Portugal: El país gira a la izquierda pero los conservadores ganan las elecciones

Los sondeos sobre intención de voto se quedaron cerca y los portugueses confirmaron que no quieren explorar la aventura griega: Durante la legislatura, los sondeos sobre intención de voto demostraron que la crisis económica que vive el país no se traducía en un cambio en el sistema de partidos. En las últimas semanas, los estudios insistían en que los portugueses volverían a dar su confianza a la coalición gobernante frente a los socialistas, dando un vuelco de una última hora a lo que había sido la tendencia general.  Y todo ello con un dato de abstención histórica: Sólo el 56.93% del censo acudió a las urnas para elegir la composición de un Parlamento con escasa presencia de mujeres.

Los conservadores del PSD que Pedro Passos Coelho, que esta vez acudían en coalición con el PSD para que la dispersión del voto no le perjudicara en la distribución de escaños por distritos, volvieron a ganar las elecciones. Con el 36.8% de los votos, -13.57 puntos respecto a la suma de ambos partidos en 2011, se quedaron a 12 escaños de la mayoría absoluta en un Parlamento que, como señalamos hace unas semanas, había girado claramente a la izquierda. Portugal à Frente obtuvo 1.979.132 votos, casi 240.000 más de los que recibió su principal adversario:

CapturaPortugalResultados

Los resultados de las elecciones no dejaron lugar a la duda sobre este supuesto. El PS, que en estos comicios lideraba António Costa, el ex alcalde de Lisboa, obtuvo el 32.4% de los apoyos, +4.35 puntos respecto a las elecciones legislativas de 2011, convocadas tras la dimisión del entonces primer ministro, José Sócrates, en arresto domiciliario por su implicación en un caso de corrupción y blanqueo de capitales. Los socialistas pasan de 73 a 85 diputados y vuelven a ser el principal partido de la oposición.

La sorpresa, respecto a los sondeos sobre intención de voto, la dio el BE. Con el 10.2% de los votos, duplicó el resultado que obtuvo en las urnas en 2011 y mejora su mejor dato histórico: el que consiguió en las elecciones de 2009, cuando obtuvo el 9.9% de los votos. El BE adelanta así al CDU, que prácticamente iguala el resultado conseguido en las anteriores elecciones: Consigue el 8.3% de la representación y 17 diputados, uno más que en 2011. El partido ecologista PAN también consiguió colarse finalmente en el hemiciclo al obtener 74.626 votos, el 1.4% del porcentaje total, que se tradujo en un diputado.

Las elecciones del domingo revalidaron, así, el liderazgo de uno de los alumnos ejemplares que con más alegría aplicó el programa acordado por Lisboa y la Troika, pero también dejó algunas elecciones sobre la mesa. Por ejemplo, la división del país en dos mitades, con un sur que ha votado por los socialistas frente a un norte que inclinó la balanza por los convervadores, un dato que se retiene mejor si se comparan los resultados con los de 2011:

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Hemos encontrado un blog magnífico que permite visualizar la distribución partidista del poder desde el punto de vista geográfico:

  • Los conservadores fueron primera fuerza en Lisboa, Porto, Braga y Aveiro, con los socialistas conquistando el sur del país (con la recuperación de las Azores).
  • Los conservadores obtuvieron el peor resultado en los bastiones del sur que tradicionalmente votaron a los socialistas o comunistas, algo que, con salvedades, podría ocurrir en España en la próxima cita electoral, con el PSOE como el gran partido del sur del país con escasa penetración en la mitad septentrional.
  • El BE también se nutre de los votos del sur del país, con avance en las grandes ciudades (Porto, Faro, Setúbal y Lisboa).
  • Como ocurrió en las elecciones locales de 2013, los comunistas confirmaron que su fortaleza está en el sur del país y que prácticamente desaparecen en el norte y parte oriental. En estos comicios, además, se han visto superados por el BE, convertido en la alternativa de izquierdas al PS.

Passos Coelho optará por un gobierno en minoría

Los electores confirmaron así el castigo en las urnas a la coalición gobernante, un castigo que, sin embargo, no evitará que Passos Coelho vuelva a liderar un gobierno que, esta vez, tiene todos los elementos para gobernar en minoría, algo que ya se notó en el mismo tono del discurso del primer ministro durante la noche electoral. La expresión «desigualdad social» jalonó un discurso en el que fueron evidentes las referencias a que se intentará aliviar la presión sobre una sociedad exhausta tras cuatro años de austericidio masivo.

