Un buen test para confirmar la salud de un partido político es la confección de las listas electorales, un proceso duro y difícil, como bien puede atestiguar Podemos o el PP, que estas semanas se encuentra enfrascado en la elaboración de las listas con las que concurrirá a las elecciones generales del próximo 20 de diciembre. Sólo C’s parece haber pasado por este proceso sin dejar cicatrices, algo que se explica, sobre todo, por la ausencia de aparato orgánico en todo el país.
Hace una semana, el Comité Federal del PSOE respaldó las listas del partido a las generales, con llamativas sorpresas: El sanchismo presentó y ratificó una lista completamente renovada, en la que sólo repiten 32 de los 110 diputados que tiene hoy el PSOE en el Congreso.
La confección de las listas se han hecho a imagen y semejanza de Sánchez, que se quita de encima a veteranos vinculados a José Luis Rodríguez Zapatero (Trinidad Jiménez o Jesús Caldera) y también a destacados dirigentes que en su momento respaldaron la candidatura de Eduardo Madina en las primarias del partido. Es el caso de Julio Villarrubia o de Laura Seara, una decisión que aún colea en el PSdG: Este fin de semana, dos socialistas que habían sido incluidos como suplentes en la candidatura del PSOE a la Cámara Baja comunicaron su intención de descolgarse de la lista socialista por discrepancias con la decisión federal.
Nada ocurre por casualidad y es evidente que ni Pedro Sánchez ni su secretario de Organización, César Luena, controlan los resortes internos en el partido, algo que se puso de manifiesto con la elección de Irene Lozano como número 4 del partido por Madrid y con las quejas que, a dos meses de las elecciones generales, hacen presagiar un periodo convulso en el partido si la actual dirección no logra revalidar los 110 escaños conseguidos en las elecciones de 2011.
Aunque el partido afronte la próxima campaña en silencio y con aparente respaldo del liderazgo de Sánchez, a nadie se le escapa que hay cuentas pendientes con Ferraz y su manera de entender el partido: Ahí está la crisis permanente en el PSM o los avisos que llegan desde federaciones como la andaluza, la valenciana o la extremeña (con el añadido, además, de ésta fue la única, junto con Asturias, que apoyó a Madina frente a Sánchez en las primarias del partido) a la política de fichajes a dedo.
Desde este sábado, el sanchismo ya puede sumar un problema en Cataluña, su granero de votos junto a Andalucía. El PSC aprobó la composición de la lista con la que concurrirá a las elecciones del próximo 20 de diciembre y Carme Chacón lanzó el primer aviso de que las cosas van en serio: La ex ministra de Zapatero, rival de Rubalcaba en las primarias del PSOE en 2012 y dirigente muy cercana a Susana Díaz se impuso a Miquel Iceta, es decir, a Ferraz, y dejó fuera al ex primer secretario Pere Navarro, que no se cansa de reivindicar la autoría de la solución federal para el conflicto catalán.
Tal y como han quedado configuradas las listas, Chacón irá de número 1 del partido por Barcelona, colocando como número 2 a Germán Rodríguez. El número 4 lo ocupará José Zaragoza, el ex secretario de Organización salpicado por el caso de espionaje de Método 3 , y el número 6 Maurici Lucena, el ex portavoz parlamentario del PSC, vinculado a Pere Navarro y al propio Sánchez. Tras lo ocurrido el pasado 27-S, es evidente que el PSC no repetirá los resultados de las pasadas elecciones generales, en las que consiguió 14 diputados, y hay dudas de que el PSC logre su sexto escaño por Barcelona, por lo que Lucena podría quedar fuera del Congreso. La venganza de Chacón está servida.
La composición de las listas no gustó a Navarro, que manifestó su malestar dentro y fuera de la reunión. Durante su intervención en el Consell nacional, lanzó una advertencia nada velada a Chacón: «Nunca pensé que vería según qué cosas, pero por desgracia algunos nos tienen acostumbrados a hacer lo que sea para defender sus intereses. Buen viaje, pero que no cuenten con mi compañía. Creo que nunca me he comportado con ellos como ellos conmigo, pero qué se le va a hacer».
Desde su cuenta de Twitter, también lanzó mensajes como éste: «Como decía Goethe: Cuando se pierde el interés también se pierde la memoria. Hoy más que nunca, me siento heredero de una tradición que algunos han olvidado»
Navarro aspiraba a seguir trabajando en el PSC como diputado en Madrid, algo sorprendente si se tiene en cuenta la sucesión de acontecimientos desde que el PSC se vio en mitad de la nada en el debate sobre el encaje de Cataluña en España. Cabe destacar el enfrentamiento público entre Navarro y Chacón en torno al derecho a decidir o la marcha de la ex ministra a EEUU en plena convulsión interna del socialismo catalán. Problemas que no se dejaron atrás a pesar de las informaciones difundidas al respecto.
En el momento de elaboración de este post, nadie en el PSOE se había pronunciado sobre la composición de la listas del PSC. Y eso a pesar de que la posición de Chacón deja a Sánchez en manos del resultado que el PSOE andaluz pueda conseguir el próximo 20 de diciembre. Susana Díaz debe estar estos días comprándose un gato para acariciarlo.