Entrega del sondeo de Celeste-Tel publicado en eldiario.es, el primero que hace público esta empresa desde el mes de abril, con la misma tendencia que entonces: PP y PSOE aguantan en intención de voto con las nuevas formaciones situadas por debajo del 15% de intención de voto, un escenario que contempla Celetes-Tel y alguna empresa más (otras optan por plantear un tripartidismo o multipartidismo, con C’s como el cuarto invitado).
De acuerdo a los datos, a partir de 1100 entrevistas realizadas entre los días 1 y 5 de julio, el PP ganará las elecciones con el 30.1% de los votos y 134-138 diputados, -14.5 puntos respecto a las elecciones de 2011 y un porcentaje casi idéntico al de abril de este año:
El PSOE sería segunda fuerza con el 27.2% de los votos,-1.5 puntos respecto a 2011 y +1.3 en relación al mes de abril. ESo se traduciría en un aumento de 110 a 118-125 el número de asientos en el Congreso, de manera quelos socialistas volverían a niveles obtenidos en 2000 por el PSOE de Joaquín Almunia, el peor registro obtenido desde la restauración democrática hasta los comicios de 2011.
Podemos lograría el 13.2% de los votos (+1 puntos respecto a abril) y hasta 35 diputados mientras que C’s convencería al 10.5% del electorado (-1.5 puntos en relación al barómetro de abril) y obtendría entre 20-22 escaños.
Con un supuesto de participación del 65.91%, 8 puntos menos que en 2011, IU pasaría del 6.9% al 4.7% de los votos (4-6 diputados) y quedaría claro también el escenario territorial: CiU seguiría como primera fuerza en Cataluña (aunque pasa de 16 a 10-11 escaños), a pesar de que ERC triplica su resultado; El PNV vuelve a ser la fuerza más votada en Euskadi, y podría ganar un escaño mientras que Amaiur podría perder hasta tres asientos. Y Compromís pasa de 1 a 3 diputados, a la espera de que pueda convencer a más electores dado su protagonismo tras el 24M.
Eldiario.es publica los datos de Celeste-Tel sobre voto directo y simpatía de los distintos partidos, con una novedad respecto a otros trabajos demoscópicos: los porcentajes que reciben PP y PSOE son significativamente mayores en esta ocasión, de manera que su implantación tiene mucho que ver con la estimación de voto que se le atribuye.
Tanto la diferencia respecto a otros sondeos como la escasa distancia entre intención de voto e implantación electoral nos hace pensar que los datos están equivocados. De todas las formas, destacamos los porcentajes que reciben las cuatro fuerzas principales: PP, 30.13%; PSOE, 27.28%; Podemos 13.21% y C’s 10.51%.
En cuanto al grado de lealtad que reciben los partidos respecto a sus votantes, vemos que el PSOE es el partido que mantiene mayor movilización entre los suyos: el 72.01% estaría dispuesto a volver a votar sus siglas, un porcentaje que tenemos que poner en contexto. En 2011, los socialista sufrieron una derrota sin precedentes y fue entonces cuando experimentó la fuga de votantes que, parece, le está costando recuperar. De ahí que sea normal este porcentaje, ya que estamos hablando de los fieles. En el caso del PSOE, un 13.14% de sus votantes mantiene que votaría a Podemos, con un 7.88% que se iría a la abstención. El 3.94% votaría por C’s.
El 61.60% de los votantes del PP volvería a repetir estas siglas, con un 19.79% que se iría a la abstención (porcentaje al que se amarran los dirigentes del PP para analizar los resultados electorales de las municipales) y un 10.97% a C’s. En el caso de IU, conserva sólo a 4 de cada 10 votantes; el 33.81% votaría Podemos y el 10.50% se iría a la abstención. El 8.78% daría su confianza al PSOE.
