27-S: Todo paralizado hasta que pasen las elecciones generales (y II)

Lo hemos dicho a lo largo de esta campaña electoral: Cataluña va a ser el termómetro en el que las distintas fuerzas pulsen sus posibilidades de cara a las próximas elecciones generales, un test que tiene sus particularidades, ya que el punto de partida de cada formación era distinto.

Podemos y C’s, como los artífices de eso que se llama la nueva política, tenían ocasión de probar la aceptación de sus pactos de gobierno autonómicos y municipales tras las elecciones de mayo, con una diferencia importante entre ellos: C’s actuaba en su territorio natural y Podemos se enfrentaba a una CCAA en la que carecía de una infraestructura e ideario propio (ya que éste ha sido capitalizado por la CUP desde 2012). En clave catalana, se pulsaba también la posibilidad de modificar el sistema de partidos, algo que ha resultado en el caso de C’s y que ha perjudicado a la marca Podemos en Cataluña, CSQEP.

El caso de PP y PSOE es similar: Ambos acudían a las urnas con un fuerte desgaste, tal y como han venido confirmando los comicios que se han sucedido en esta legislatura eterna. En el caso del PP, además, se pulsaba la opinión de los catalanes a la posición de un partido que, durante años, usó el tema catalán como ariete para movilizar el voto del resto del país. Estaba claro que había cuentas pendientes  por el recurso ante el TC sobre el Estatut y la negativa de Mariano Rajoy a propiciar una solución que desbloqueara la situación que cristalizó en 2012. Las urnas han certificado el problema.

El PSOE necesita los votos de Cataluña para lograr un buen resultado en las elecciones generales. Por este motivo, el secretario general socialista (y sus apoyos territoriales) se volcaron en la campaña electoral, con hitos como los bailes protagonizados por Pedro Sánchez con Miquel Iceta. El resultado final ha permitido respirar con alivio porque Ferraz puede sortear otra bala antes de las elecciones generales, la cita que, si no fallan los sondeos, certicará que no ha conseguido ser el partido más votado del país.

Valoraciones en clave nacional

Los resultados electorales del 27-S suscitaron reacciones en los despachos de los principales partidos. A destacar, el intento de Sánchez por ocupar el espacio dejado por la ausencia de Mariano Rajoy y en proyectar una imagen presidenciable.

Desde la sede del partido en Ferraz y entre las banderas de España, la UE y Cataluña Sánchez habló claramente de una derrota de quienes plantearon las elecciones como un plebiscito: «Quienes han ganado en escaños y no en votos, el plebiscito lo han perdido porque hay una mayoría de catalanes que ha dicho claramente que no quiere la independencia, pero que sí quiere abrir un tiempo de convivencia, diálogo y de reforma en el conjunto del país».

CapturaSanchez

El secretario general del PSOE, vestido con traje oscuro y corbata rojiza, planteó que «Junts pel Sí ha obtenido la confianza mayoritaria, pero no para seguir creando problemas, sino para resolverlos, no para saltarse la ley o actuar contra la ley, sino para respetarla y si tiene que hacer algo es gobernar para todos y no solo para quienes le han apoyado» y añadió: Desde mañana mismo hay que empezar a tender puentes y poner fin a los monólogos, a la acumulación de agravios y a los frentes levantados por «los rupturistas y los inmovilistas. Por si quedara alguna duda, se ofreció a ser el presidente del Gobierno que solucione el problema de Cataluña con España.

Albert Rivera compareció la noche del domingo junto a Inés Arrimadas en Barcelona. Nada sospechoso si se tiene en cuenta que su imagen acompañó la de la cabeza de lista de C’s en las autonómicas, en una nueva confirmación de liderazgo. Durante su intervención, dijo que la vieja política había muerto y que C’s es la esperanza ante un «bipartidismo decadente«. Así, pidió trasladar esa «esperanza» de cambio y la regeneración a toda España y habló de una «nueva etapa» que comenzaba en Cataluña y que extrapoló a las generales. La comparecencia de Rivera fue seguida por más de cien periodistas acreditados de una cincuentena de medios de comunicación, entre ellos seis extranjeros. Fue el único líder nacional que dio una entrevista la noche de las elecciones. Sobra decir que La Sexta fue la cadena elegida.

