No se puede decir que el Estado Islámico no maneje con gran eficacia los mecanismos de propaganda. Este viernes por la anoche, una acción de ataques coordinados en París acabó con la vida de al menos 127 personas. La cifra podría aumentar: 250 personas más resultaron heridas, 90 de ellas se encontraría en estado crítico.
La acción comenzó cerca del Estadio de Francia, donde se disputaba el partido amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania, con la presencia en el palco de autoridades del presidente de la República, François Hollande. Tres explosiones, que se pudieron escuchar durante el partido, supusieron el aviso del inicio de una noche terrorífica en cinco puntos más de la capital, donde se sucedieron tiroteos indiscriminados y ejecuciones: la sala de espectáculos ‘Bataclan’ -82 personas fueron asesinadas-, el restaurante ‘Le Petit Cambodge’, el local ‘Belle Équipe’, el bar ‘Le Carillon’ y en el Boluevar Fontaine .
Según las autoridades, ocho terroristas murieron en la acción: Siete de ellos se inmolaron y uno más fue abatido por la policía. Se estaría buscando a dos hombres más que habrían participado en la cadena de atentados. El punto más conflictivo fue la sala Bataclan, donde se celebraba un concierto de música heavy metal; los terroristas retuvieron a los asistentes y, según los que pudieron escapar, comenzaron a ejecutar al verse acorralados por la policía.
Francia asiste a la segunda acción de corte yihadista del año, tras los atentados contra la revista satírica Charlie Hebdo el pasado mes de enero. Esta acción, reivindicada ya por el IS, que justifica el objetivo por la política de intervención de Francia en la guerra de Siria, es el atentado terrorista más grave en suelo francés desde que la OAS, el grupo terrorista de ultraderecha que nació por oposición al proceso de descolonización de Argelia, puso una bomba en un tren con la que mató a 21 personas.
Hollande, que se puso el frente de la crisis desde el primer momento, llamó a la tranquilidad de la ciudadanía, aseguró que nadie va a doblegar a Francia y aseguró que se había cometido un ‘acto de guerra’ por parte de un ejército terrorista, un argumento que tendrá implicaciones en el futuro en relación a la política exterior de Francia en Oriente Medio. En semejantes términos se expresó Nicolar Sarkozy, otro de los candidatos que previsiblemente disputarán la presidencia en 2017.
Sea como fuere, la primera decisión del Elíseo, rectificada después, fue comunicar el estado de emergencia y el cierre de las fronteras, decisión que luego se transformó en un control fronterizo. Casualidades de la vida: París había decretado la suspensión del Espacio Schengen durante un mes ante la celebración de la próxima Cumbre del Clima.
En el momento de elaboración de este post, se había pedido a los ciudadanos residentes en París que no salgan de sus casas y se había prohibido la celebración de manifestaciones o concentraciones hasta el próximo jueves.
Reacciones inmediatas en Occidente
La espectacularidad de la acción terrorista tuvo el efecto buscado: Desde el primer momento, el presidente de EEUU, Barak Obama, compareció para mostrar su solidaridad con el pueblo francés. Reacciones similares se sucedieron en toda la comunidad internacional, con gestos como la suspensión de los actos de precampaña por parte de los partidos políticos españoles.
Mención aparte merece la comparecencia de Pedro Sánchez, con una enorme bandera francesa a su espalda, en el arranque de la Conferencia política que el partido iba a celebrar este fin de semana. Por su parte, Albert Rivera recuperó fotografías de su estancia en París, hace un año, en un mensaje en Twitter en el que hacía un guiño a Karl Popper (en relación a las sociedades abiertas) y habló de un «patriotismo europeo» que merecía otro post.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció este sábado para señalar que ha reunido al Consejo de Seguridad nacional y que había convocado el pacto antiyihadista después de hablar también con los líderes de Podemos y C’s. Rajoy, que esta tarde tiene previsto viajar a Turquía, mostró su cercanía al pueblo francés y aseguró: «Queremos decirles a nuestros amigos franceses que estamos con ellos, que cuentan con nosotros. Estamos juntos con todos los demócratas del mundo en la defensa de nuestros valores. No hay causa que justifique las atrocidades de ayer. No estamos ante una guerra de religiones sino ante lucha entre civilización y barbarie».
Desde Siria, Bachar Al Assad mostró su solidaridad con Francia y recordó que su país vive atentados similares a diario. Quién sabe que detrás de las palabras del mandatario sirio hay una crítica encubierta a la posición de París, uno de los países que, en los últimos meses, mayores reticencias están mostrando ante la posibilidad de buscar una solución a la guerra siria con la presencia de Assad.
Por su parte, el Gobierno polaco, formado tras unas elecciones legislativas en las que el país certificó que sus opciones política se mueven entre la derecha y la ultraderecha, fue el primero en poner el cascabel al gato que nos temíamos desde que tuvimos conocimiento de los atentados: Aseguró que tras los atentados de París su país ya no puede aceptar la cuota de refugiados, en su gran mayoría musulmanes que huyen de países en los que estas acciones suceden a diario, pactada por Los 28.
El jueves, un atentado de dos suicidas en un barrio de mayoría chíi en Líbano causó al menos 40 muertos. Apenas hubo reacción política, periodística o social en España ante un fenómeno que tiene como objetivos preferentes a los musulmanes que no comulguen con la visión del califato islámico fabricado por el IS. Los mismos que están provocando que miles de refugiados estén llamando a las puertas de Europa.
De ahí que en mitad de esta catarata de reacciones, que comienzan a derivar, de nuevo, en una islamofobia creciente, resulte más que acertado recuperar el análisis que Fernando Reinares realiza en El País hoy, en el que habla de la fascinación del IS entre jóvenes musulmanes nacidos en los países occidentales que convierten en objetivos. También la recuperación de las portadas con la que la prensa francesa abre este sábado, una selección en la que incluimos también la portada de un periódico libanés [cortesía de @Amandicuca]
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