Este jueves se presenta en sociedad Guanyem Barcelona (Ganemos Barcelona), una iniciativa cuya cara visible es Ada Colau, conocida para el gran público por su labor al frente de la PAH, y que pretende aglutinar a diferentes partidos de izquierdas [ICV, EUiA, Procés Constituent, CUP y Podemos] para presentar una candidatura unitaria en Barcelona en las próximas elecciones municipales.
Este lunes, para preparar el terreno, la plataforma hizo público un spot de presentación que cumple con las reglas básicas de las nuevas formas de hacer política, reglas que permiten que llegue al target de ciudadanía: su difusión a través de sus cuentas en Twitter [@guanyem] y Facebook, su realización y su duración:
En menos de un minuto, el dibujo de una niña -que refleja la potencialidad del crecimiento en movimiento constante- sirve para trasladar un mensaje elaborado de forma sencilla, como si de un juego se tratara, en un ambiente en el que no faltan las risas, el intento de amarrar los globos (como metáforas de los problemas a los que se enfrenta la sociedad). De fondo, el discurso de la plataforma, que plantea una forma distinta de acercarse a la democracia tras décadas de discurso TINA (There Is Not Alternative] a partir de posiciones de democracia radical y deliberativa:
“Nos dicen que no hay alternativa, pero no es verdad. Hay recursos para todos, pero se han de repartir. Tenemos la posibilidad de hacerlo, de hacerlo entre todos. Desde abajo. Poniendo en práctica nuevas maneras de hacer política. Recuperemos la democracia. Guanyem Barcelona»
En su primer manifiesto, Guanyem Barcelona defendió la necesidad de «reapropiarse» de las instituciones para ponerlas al servicio de las mayorías y el bienestar común: «Para demostrar que lo sabemos hacer de otra manera tenemos que ir paso a paso. Y el primer paso es empezar por aquello que conocemos de cerca: el ámbito municipal, nuestra ciudad, nuestros barrios”.
Se busca que Guanyem Barcelona sea «un espacio decisivo para impulsar la rebelión democrática que hace falta». Entre sus propuestas: acabar con la acumulación de cargos, limitar sueldos y mandatos, impulsar agendas transparentes, la elección directa de los concejales de distrito, controles sociales sobre los presupuestos, políticas a favor del transporte público, recuperar «el control democrático del agua» y combatir la especulación del suelo a través de medidas fiscales y urbanísticas.
Procés Constituent y la CUP han valorado ya la iniciativa y decidirán su estrategia de forma asamblearia. Por su parte, Podemos en Cataluña también ha saludado la iniciativa y también concretarán su estrategia en los próximos meses.
La iniciativa también ha sido saludada por otros colectivos e la Ciudad Condal, como Ciutat Oberta y la plataforma Socialisme, Catalunya i Llibertat, que encabeza el exdiputado del PSC Toni Comín. También en Madrid se mira con interés los movimientos que llegan desde Barcelona y que pueden constituir la base de la cristalización del cuestionamiento del sistema que se planteó durante el 15M y que ya comienza a dar sus primeros pasos para institucionalizar la protesta.
Tras el choque de realidad que supuso el avance de Podemos en las elecciones europeas del 25 de mayo, éxito que hizo que este lunes su líder, Pablo Iglesias, consiguiera llenar el desayuno informativo en el hotel Ritz y que propició que el fenómeno ocupara tiempo en las tertulias de los medios escorados a la derecha, el ejemplo de Guanyem Barcelona se postula como otro dolor de cabeza para las formaciones centrales del sistema de partidos, tanto en Cataluña como en el conjunto del Estado.
CODA. Recomendamos leer la columna que hoy publica Gerardo Pisarello en www.eldiario.es sobre Guanyem Barcelona, un proyecto de municipalismo constituyente que, si cristaliza, puede ser la plataforma que cambie la política desde abajo en otras zonas urbanas. Recuerda las bases históricas de democracia desde lo local [«Este vínculo entre municipalismo y ruptura democrática es todo menos fantasioso. Ha tenido una presencia decisiva en la historia reciente y en el imaginario de diferentes tradiciones libertarias, republicanas y federalistas»] y lo contrapone a la retirada del municipalismo durante la Transición política, una suerte de «ofensiva elitista y tecnocrática (que) ha generado desigualdades y precariedad, y ha laminado derechos conquistados con esfuerzo».
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