El día 4 de octubre, los portugueses están convocados a las urnas para elegir al nuevo Parlamento del que saldrá el nuevo Gobierno. Los comicios legislativos servirán como una suerte de rendición de cuentas del Ejecutivo conservador, que lidera desde 2011 Pedro Passos Coelho en coalición con el CDS y que durante toda la legislatura ha tenido una fuerte contestación social por buena parte de las medidas adoptadas para cumplir con el programa impuesto por la Troika a cambio del rescate del país.
La gestión de Passos Coelho se tradujo en una caída en las expectativas de voto, circunstancia que comenzó a variar hace unos meses, al ritmo de la recuperación económia que, poco a poco, también ha llegado al país vecino: el PIB creció en el segundo trimestre de este año un 0.4% y el Ejecutivo prevé cerrar el año con un avance del 1.6% y un 2% para 2016. La deuda pública cerrará el curso con el 124.2% del PIB y el dato del paro, en julio, alcanzó el 12.1% (30% entre los menores de 25 años).
Tal vez esta mejora en los datos macro tengan que ver con el vuelco que reflejan uno de los sondeos publicados este mes de septiembre, que sitúan a la lista del PSD y al CDS que lidera Passos Coelho en una estimación del voto del 38.9%, -11.47 puntos respecto a la suma que ambos partidos lograron en las elecciones de 2011. Si miramos las cifras que otorgaba el sondeo de Aximage en el mes de julio, vemos un avance de 1.1 puntos, convirtiéndose ya en la fuerza más votada. Si observamos la media, los conservadores se harían con el 36.95% de los votos (-13.42 respecto a su representación actual):
Durante buena parte de la legislatura, el Partido Socialista ha ido siempre por delante de los sondeos sobre intención de voto. Tras las elecciones municipales, cambió el liderazgo del partido, que intenta que no le salpique el caso de corrupción que mantiene en prisión al ex primer ministro Antonio Sócrates. Hoy lograría una media del 34.65% de los votos, +6.6 puntos respecto a 2011 pero con sondeos, como el de Aximage, que refleja una caída de 4.7 puntos en intención de voto respecto al mes de julio.
Por su parte, el CDU, donde está incluido el Partido comunista luso, refleja una intención e voto estable con una media del 9.45% de los votos, +1.55 puntos por encima de su resultado en 2011 pero en ningún caso pone en riesgo las expectativas de los socialistas. Lo mismo se puede decir del BE y de Livre: BE conseguiría el 4.6% de los votos, casi medio punto menos que en 2011, y Livre apenas alcanzaría el 1.8%.
En resumen: La crisis financiera y la petición del rescate, en Portugal, no ha repercutido en el sistema de partidos, que sigue planteándose como un bipartidismo turnista entre conservadores y socialistas. Lo que sí queda claro, con estos datos, es que el país gira a la izquierda y que Passos Coelho se puede enfrentar a la posibilidad de ganar las elecciones -si se cumple la estimación de Aximage- pero no poder gobernar ante la falta de apoyo del resto de fuerzas con representación parlamentaria.
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