La cara visible del PP fue, de nuevo, Pablo Casado, que se limitó a señalar el fracaso de Junts pel Sí en las elecciones planteadas como plebiscito. Ya sin micrófonos, la cúpula del partido reconocía el desplome de las expectativas de voto en esta CCAA y se admitía sin reservas que la estrategia del miedo no había funcionado a tenor de la alta participación y de los resultados. Estaba previsto que Mariano Rajoy valorara los resultados este lunes por la tarde, tras la reunión del Comité Ejecutivo, pero hubo cambios.Por la mañana compareció en el Palacio de la Moncloa y realizó una valoración en clave de presidente del Gobierno:

Ofreció «diálogo y lealtad institucional» dentro de la legalidad, garantizó la «viabilidad económica de la Generalitat, y de los servicios esenciales que de ella dependen» y  llamó a la calma tras los resultados: «Quiero transmitir tranquilidad. Los partidarios de la ruptura nunca tuvieron el repaldo de la ley y no tienen el apoyo de la mayoría de la sociedad catalana. No llegan a cuatro de cada diez los catalanes que han apostado por un programa rupturista». Por supuesto, no hubo la menor referencia a plazos para iniciar ese diálogo ni pistas sobre lo que el Gobierno central ofrecerá para reducir la tensión.

Por la tarde, ante los suyos, aseguró que el adversario de su formación en las elecciones generales «sigue siendo el PSOE» y pidió no extrapolar los resultados de las catalanas a las generales. Queda en evidencia, de esta manera, que el resultado de C’s preocupa y mucho en Génova, sobre todo si se constata que sus expectativa electorales han crecido gracias, en gran medida, a los resultados del PP.

Pablo Iglesias compareció en la sede de Podemos en Madrid, en una comparecencia que la formación retransmitió en streaming (y que evidenció, de nuevo, la falta de medios que todavía tiene). Rodeado de Carolina Bescansa y de otros miembros de la directiva del partido, Iglesias habló de los malos resultados logrados por CSQEP («está claro que la responsabilidad de Estado no ha funcionado en esta campaña»), una idea que se difundió  en la cuenta de Twitter de Podemos durante todo el lunes.

CapturaPodemos

Iglesias apuntó que «cuando las cosas salen mal hay que reconocerlo sin ambages» y habló de los resultadosen los siguientes términos: «Es verdad que el independentismo no ha conseguido los objetivos que se había marcado, pero eso no se puede calificar de fracas. Cualquiera que no reconozca lo que supone que el 47% haya votado a favor de la independencia es un irresponsable».

