[cortesía de @Barahona]
Chrysler lo ha vuelto a hacer. Tras los anuncios protagonizados por Clint Eastwood y Bob Dylan, la compañía da un salto y este año hace que la venta de su marca caiga en dos ex presidentes de EEUU en la ficción: Martin Sheen, Josiah Bartlett en la serie The West Wing, y Bill Pullman, Thomas J. Whitmore en la película Independence Day.
Ambos se encuentran, uno a bordo de un Chrysler modelo 200 y otro en un 300, e intercambian impresiones sobre lo que el pueblo quiere (necesita) desde la experiencia que les aportó sus respectivos mandatos al frente de la Casa Blanca. Sheen/Bartlett apunta que el pueblo estadounidense necesita «el mejor sistema de tracción de su clase» (que es el que le daría el Chrysler que conduce) y Pullman/Whitmore apela al conocimiento que le dio ejercer el mismo cargo («Estás hablando conmigo como si yo no hubiera sido presidente, éramos los dos presidentes»). Tampoco falta el guiño a que Bartlett no tuvo que hacer frente al mismo problema que él desde el Despacho Oval (la invasión alienígena).
Cuando señalamos que EEUU no tiene competidor en relación a sus industrias culturales, con guiños a las primarias presidenciales que se deciden durante estos meses, nos referimos precisamente a esto. Por cierto, el spot, creado por Wieden + Kennedy Portland, tiene segunda parte, esta vez referida a la tendencia de los candidatos presidenciales a virar al centro después de haber cortejado a sus respectivos extremos políticos:
CODA. Tal y como se esperaba, el Supermartes (día en el que se celebraron primarias en diez estados simultáneamente) aclaró el futuro en la elección de los candidatos presidenciales entre los demócratas y los republicanos. En el lado del GOP, Donald Trump volvió a confirmar que la broma se ha acabado: Su discurso, que en Europa provoca que nos echemos las manos a la cabeza, está siendo ampliamente aceptado entre las bases republicanas en todas las zonas del país.
Tras recibir el apoyo de Chris Christie, el gobernador de Nueva Jersey que antes de comenzar la carrera sonaba como un aspirante a conseguir la nominación en el GOP, el martes ganó las primarias en Alabama, Georgia, Massachusets, Tennessee y Virginia y suma 316 delegados y 234 superdelegados (lejos de los 1.237 necesarios para conseguir la nominación. Ted Cruz ganó en su estado natal (Texas) y en Oklahoma y sólo la victoria de Marco Rubio en Minnesota hizo que la esperanza blanca latina del GOP no se retirara de la carrera.
Si tenemos en cuenta los datos difundidos por el Pew Researcha Center antes del Supermartes, la victoria de Trump es todavía mayor: El factor religioso apenas tiene relación en su avance [gráfico vía @RichardWike]: Gana en estados con mayoría evangélica (Alabama o Tennesse) y en estados con mayoría católica o laica (como Massachussets)
En el lado demócrata, las cosas le fueron bien a Hillary Clinton. Ganó en Alabama, Arkansas, Georgia, Tennessee, Texas y Virginia. Su competidor, Bernie Sanders, se alzó con la victoria (previsible) en Vermont y ganó en Oklahoma, Minnesota y Colorado. Un magnífico resultado si se tiene en cuenta que, antes de las votaciones, se esperaba que el senador sólo venciera en dos estados (uno de ellos, Vermont).