Grecia cumple el guión previsto y volverá a votar el próximo 20 de septiembre la composición de un nuevo Parlamento si, como se espera, Nueva Democracia no logra formar un gobierno alternativo al de Syriza y Griegos Independientes.
Un día después de hacerse efectivo el pago del primer tramo del tercer rescate a la economía helena acordado por Atenas y las instituciones europeas, Alexis Tsipras se dirigió a la nación para anunciar su dimisión y la convocatoria de elecciones anticipadas, apenas ocho meses después de la llegada al poder de Syriza: «Mi mandato del 25 de enero ha vencido. Ahora el pueblo debe pronunciarse. Ustedes con su voto decidirán si negociamos bien o no», aseguró tras destacar que con el rescate logró salvar el país.
Tsipras, que confirmó que se presentará como candidato para conformar un gobierno progresista, toma así la iniciativa tras el desastre que supuso la negociación entre Atenas y las instituciones comunitarias a propósito de la permanencia de Grecia en la Eurozona y que condujo al país a un referéndum en mitad de la imposición de un corralito (el segundo en la Eurozona tras el de Chipre en 2013); a la suspensión de la actividad de la Bolsa durante cinco semanas (el día de su apertura cayó un 22%); y a la salida del Gobierno del titular de Finanzas, Yanis Varoufakis, convertido hoy en la principal amenaza para el liderazgo de Tsipras al frente de Syriza.
La coalición, que aparece como el único partido con capacidad para volver a formar gobierno, no ha salido indemne a la crisis, sobre todo por la aceptación de las condiciones impuestas por Bruselas y Frankfurt, que se traducen en recortes, austeridad y privatizaciones. El 20-S, fecha más que probable de la convocatoria electoral (una vez que se confirme la imposiiblidad de formar un gobierno alternativo), se podrá comprobar la fortaleza de Syriza, sobre todo si se tiene en cuenta que su principal rival, Nueva Democracia, sigue buscando un líder tras la dimisión de Antonis Samarás, y que ninguna de las otras fuerzas parlamentarias tiene capacidad para disputarle el liderazgo, como certifican los últimos sondeos publicados y que recordamos:
Este aparente dominio de Syriza (saca casi 20 puntos a su inmediato competidor) no esconde la evidencia de una división cada vez más pública en sus filas. Desde la misma aceptación de las exigencias para recibir ayuda financiera de los socios comunitarios, con la promesa de una quita que podría acordarse este otoño, distintos sectores de Syriza reclaman la convocatoria de un congreso extraordinario para aclarar las distintas posturas.
Todo parece indicar que Tsipras ha tomado la iniciativa para fortalecer su posición y, si todo va según lo previsto, convocar ese congreso con el voto favorable de las urnas a su gestión. También, claro está, para garantizarse cuatro años de estabilidad, sobre todo ante la evidencia de que pronto comenzarán a notarse los efectos del nuevo programa de reformas impuesto a Atenas.
Por el momento, según un sondeo de Bridging Europe, con datos de finales del mes de julio, el 83% de los griegos considera que Syriza ha abandonado su programa electoral en estos meses; el 76% estima que el Gobierno griego capituló ante los acreedores internacionales; y el 58% consideraba que la ruptura de Syriza será mala la política internacional (porcentaje que llega al 79% entre los votantes de la coalición de izquierdas).
El tercer rescate griego
A mediados del mes de agosto, Atenas y los acreedores internacionales (sin presencia del FMI) acordaron las condiciones para el tercer rescate a la economía helena por valor de 86.000 millones de euros, de los que España aportará unos 10.000. El primer pago, de 26.000 millones de euros, fue autorizado por el MEDE el pasado miércoles: Se divide en un tramo de 10.000 millones de euros dirigidos a la recapitalización y liquidación de bancos y en otro de 13.000 millones (a tiempo para que Grecia abonara los 3.400 millones que debía al BCE).
El destino de los fondos, dirigido a salvar a la banca griega y al pago de la deuda, hizo que el ex ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, volviera a arremeter en público contra este nuevo rescate a la economía helena, que entiende como un plan para salvar a la banca con cargo al contribuyente. Los detalles del primer tramo de ayuda se conocieron casi al mismo tiempo que se conoció que una empresa alemana había sido la vencedora de la adjudicación de la gestión de los 14 aeropuertos griegos privatizados por el Gobierno Tsipras aprovechando el mes de agosto.
La autorización del MEDE llegó poco después de que los parlamentos nacionales de la Eurozona que así lo tienen estipulado dieran el visto bueno, con la novedad de la rebelión interna en las filas de la CDU, con 63 votos en contra del nuevo programa de ayuda y que pone en cuestión la autoridad de Angela Merkel. Esta contestación interna a la canciller sólo silenciada por el voto afirmativo del SPD y Los Verdes germanos.
CODA. El adelanto electoral puede servir para reforzar a Tsipras pero puede provocar daños de incalculable valor a Podemos, el partido español que más claramente se ha hermanado con el destino de Syriza.
Durante las próximas semanas veremos si, como en enero, los partidos españoles usan las elecciones griegas en clave nacional, como hicieron Podemos e IU, con Syriza, y el PP (con presencia de Rajoy en Atenas en un mitin celebrado por ND). El PSOE pasó por aquellos comicios de refilón, habida cuenta de la situación en la que está su homólogo heleno, el PASOK, que estaría rozando el mínimo legal para tener representación en el próximo Parlamento.
La ventaja, en esta ocasión, es que los grandes partidos estarán centrado en la campaña de las elecciones catalanas del 27 de septiembre, una circunstancia que puede suponer un alivio momentáneo a Podemos, el principal damnificado si se utiliza el argumento de la inestabilidad política en un país convocado a las urnas en dos ocasiones durante el presente ejercicio.
CODA 2. Este viernes se confirmó oficialmente la ruptura de Syriza. El ala izquierdista, que ya mostró sus discrepancias con Tsipras en la votación del acuerdo que daba luz verde al tercer rescate sin quita, anunció su escisión y la formación de un partido nuevo, Unidad Popular, con el que pretende concurrir a los próximos comicios. Estará liderado por el ex ministro de Energía Panagiotis Lafazanis y cuenta con sus filas con 25 diputados que hasta ahora pertenecían a Syriza. Entre sus objetivos, enmendar el acuerdo alcanzdo entre Atenas y los acreedores internacionales.
Pingback: La prensa española simplifica la política griega | La última en llegar