20D: Contracampaña de la campaña

La pasada medianoche concluyó la campaña electoral más larga de las que tenemos referencia en nuestro país y que arrancó con la gran oposición que suscitó el Gobierno de Mariano Rajoy desde  que, nada más llegar a La Moncloa, comenzó a aprobar medidas económicas, políticas y sociales no incluidas en el programa electoral con el que se presentó a las elecciones de 2011.

Tras una legislatura muy dura y que a muchos se nos ha hecho eterna, estamos a punto de concluir este largo ciclo electoral, que arrancó en marzo, en Andalucía, siguió en mayo en las elecciones locales y autonómicas, se revalidó en las catalanas de septiembre y que aventura un cambio del sistema político que desde hace meses reflejan los sondeos sobre intención de voto y del que nadie duda ya. Incluso Rajoy, este miércoles, ya lanzó la caña a C’s para pedirle un pacto que se prolongue durante la próxima legislatura y no sólo en su posible investidura. Un error de principiantes, mostrar una debilidad evidente a pocos días de las elecciones, cometido por el candidato más veterano de los que se presentan este domingo.

Las citas electorales que hemos vivido durante todo este año lanzaron señales que han hecho que los distintos partidos se hayan lanzado a la carrera por lograr un mayor conocimiento y /o simpatía de sus candidatos, para sí suplir la falta de explicaciones durante meses (en el caso del PP), el caos interno vivido por la falta de autocrítica (en el caso del PSOE) o el adanismo de los recién llegados a la política nacional (C’s y Podemos).

Así, durante estos meses, hemos visto cómo los cabezas de lista de los principales partidos se han humanizado para buscar el favor de un electorado muy crítico y desafecto, mucho más influido por el grito «No nos representan» del movimiento 15M de lo que parece y en dos direcciones:

  • La necesidad de visibilidad de los partidos que representan la nueva política propició su exposición permanente en las tertulias políticas en radio y televisión y en todo tipo de formatos que suplieran la ocultación que se justificaba en su falta de representación. De ahí el salto de Pablo Iglesias de tertuliano a entrevistado o las apariciones en Salvados, El Hormiguero y demás programas en las cadenas del Grupo Planeta. Merecerá un análisis en el futuro la manrea en la que los programas producidos por Mediapro (antes cercanos al PSOE de Zapatero) han promocionado a Podemos y a C’s como relevos naturales de los socialistas.
  • La consideración de los políticos de PP y PSOE como una suerte de apestados por la crisis y sus consecuencias obligó a tomar medidas: en el caso del PSOE, a elegir a un candidato aparentemente nuevo (aunque fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid, diputado y asesor de los equipos de Rodríguez Zapatero durante la reforma del art. 135 de la CE), que tuvo que realizar una carrera contrarreloj para ser reconocido por el electorado a año y medio de las elecciones generales. En el caso del PP, Génova ha luchado con el intento de hacer atractivo a un Mariano Rajoy a pesar de que el presidente del Gobierno nunca gozó del favor del electorado. Estas decisiones explican sus apariciones en formatos de entretenimiento.

Este domingo sabremos el impacto que ha podido tener en las urnas la transformación de una campaña electoral a uso en una mediática a la manera de EEUU. Con una salvedad: Sólo la cercanía de las elecciones ha propiciado que los grandes partidos se hayan sumado a la carrera de mostrar a su candidato haciendo cosas cotidianas, en un intento impostado de humanizar la política.

Este domingo veremos si tiene algún efecto saber que Pedro Sánchez era un gran ligón en su juventud, que a Pablo Iglesias le gusta cantar y que fue criado por tres mujeres, que a Mariano Rajoy se le da bien jugar al futbolín o que Albert Rivera cayó en un ‘efecto Streisand’ de manual al amenazar con una querella a Juan Carlos Monedero por sugerir que tomaba cocaína, una sospecha alimentada por su nerviosismo durante el debate a cuatro que se celebró en Atresmedia.

Sea como fuere, ayer pusimos fin a una de las peores campañas que hemos visto en los últimos años, una de las más caóticas y cuyo ritmo cambió con un corte claro: La agresión sufrida por Mariano Rajoy en Pontevedra, que miembros del PP intentaron capitalizar acusando al clima de crispación dialéctica creado por la izquierda y al PSOE.

Durante estos meses, apenas se ha hablado de propuestas más que para enmarcar el baño de realidad que los candidatos han querido proyectar: Presidencialismo en estado puro, con escasa influencia de las siglas de los partidos, que demostrarán si el país ha dado el paso hacia una forma de política basada, sólo, en los sondeos y en la telegenia del líder en detrimento de la pureza orgánica de las organizaciones políticas.

No hemos visto innovaciones en la comunicación política aunque algo hemos ganado: Ya se percibe como natural la celebración de debates electorales, aunque uno de los aspirantes a ocupar la Moncloa, Mariano Rajoy, aceptara medirse sólo con el jefe del principal partido de la oposición.

Por eso, y ante la falta de ideas, hemos decidido destacar algunos de los vídeos que hemos visto en estas semanas. Por ejemplo, éste puesto en circulación para enmarcar el debate de Rivera, Iglesias y Sánchez organizado por el diario El País antes de la campaña oficial:

Spot lanzado por el PP, durante la primera semana de campaña, para intentar ganarse el favor de un sector del electorado que, según todas las encuestas, le da la espalda. El CIS ya confirmó que el PP es la cuarta opción entre los menores de 55 años, en buena medida porque es percibido como un partido antiguo, muy conservador y con escasa capacidad de empatizar con la sociedad:

Durante la última semana de campaña, el PP hizo lo propio con otro sector de la población: los moteros. Y para ello tiró del chiste abierto con los hipsters:

Génova hizo el intento de bromear con esta circunstancia con esta serie de vídeos que serían muy efectivos si el tono de la campaña hubiera sido diferente y si al frente de la lista del PP no encontráramos a Mariano Rajoy, convertido en un lastre para las expectativsa de su partido.

Vídeo de la candidatura de NOS (BNG) para estas elecciones generales. En él apela al discurso identitario arremetiendo contra uno de los factores que más ayudan a desprestigiar al oponente: la elección de candidatos paracaidistas, es decir, ajenos a la realidad del territorio por el que se presentan o dicen defender:

Por último, destacamos el discurso de David Bravo, candidato de Podemos, en Almería sobre el debate a cuatro emitido por Atresmedia, intervención que se convirtió en un monólogo de El club de la comedia:

CODA. Otro de los últimos vídeos de campaña difundidos por Podemos: En esta ocasión, se opta por recuperar un recuerdo sentimental de una parte importante de su base electoral, la de los nacidos durante la Transición que vieron, durante la primera mitad de los 80, un programa infantil revolucionario, La bola de cristal:

El guión del último capítulo, emitido cuando se cumplen 30 años desde que dejó de emitirse, lo escribió Santiago Alba Rico, número 2 de Podemos al Senado por Ávila. Alba Rico es hijo de la creadora de La bola de cristal, Lolo Rico, y junto a su madre escribió los guiones del programa. Hace unos días, la propia Lolo Rico pidió el voto a Podemos de esa generación que creció viendo ese programa:

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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