Bulgaria, día 156: La Generación F sigue en la calle

A pesar del silencio informativo en España, cinco meses después, la movilización ciudadana contra el Gobierno y el sistema político búlgaro sigue en marcha, con el mismo grito: «¡Ostavka! (dimisión)! La Generación F -término manejado por Maxim Behar para referirse a los grupos de personas conectados a través de las redes sociales, particularmente Facebook, que se utilizan como cauces de expresión y, en su caso, de reivindicaciones políticas- sigue en la calle gritando contra el Gobierno y estableciendo una línea divisoria entre nosotros (los ciudadanos) y ellos (a los que denominan mafia).

Este martes, cientos de estudiantes volvieron a intentar rodear el Parlamento para impedir la salida de los diputados, una acción simbólica desde que,a primeros de junio, comenzó el que podríamos llamar «el verano búlgaro».

Entonces, miles de personas se manifestaron en Sofia y en buena parte de las ciudades del país contra la corrupción, que personificaron en la elección como jefe de los servicios secretos del dueño de uno de los holdings empresariales del país, surgidos al calor de las privatizaciones. Era la reacción ciudadana a la acción del Gobierno recién salido de las urnas, liderado por el socialista Plamen Oresharski, que consiguió formar gabinete a pesar de ser la segunda fuerza parlamentaria:

Este domingo, miles de estudiantes se manifestaron en Sofia contra una crisis que obliga a la población a la emigración [«Estamos protestando antes de que nos convertimos en mendigos con una educación superior»]. La protesta se produjo el mismo día en el que se celebraba el 24 aniversario de la caída del régimen comunista, una protesta que sirvió para realizar una elipsis histórica (ambos procesos políticos son iguales) y denunciar lo que califican de»mentiras y de empresarialización del entorno político y social». Al Gobierno se lanzó un mensaje claro: «Se acabó el plazo«.

Según un sondeo de Alpha Research, la protesta, que llegó poco después de que uno de los líderes del MRF (que apoya al Gobierno) tuviera que dimitir tras conocerse que estaba siendo investigado por fraude fiscal y el blanqueo de dinero, sigue estando respaldada por 6 de cada 10 búlgaros, descontentos con la calidad de sus instituciones democráticas. El pasado mes de febrero, la protesta continuada por el incremento de las tarifas eléctricas y de los precios de la calefacción tumbó al Gobierno de Boiko Borissov.

El movimiento indignado búlgaro se vincula a las formas de protesta que se han producido en otros países de Europa, EEUU o América Latina, con la ‘primavera árabe’ como prefacio. En general, como recuerda el Council of europeans studies, se combinan acciones para reclamar una mayor democratización de las estructuras estatales y de la gobernanza mundial, al tiempo que, en determinados entornos, la protesta ha tenido un fuerte componente de crítica hacia las políticas de austeridad que engarzan con el pensamiento neoliberal y conservador, con fuertes componentes de autoritarismo.

Bulgaria, uno de los países más pobres de la UE, vive así una conflictividad social permanente, sin precedentes desde su proceso de democratización, que sigue contanto con el respaldo de una parte importante de la ciudadanía, que ha visto cómo la entrada del país en la UE ha derivado en parálisis económica [30.000 personas perdieron sus viviendas por impago en 2012, según Mariya Ivancheva], un envejecimiento de la población debido a la emigración de los más jóvenes y por el descenso de la natalidad paralelo al aumento de la mortalidad.

Mientras tanto, los sondeos sobre intención de voto confirman el descrédito de los partidos con representación parlamentaria:

bULGARIA

El GERB, la formación del ex primer ministro Borissov, hoy no superaría el 20% de intención de voto (18.6% de media, -11.6 puntos respecto a las elecciones de mayo). Los socialistas serían la fuerza más votada con el 20.6% de los votos y con horquillas que sitúan el mínimo en el 18%. Su socio de Gobierno, el Movimiento por los derechos y las libertades, pierde la mitad de su representación, y se quedaría con una media del 5.8% (-5.5 puntos respecto al último resultado). Por su parte,  ka Unión de Ataque nacional,Ataka, ni siquiera tendría representación en este nuevo Parlamento.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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