Consideraciones

  • El PP insistió en todo momento en que las del 27-S eran unas elecciones autonómicas más que la ciudadanía debía usar para decir claramente no al independentismo. Con los datos sobre la mesa, está claro que no fueron unas elecciones al uso: Hubo una alta participación (+9.8 puntos respecto a la participación en las elecciones de 2012, las que habían tenido hasta el momento una cifra histórica) y el resultado quedó en el 47.74% de los votos que votó sí a las candidaturas independenitstas frente al 50.62% que no votaron a estas candidaturas [en ese grupo incluimos a Unió, a pesar de que se quedó sin representación, y a Catalunya Sí Que es Pot (CSQEP), a pesar de su posicionamiento ciertamente ambiguo en torno a la independencia].
  • El 27-S confirmó que el suflé no baja y que casi la mitad de los catalanes no están descontentos con la sitaución actual sino que estarían dispuestos a independizarse de España. Negar esta evidencia ayuda a tensar aún poco más la cuerda, algo que ocurrirá si tenemos en cuenta que quedan apena tres meses para que se celebren las elecciones generales.
  • Ningún sondeo preelectoral situaba la suma de Junts pel Sí y la CUP por encima del 51% de los votos. Las urnas certificaron esa apreciación. Sin embargo, y a pesar de ciertos posicionamientos de los poderes fácticos y partidistas, es evidente que hay un problema en Cataluña y que el 47% ha dicho claramente que no quiere seguir formando parte de España. Así, es probable que ese porcentaje, como dijo Romeva, sea mayor si se tiene en cuenta el target del votante de ICV o Podemos que hoy forma parte de la candidatura de CSQEP. El hecho de priorizar el debate social no sepulta una identidad ni cierto proyecto que podría materializarse si se convocara un referéndum legal sobre la pertenencia de Cataluña en el conjunto del Estado español.
  • Los comicios de este domingo presentan ganadores y perdedores claros: Entre los primeros se encuentran, indiscutiblemente, C’s y las CUP, que suman 16 y 7 escaños respectivamente a los resultados conseguidos por ambos en las elecciones de 2012. Sus resultados, además, apuntalan un cambio en el sistema de partidos catalán: C’s desplaza definitivamente a PP y PSC como fuerzas alternativas al independentismo; y la CUP toma el relevo de lo que puede ser Podemos en otros lugares del país.
  • Hay también claros perdedores: Unió, que se quedó fuera del Parlament pese a la apuesta que Josep Antoni Duran i Lleida; el PP, que volvió a tener una representación similar a la de hace 25 años; y CSQEP, que no sólo no fue segunda fuerza parlamentaria, sino que empata con el PP en número de escaños.
  • En este contexto, se puede hablar de un resultado de tablas para las dos fuerzas restantes: Junts pel sí logró su objetivo y saca 37 escaños a su inmediato competidor; y el PSC pudo salvar los muebles con sus 16 escaños [una cifra ridícula si se tiene en cuenta que en 2003 logró 42 diputados].
  • Junts pel Sí cumplió con los pronósticos y ganó claramente las elecciones. Había dudas sobre si lograría convencer a los indecisos de última hora, sobre todo a los que recibieran parte de la artillería de campaña desplegada por el establishment contra el independentismo. El hecho de moverse en porcentajes y distribución de voto que ya se recogían en muchos sondeos hace pensar que parte de ese voto al final tuvo dos depositarios: la CUP y el PSC.
  • C’s era el partido con mayor capacidad de enfrentar una cita electoral con el viento a favor. En Cataluña tienen cierta estructura de partido heredada de los ocho años que llevan funcionando como partido españolista en esta CCAA (algo que no ocurre en el resto del país, como se puso de manifiesto en las elecciones de mayo). Un buen resultado en Cataluña no garantiza un buen resultado en las generales, pero el apoyo que consiguió el pasado domingo le hace despuntar como opción alternativa al PP pero también al PSOE. Tal y como vimos en el post de este lunes, sus resultados en Tarragona y en Girona se explican por una pérdida de apoyos a ‘populares’ y socialistas.
  • En las elecciones autonómicas de mayo, Podemos acudió con su marca con una intención: Convertirse en el principal partido de la oposición en sustitución del PSOE. Podemos computar ése como el primer error estratégico de la formación, a pesar de los magníficos resultados obtenidos en CCAA como Madrid, Comunidad Valenciana, Aragón o CLM.
