España; sus victorias en los sucesivos congresos del PP de Madrid, por porcentajes «a la búlgara»; sus apariciones en las fiestas populares de Madrid vestida de chulapa y el uso de un tono castizo (la última, las «mamandurrias»); su defensa del liberalismo pero no en relación a la libertad de expresión (ver post sobre su último problema con Telemadrid); o el incidente con la mujer que le lanzó un tupper vacío en protesta por los recortes emprendidos en educación en la CAM.

Deja una CCAA en la que ha desmantelado buena parte de los servicios públicos, razón por la cual tiene movilizada a la comunidad educativa, al personal sanitario (con el que ya tuvo su particular enfrentamiento a propósito del caso Severo Ochoa), a los bomberos, a la policía, a los funcionarios, a todo el movimiento 15M, que contribuyó a criminalizar, y a las centrales sindicales, contra las que ha cargado reiteradamente. Se marcha con el apoyo apenado de los empresarios madrileños y con 1.548.306 votos conseguidos en las últimas autonómicas (51,73% de votos y 72 diputados de los 129 que componen la Asamblea).

Aguirre se va, pero deja:

  • Todo su legado político, en la persona de su delfín, Ignacio González, como presidente en funciones, que se someterá a un debate de investidura. González, que no es un dirigente que goce del aprecio de Génova, tiene en su haber también problemas judiciales a propósito del alquiler de un ático en Marbella, Málaga, por el que la policía le investigó por un supuesto delito de blanqueo de dinero [http://cort.as/2U6A ] y por las implicaciones familiares en torno a la privatización del Canal Isabel II o el campo de golf de Chamberí.
  • Una forma de hacer política que inaugura los productos típicamente madrileños que, en cierta forma y con matices, enlaza con el éxito de UPyD: se trata de productos centralistas, nacionalistas españoles, con sesgos populistas y, con permiso de la Cataluña de Mas, como laboratorio del neoliberalismo europeo
  • La evidencia de que hacer política en Madrid implica hacer política a nivel nacional. Aguirre ya lo aprendió en su día Alberto Ruiz Gallardón, cuya manera de actuar fue inmediatamente traspasada por la maestría de Aguirre. La estrategia de Tomás Gómez, al frente del PSM, también invita a pensar en que se apunta a esa forma de hacer política, dados los réditos electorales que proporciona.
  • A partir de hoy, tanto el Ayuntamiento de Madrid como la CAM pasarán a estar gobernados por los sustitutos de los números 1 de las listas del PP, lo que confirma que existe un problema de liderazgo en Madrid. Gallardón se marcó al Gobierno central como ministro de Justicia y Aguirre, lo veremos. Ambos demuestran que sus aspiraciones estaban muy por encima de los cargos políticos que ocupaban aunque, a día de hoy, sólo Gallardón sigue apareciendo como «presidenciable» (en el caso de que Rajoy se vaya)

La prueba de que es una dirigente que no deja a nadie indiferente la tenemos en la reacción que se ha tenido en Twitter (donde es TT desde que anunció su marcha, con hashtag como #Aguirredimite, #Estedimite, #IgnacioGonzález y #GraciasEsperanza) y la convocatoria de un evento en Facebook para despedirla desde la Puerta del Sol: http://www.facebook.com/#!/events/354062108019215/?notif_t=plan_user_joined

ACTUALIZACIÓN: Capturas de las versiones digitales de los principales diarios impresos a la 1.20 de la mañana. La noticia de apertura, indiscutible, seguía siendo el adiós de la presidenta regional madrileña. También incluimos el comunicado que, veloz, ha difundido la Presidencia del Gobierno para dar su versión de la reunión mantenida esta mañana por Rajoy y Aguirre:

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Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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