Señales de la crisis económica global en forma de W

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Viñeta publicada por The Economist

Uno de los primeros post que colgamos en este blog, en abril de 2012, se centró en explicar cómo la crisis económica que arrancó en EEUU en 2007 en forma de hipotecas subprime comenzaba a adoptar la forma de una W: fuerte caída de la actividad económica y profunda, con rebotes debido a los incentivos (muy pequeños) para dar luego paso a otra caída.

Este lunes hemos tenido la confirmación de una alerta que comenzó en China este verano en forma de explosión de sus burbujas económicas, con la consiguiente ralentización económica: La Bolsa de Shángai cerró con una caída del 8.5% y arrastró al resto de bolsas asiáticas, en lo que los originales medios de comunicación generalistas bautizaron como el inicio de un «lunes negro».

El mercado de París cerró con una caída del 5.35%; el Ibex 35 español con un descenso del 5.01%; Milán se dejó el 5.96%, Londres, el 4.67%, y Frankfurt el 4.70%. Atenas fue la bolsa de la Eurozona que más perdió, al dejarse el 10.54% de su valor. Horas después, Wall Street cerraba con una caída del 3.58%, un porcentaje similar al que se habían dejado otros parqués latinoamericanos, con Buenos Aires encabezando la lista con -6.30%.

La gripe china, que en julio intentó salvar con la inyección de dinero a los bancos de inversión y devaluación de la moneda, llega en mitad de discursos en torno a la recuperación económica (en la Eurozona), que comenzó a registrarse el año pasado y que se aceleró en el segundo trimestre del año, sobre todo en países como España, que ya vive su particular circo electoral.

De ahí que llame la atención el enfoque de los informativos de televisión, el medio por el que se informa el ciudadano medio español, que pone el foco, sobre todo, en los problemas económicos del gigante chino en estas vías, que priorizan sobre todo la primera:

  • Los problemas estructurales y conyunturales de su economía (una menor previsión de crecimiento y la explosión de su burbuja inmobiliaria o una burbuja financiera made in China)
  • El papel de China como poseedor de buena parte de la deuda pública de los países que forman parte del corazón del sistema financiero (hasta este mes de agosto, era el principal acreedor de la deuda de EEUU, ahora reemplazado por Japón)
  • O, según los enterados, el agotamiento de un sistema basado en el capitalismo salvaje (sic) con la dictadura comunista (sic), lo que no explica por qué el sistema ha funcionado perfectamente desde finales de los años 80.

En este contexto de desinformación, conviene recurrir a los que saben y que ponen el foco en varios procesos que están ocurriendo de forma simultánea y que ayudan a explicar otras variables como los movimientos geopolíticos que estamos viendo y que se han agudizado en los últimos meses:

  • Ralentización del crecimiento económico debido a la parálisis económica de los emergentes, como evidencian, desde hace meses, los datos de países como Brasil, Venezuela o Turquía (país que vuelve a votar a su Parlamento el próximo 1 de noviembre, con una crisis de refugiados en su frontera y que ve cómo la OTAN no está muy receptiva a prestar un apoyo claro en su ofensiva para frenar al IS).
  • China es la segunda economía del mundo (después de EEUU). Por eso resulta sencillo poner en foco en sus problemas económicos y hablar de contagio en el resto de economías y no viceversa. Ese análisis obvia la evidencia de que China es la fábrica del mundo desarrollado, por lo que sería más ajustado vincular sus problemas económicos actuales a los problemas de las empresas de los países que eligen China para producir. Eso explicaría por qué Beijing ha reducido su demanda de materias primas y por qué eso está teniendo un efecto dominó en las economías emergentes.
  • Devaluación de la moneda china y de la divisa muchos de los países emergentes, comenzando por la propia Rusia, de la que se felicitaban los partidarios de la OTAN más emocionales, añorantes de una post Guerra Fría que ponga a Vladimir Putin en su lugar. En el segundo trimestre del año, la economía rusa cayó un 4.6% debido, con sufrimiento extra a la exportación de sus materias primas con destino a China.
  • La caída del precio del petróleo debido al frenazo de la economía internacional, a la que este verano puso ya cifras el FMI: la economía mundial crecerá un 3.3% del PIB (dos décimas menos que la previsión anterior) este año.
  • Este lunes, el barril de Brent había bajado un 6.09 % hasta situarse en los 42.69 dólares.
  • Los precios de otras materias primas también llevan meses sufriendo caídas que muchos vinculan al enfriamiento de la economía china. Jordi Goula lo explicaba estos días en La Vanguardia: «Desde el pico (económico) del 2011, el precio del cobre ha caído a la mitad, el de la plata un 68%, el del platino un 47%, el oro, casi un 40%, el mineral de hierro un 70%, el maíz un 47% desde 2012, el trigo un 46%… Una caída que, por el momento, no muestra signos de frenar y que puede dejar cortas las ya negativas previsiones del Banco Mundial (BM), según las cuales en el 2015, las materias primas no energéticas iban a bajar un 15%. El petróleo, de nuevo en mínimos, come aparte. De momento, en un año cae un 55%. En resumen, el Futures Commodity Index de Bloomberg se sitúa a niveles del año 2002″.
  • Si nos centramos en los datos: El cobre se pagaba este lunes a 4.855 dólares la tonelada, su precio más bajo desde julio de 2009, mientras que el aluminio cayó a su nivel más bajo en seis años. El índice Commodity Index de Bloomberg, que enumera 22 materias primas, alcanzósu nivel más bajo desde agosto de 1999 y sólo el precio del oro subió y alcanzó su nivel más alto desde principios de julio.

Estos datos, que apenas aparecen con cuentagotas y sin contexto en los medios de información generalista, ayudarían a explicar por qué el titular de Economía, Luis de Guindos, se empeña estos días en señalar que lo que ocurre en la Bolsa de Shángai no tiene efecto en España porque nuestra economía es robusta.

Sin embargo, los hechos son tozudos, como el repunte en la prima de riesgo o la imposibilidad de reducir nuestra deuda pública (que ya es casi del 100% del PIB). El Gobierno prefiere seguir en la ficción del rebote del PIB que vive nuestro país, sobre todo desde el arranque de la temporada turística en Semana Santa -y que, previsiblemente, empeorarán con la llegada del otoño-.

Por este motivo, con las elecciones a la vuelta de la esquina, mucho nos tememos que habrá que renunciar a dos hechos: primero, a que los protagonistas políticos actuén con responsabilidad, como tuvieron que hacer en 2004, cuando ya se producían las primeras señales de alarma sobre la economía española; segundo, a los medios aporten datos que permitan la comprensión de lo que está ocurriendo fuera de nuestras fronteras y que, antes o después, como ocurrió con la crisis de las hipotecas basura, impactará en nuestra economía. La ventaja para el establishment es que, con un poco de suerte, eso ocurrirá cuando las elecciones ya hayan arrojado un ganador que proponga, como Nicolás Sarkozy en su momento, volver a refundar el capitalismo.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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