Dicho y hecho. El lunes se anunció un principio de acuerdo entre el PSOE y C’s tras la reunión de sus líderes, Pedro Sánchez y Albert Rivera, en el Congreso, encuentro que se produjo simultáneamente al que mantuvo José Enrique Serrano, ex jefe de gabinete de Alfredo Pérez Rubalcaba y hoy en el grupo negociador de los socialistas, con representantes de C’s. Esa reunión tuvo lugar al mismo tiempo que una delegación de los socialistas negociaba con los portavoces de Unidad Popular, Podemos y sus confluencias, también en el Congreso de los Diputados.
Este martes, como mandan los nuevos tiempos, Rivera y Sánchez comparecieron por separado para explicar que se había llegado a un acuerdo que se basaba en una reforma exprés de la Constitución para abordar cinco puntos:
- La supresión de la figura de los aforamientos.
- Facilitar las iniciativas legislativas populares, bajando de 500.000 a 250.000 las firmas necesarias para impulsarlas.
- La despolitización de la justicia.
- La supresión de las diputaciones.
- Limitar los mandatos a ocho años para el presidente del Gobierno.
Este miércoles, estos cinco puntos se han transformado en un acuerdo para un Gobierno reformista y de progreso que supone un compendio de algunas de las medidas estrella que han defendido ambos partidos durante la precampaña electoral, la campaña y esta larguísima negociación de investidura que acabará, si todo transcurre según lo previsto, con la votación del programa de Gobierno de Pedro Sánchez en segunda vuelta.
En el documento, de 66 páginas, menciona casi al final el problema catalán (para señalar que no se permitirá la convocatoria de un referéndum) y la lucha contra la violencia de género aparece en la página 41. Se habla de la reforma de la Ley electoral (señalando sólo que se estudiará aumentar su proporcionalidad y que se derogará el voto rogado) y se impulsan medidas para mejorar la calidad democrática de los partidos e instituciones. Destacamos los apartados que nos parecen más interesantes:
En el texto, se pueden leer expresiones como «capitalismo de amiguetes» (copyright de C’s), se habla de un pacto energético (con moratoria al fracking y cierre de las centrales nucleares a los 40 años de vida útil) y se explicita el combate del fraude fiscal. Es posible que este asunto, junto al de la lucha contra la corrupción (página 51) y las medidas dirigidas a los autónomos, sean las que más que se plasman con mayor seriedad.
Por lo demás, en el texto se explicitan las medidas de ambos partidos contra el desempleo (con iniciativas para impulsar el emprendimiento que suenan a unicornios sobrevolando Madrid y otras más serias en relación al paro de larga duración y al de los mayores de 50 años), con la asunción, por parte del PSOE, de una suerte de contrato único (que, en la práctica, reduce la indemnización por despido procedente e improcedente en origen) y planes para reactivar la economía (con odas a no subir impuestos a las clases medias y trabajadoras, según la consigna de Ferraz, mientras se señala que se cumplirán los deberes que lleguen de Bruselas).
Además de asumir el contrato único, se aceptan también los principios generales de la reforma sanitaria aprobada por el Gobierno del PP y se corrigen aspectos de la reforma laboral (si bien Sánchez, en su rueda de prensa, aseguró que ésta se derogaría). Lo mismo se puede decir de la Ley de Seguridad Ciudadana, de la que se anuncia su reforma. Sí se apunta que se derogará la prisión permanente revisable y la penalización del derecho a la huelga en el apartado de reforma de la Justicia.
CODA. Antes de la escenificación del acuerdo, Ferraz dio a conocer la fórmula con la que consultará a su militancia la adopción de acuerdos con otras formaciones políticas. Conectando con la mejor tradición del referéndum sobre la entrada de España en la OTAN (De entrada, no), la pregunta que Ferraz dirige a los militantes será:
Los militantes socialistas responderán Sí/No a esta pregunta a partir de este viernes a través de Internet y el sábado 27 de febrero en votación secreta en urna en las agrupaciones del partido.
Evidentemente, el apoyo será masivo, que es precisamente lo que se busca para fortalecer la figura de Sánchez dentro del partido, y la única duda que cabe en estos momentos será el porcentaje de participación.
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