También resulta interesante analizar el voto según la edad, con las dinámicas que hemos contemplado en otros análisis aunque aquí se presentan corregidas: Los votantes más jóvenes son los más proclives a abstenerse (51.04%), +22.7 puntos respecto al grupo de edad que tiene menor porcentaje de abstención. Sin embargo, a diferencia de trabajos como el del CIS, en esta ocasión el voto a PP, PSOE y Podemos es bastante parecido en la franja de edad de los situados entre 18 y 30 años:
Vemos, eso sí, cómo esta igualdad se empieza a romper en los siguientes grupo de edad, de manera que Podemos tiene una influencia residual entre los mayores de 65 años (3.15% frente al 11.46% de los menores de 30 años) mientras que el PP va incrementando su influencia según se cumplen años: el 8.13% de los menores de 30 años al 28.35% entre los mayores de 65 años. En el caso del PSOE, contemplamos que hay mayor estabilidad en su penetración según los grupos de edad: del 11.98% entre los más jóvenes al 18.18% en el siguiente grupo de edad, 18.3% entre los que tienen 45-64 añós, y 18.11% entre los votantes más veteranos.
Consideraciones
- De acuerdo con la estimación de Celeste-Tel, el resultado de las elecciones y sus consecuencias no habrían tenido efecto en las expectativas de voto de los populares de cara a las elecciones generales, algo difícil de creer si tenemos en cuenta cuándo fue la recogida de datos: En esos días se vislumbraba que el PP quedaría desalojado de ayuntamientos y gobiernos regionales pero no se conocía la dimensión real de la pérdida de poder territorial.
- La suma de PP y PSOE se sitúa en el 57.3% de los votos, -16 puntos respecto a la suma de votos que arrojaron las urnas en 2011, lo que insiste en la corrección del bipartidismo imperfecto que regía nuestro sistema político. Como hemos visto en los comicios del 24M, la tendencia es a una fragmentación del voto creciente que se explica por la caída del apoyo a las fuerzas centrales del sistema de partidos español (particularmente al PP) y por la dispersión del voto (tanto en las fuerzas nacionalistas como en los partidos emergentes).
- Con estos resultados, el PSOE podría esgrirmir que apenas ha variado su suelo electoral respecto a 2011 (aunque no habría sido depositario del voto de castigo al PP, en la peor legislatura de su trayectoria). En el caso del PP, aunque queda lejos de su peor resultado en las urnas (25.97% en las elñecciones de 1986, todavía como Alianaza Popular), consigue el peor resultado desde la refundación del partido.
- Los ‘populares’ se dejan 14 puntos, una barbaridad si se tiene en cuenta que entre 2000 y 2004, en las elecciones tras una legislatura muy dura por parte del PP de Aznar y con el recuerdo del atentado del 11M, Génova perdió sólo 6.81 puntos. La pérdida de apoyos por parte del PP se parecería mucho a los 15.1 puntos que se dejó el PSOE desde las elecciones de 2008 y las de 2011, con un único consuelo: la competencia electoral respecto al PP sigue siendo significativamente menor que la del PSOE.
- Celete-Tel plantea un supuesto de participación inferior al de 2011, una tendencia novedosa si se tiene en cuenta que, en las pasadas elecciones, la participación creció respecto a mayo de 2011. Salvo sorpresa, lo normal es que, cuando se convoquen las elecciones generales, haya mayor grado de movilización de un electorado que en 2011 no fue a las urnas (y que compense el porcentaje de votantes del PP que decidan castigar a su partido con la abstención).
En cuanto al futuro, la primera conclusión, si hubiera este reparto de votos en las elecciones generales, es que no sería suficiente con salidas como las que hemos visto en Andalucía o Madrid. Al PP no le bastaría sólo con los votos de C’s (la suma de los escaños, en las horquillas máximas de ambos, dan 160 asientos, muy lejos de la mayoría absoluta). Es la misma cifra que, por cierto, da la suma de los escaños de Podemos y PSOE en sus horquillas máximas.
Así, la política española se fragmenta y, con estos porcentajes, las formaciones nacionalistas seguirán siendo la bisagra para decantar el poder a un lado u otro del espectro ideológico.
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