Los sondeos sobre intención de voto publicados este mes de marzo confirman un escenario estable en Portugal respecto a los estudios publicados durante el mes de febrero. El centro derecha (en la oposición) y los socialistas empatarían si hoy hubiera elecciones. El PSD, que lidera Pedro Passos Coelho, obtendría el 34.05% de los votos de media, con horquillas que le sitúan entre el 32% y el 36.1%; se habría dejado 4.6 puntos durante estos meses, aunque hay que tener en cuenta que en los últimos comicios legislativos el PSD y el CDS se presentaron en coalición bjao el hombre de Portugal a Fora.
Según los datos recogidos, el CDS hoy se movería en torno al 5.1% de los votos, con diferencias de hasta 6 puntos según la empresa demoscópica. Si se sumaran sus votos a los del PSD, el centroderecha volvería a ganar los comicios con el 39.15% de los votos, por lo que la suma de ambos partidos sólo habría perdido medio punto en estimación de voto en relación a los comicios.
Por su parte, el PS, que encabeza el actual primer ministro, António Costa, también se movería en ese porcentaje de voto, con una media del 32.2%, un resultado prácticamente idéntico al obtenido en las últimas elecciones generales. Desde hace unas semanas, su Ejecutivo ya convive con el presidente de la República salido de las urnas, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, que juró el cargo prometiendo combatir la corrupción, el nepotismo y el clienterismo.
A su izquierda, parece que el acuerdo por el que el BE y el CDU apoya parlamentariamente el Gobierno de Costa no les pasa factura. El BE obtendría una representación casi idéntica a la que tiene en la actualidad (10.25% de los apoyos) y los comunistas se moverían en torno al 7.2% de media (-1 punto respecto a su representación actual pero +0.6 puntos respecto a las estimaciones de hace un mes).
Tras el acuerdo parlamentario de izquierdas, el Gobierno de Costa recibió el visto bueno del Parlamento, que con 122 votos a favor y 107 en contra sacó adelante su proyecto de presupuetos para 2016, unas cuentas públicas centradas en minimizar las consecuencias de las políticas de austeridad aplicadas por el anterior Gobierno. Hasta el momento, ya se han aprobado algunos de los puntos centrales del acuerdo firmado con el BE y el CDU. A saber:
- La subida del salario mínimo de 589 a 618 euros mensuales
- La reducción de impuestos, con la disminución progresiva de la tasa extra que pagaban todos los trabajadores privados -con sueldos superiores al salario mínimo- y que estaba estipulada en el 3.5 %. La medida afecta a 90% personas.
- La restitución de las condiciones salariales de los funcionarios públicos.
- La subida de las pensiones más bajas (2 euros mensuales para las inferiores a 628 euros).
- Un descenso de las tasas de acceso a la sanidad pública y la eliminación total en el caso de la interrupción voluntaria del embarazo
De acuerdo con los presupuestos aprobados, se prevé un crecimiento de la economía portuguesa del 1.8% para este año, con una previsión de déficit del 2.2% (frente al 4.3% con el que cerró 2015). Estas medidas se han aprobado mientras desde la Comisión Europea llegan exigencias para que el país cumpla con los objetivos de déficit previstos y para que reduzca su deuda pública (130% del PIB). Pese a todo, hace unos días que conoció que la agencia S&P decidió mantener el rating de la economía lusa.