Magnífica lección dirigida a quienes sostienen aún que los medios de comunicacion audiovisuales difunden la realidad a partir de la supuesta objetividad de la imagen.

Estamos ante una conversación que persigue como objetivo mostrar la tipología de las mujeres brasileñas en un intento de romper con los estereotipos que proyectan un país donde la raza aria es mayoritaria:

Nada es casualidad, como tampoco lo es que uno de los iconos del país sea la chica de Ipanema o que el símbolo de mujer brasileña sea la modelo Gisele Bündchen (blanca, alta, delgada, rubia), cuyo apellido denota ya su origen familiar en uno de los países más desiguales del mundo, donde ser blanco y rubio es una carta de presentación para acceder a estamentos privilegiados a nivel social, mediático, económico y político.

Los medios de comunicación construyen realidad y, hasta que Lula da Silva no accedió al poder, el Brasil negro y mestizo, el de las favelas y la esclavitud como práctica hasta antesdeayer, ni siquiera figuró en su agenda. El Mundial de fútbol, además de ser un aldabonazo para denunciar la corrupción y el derroche en un país en el que, en 2008, el 10% de su población concentraba el 75.5% de la riqueza, es la mejor oportunidad para romper estereotipos.