Si alguien pensó que Portugal podría seguir un camino parecido al que se vislumbra en España, con un PSOE que parece dispuesto a liderar un gobierno alternativo al del PP aunque éste sea el partido más votado en diciembre, la misma noche electoral se despejó esta incógnita. A pesar de que los números propiciaban un gobierno de coalición del PS, el CDU y el BE, que sumaron el 50.9% de los voto (+14.1 puntos respecto al dato recibido por la coalición consevadora), Antonio Costa dejó claro que no pretendía ofrecer un gobierno alternativo al de Passos Coelho: «Nosotros tenemos un programa y respetamos la voluntad de los portugueses, aunque no siempre nos agrade, pero yo voté para tener un Partido Socialista con mayoría absoluta».

Y es que el PS no lo tendrá sencillo. El domingo por la noche ya hubo voces en el partido que reclamaron la dimisión de Antonio Costa por su fracaso en las urnas. A pesar de que los socialistas mejoraron sus resultados respecto a 2011, el partido ha sido incapaz de ofrecer una alternativa creíble en una legislatura durísima y con fuerte desgaste para los partidos en el Gobierno De ahí que se hable de celebrar un congreso para decidir el liderazgo del partido, un congreso que podría elegir entre tres nombres: El histórico  dirigente Manuel Alegre y Álvaro Beleza.

¿Alguien está escuchando el mensaje del elector portugués?

Con este resultado, Portugal decide emprender un camino diferente al de Grecia y España, países en los que la crisis económica y los problemas de corrupción han supuesto un cambio en el sistema de partidos imperante. En el caso griego, las elecciones de 2012 hicieron saltar por los aires todo el entramado institucional y partidista creado tras la dictadura, algo que, con matices, podría ocurrir en España tras las elecciones de diciembre, en las que dos partidos nuevos podrían entrar en el juego de las mayorías tras constatarse que no habrá mayorías amplias de las fuerzas políticas tradicionales.

En Portugal,los partidos tradicionales aguantaron y las formaciones que podrían ser alternativa por la izquierda (CDU y BE), que ya existían antes del inicio de la crisis, apuntaron techos electorales que se confirmaron este domingo. El BE consiguió su mejor resultado en unas elecciones legislativas, pero no aspira a ocupar el papel que tiene en Grecia Syriza ni en España Podemos, un partido que debería tomar buena nota de lo que ha ocurrido en Portugal.

Un análisis grueso de los datos apunta a que los lusos son masoquistas y han preferido volver a dar su apoyo a los partidos que han ejecutado los mayores recortes sociales desde la restauración democrática, con un adelgazamiento de su Estado de bienestar como gran tarea. Si optamos por ver los datos pormenorizadamente, comprobamos que casi el 51% del electorado ha votado por formaciones de centro izquierda y extrema izquierda, que suman 2.7 millones de votos, y que sólo la enemistad histórica entre el PS y el CDU descarrila cualquier posibilidad de llegar a acuerdos.

A la espera de lo que ocurra en los comicios presidenciales, que se celebrarán el próximo mes de enero, las urnas arrojan un mensaje claro: Confianza relativa a la coalición conservadora, que gobernará en minoría y a la espera de las exigencias de la oposición de izquierdas. Se avecinan así tiempos de inestabilidad y de confirmar mucha cintura política, algo que, como hemos visto en Alemania, podría terminar beneficiando a los ciudadanos en sus vidas cotidianas.

Mención aparte merece la conclusión que, elección tras elección, se traslada por parte del electorado europeo: Ocho años después de que estallara la crisis de la subprime en EEUU, la izquierda se ha mostrado incapaz de ofrecer una alternativa política y económica creíble al TINA que nos atenaza. Y eso, al final, se termina reflejando en las urnas, con una ciudadanía que, harta de formaciones de izquierda que al final terminan aplicando políticas ultraliberales o neocon, prefieren optar por el original.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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5 respuestas a Portugal: El país gira a la izquierda pero los conservadores ganan las elecciones

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