  • Si obviamos este dato, las elecciones catalanas constituyen el primer fracaso electoral sin paliativos de la formación, un fracaso que se explica desde dos puntos de vista: Por un lado, no logró que la campaña virara hacia las políticas sociales y la corrupción; y por otro, es cuarta fuerza parlamentaria, por detrás de C’s y del PSC. En la próxima cita electoral le será muy complicado esgrimir que representa la alternativa a estos partidos, sobre todo si sigue una estrategia parecida a la que ha adoptado para valorar los resultados, apelando a Podemos como un partido de «responsabilidad de Estado». Ya sólo les queda apelar al ‘sentido común’ para asumir directamente el discurso del poder.
  • Podemos probó en Cataluña la famosa confluencia que tantos quebraderos de cabeza está ocasionando a la hora de plantear una lista unitaria y de izquierdas al Congreso. En esta ocasión, contaba con dos dificultades: 1) su debilidad en una CCAA en la que sus postulados han sido tradicionalmente defendidos por ICV y por las CUP, convertidas en las grandes triunfadoras de la noche; 2) el factor nacional, que la cúpula de Podemos no entiende ni hace intentos de comprender.
  • Eso explica parte de su fracaso a la hora de plantear unos comicios que rompieran el eje central sobre el independentismo, un fracaso que se suma a las dificultades para llegar a acuerdos con las mareas gallegas o los problemas que puede tener a corto plazo en Euskadi por este motivo. Tampoco hay que pasar por encima del efecto que puede estar teniendo entre su base electoral potencial la añorada centralidad y cierto conservadurismo en los postulados defendidos por Podemos en los últimos tiempos.
  • El PSOE afrontaba los comicios desde dos perspectivas: Bajo la idea de que un mal resultado del PSC podría ser maquillado por Ferraz desde el punto de vista de que es un partido hermano (pero no parte del PSOE) y con el eco de que Pedro Sánchez se muestra incapaz de ofrecerse como alternativa real al PP a pesar de la situación por la que pasa el partido de Mariano Rajoy.
  • Conviene retener, en este punto, la vinculación entre los resultados del PSC y cómo suma (o resta) al PSOE en términos de elecciones generales, algo que podría volver a ocurrir, pese a todo, en estos comicios. Miquel Iceta ha evitado una sangría mayor y puede esgrimir unos resultados más que aceptables si tenemos en cuenta la situación en la que tomó al partido y el escenario de confrontación en el que se ha movido toda la campaña electoral.
  • El PSC ha quedado por encima de CSQES (Podemos). Si lo extrapolamos a las últimas encuestas de ámbito nacional, parece que el riesgo que suponía Podemos para el PSOE se ha mitigado con el paso de los meses y la constatación de que, a pesar de las dificultades, la marca aguanta en los territorios. Aun así, conviene retener las dificultades del PSC en el cinturón rojo de Barcelona, donde sus votantes se han inclinado por Junts pel Sí y por C’s. Un aviso a navegantes de cara a las elecciones generales.
  • A pesar de las primeras declaraciones tras confirmarse el batacazo, es difícil pensar que el PP no contara con un resultado de este tipo en Cataluña. Lo evidencia la elección de Xavier García Albiol, un hombre que proyecta mensajes en torno a la unidad de España dirigidos al electorado del PP en el conjunto del país, y la estrategia del miedo que han puesto en marcha los distintos ministros y dirigentes del PP.
  • Tras el 27-S, el PP se encuentra en niveles de hace 25 años y encadena otra derrota electoral en una legislatura que no está siendo nada propicia para sus intereses. Este periodo de pérdidas paulatinas de poder comenzó en las elecciones andaluzas de 2012, cuando el PP, a pesar de ganar no pudo gobernar, y siguió en Euskadi, en las europeas, en las andaluzas, en las municipales y en las autonómicas del pasado mes de mayo. Esta concatenación de fracasos, por cierto, fue destacada este lunes por José María Aznar: «Es el quinto aviso del electorado del PP y no se puede desoír».

Todo hace pensar en que muchos entienden las elecciones catalanas como una primera vuelta, con particularidades, de las elecciones generales. Si alguien piensa que Cataluña desaparecerá como argumento a partir de ahora, se equivoca.

CODA. Un repaso por las portadas de este lunes certifica que la campaña de las elecciones generales ha comenzado y que Cataluña será uno de los temas estrella durante los próximos meses:

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Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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