Existe una máxima en política: Cuando las cosas te van bien, hay que tener la humildad suficiente para no vanagloriarse de una tendencia que puede volverse en contra en un entorno tan mediatizado e histérico como el español en estos momentos. Una segunda máxima, aplicable a la vida real, es: Si está en tu mano cambiar lo que te va mal, no te quejes, porque si lo haces, muestras una debilidad que puede ser aprovechada por tu adversario o enemigo político. Los cuarteles de campaña de PSOE y C’s parecen haberse olvidado de esta segunda regla y, lo que es más grave, lo han hecho público.
C’s ya no saca rédito de sus apariciones en Salvados
Domingo por la noche. La Sexta publicita el nuevo cara a cara que enfrentará a Pablo Iglesias y a Albert Rivera en Salvados, el programa que dirige y presenta Jordi Evole, autor de todas las entrevistas políticas que se emiten en el programa. Seis meses después del primer debate, con montaje incluido, el espectador puede comprobar cómo medio año en un contexto político como el actual equivale a cuatro años.
Tanto Rivera como Iglesias, que se han dicho de todo durante el proceso de investidura fallida de Pedro Sánchez, confirmaron que se han hecho mayores y, como sus homólogos de PP y PSOE, mostraron tics que hacen pensar que la nueva política se parece cada vez más a la vieja política.
Rivera, con el recuerdo de su viaje a Venezuela en la mochila, apareció menos preparado e infinitamente menos fresco que en su primera intervención en Salvados, en el mes de diciembre. Físicamente, fue evidente el aspecto de cansado del cabeza de lista de C’s, algo que se pudo comprobar también en sus argumentarios. Después de haber visto el programa, aportó una serie de evidencias y de argumentos de brocha gorda sobre los distintos aspectos tratados y dejó clara su animadversión contra Pablo Iglesias, al que acusó en muchos momentos de intransigente. Fue su mejor baza.
Al contrario de lo que ocurrió en el debate del mes de diciembre, Iglesias fue mejor preparado. Llevó fichas para responder a Rivera, usó la hemeroteca para destacar que C’s puede ser un partido nuevo en España pero no en Cataluña y, en general, manejó un argumentario más del gusto del espectador medio de La Sexta.
Nuestra percepción es que ganó un debate muy bronco, que evidenció que tanto Podemos como C’s ya no son los mirlos blancos que se creyó ante el 20D. Sin embargo, en el fondo, el enfrentamiento benefició sobre todo a Mariano Rajoy porque ayudó a quitarse del medio a Rivera y su capacidad para pescar en el caladero del PP y porque puso en evidencia uno de los problemas que puede tener Iglesias en el debate a cuatro que les enfrentará a todos este lunes: Una agresividad excesiva que hace que sus argumentos pierdan credibilidad. Será curioso ver cómo el presidente del Gobierno en funciones lidia con ese rasgo de la personalidad del líder de Podemos.
Este lunes, los análisis coincidieron en que ninguno ganó un debate en el que Iglesias estuvo mejor en el fondo y, con matices, en la forma. Una opinión que no ha sentado muy bien al equipo de campaña de C’s que, en lugar de aceptar esas opiniones con elegancia y reconocer que tal vez su candidato no estuvo bien, ha cargado contra el mensajero.
Juan Carlos Girauta habló del debate como de una encerrona y acusó a Jordi Évole de apagar el aire acondicionado, lo que a su juicio explicaría por qué Rivera evidenció sudoración (hasta el punto de acabar con cercos de sudor en la camisa). El número 2 de C’s por Madrid aseguró que Iglesias puso como condición que fuera Evole el que moderara el debate, algo sumamente extraño si tenemos en cuenta que Évole siempre hace todas las entrevistas del programa Salvados. Es decir, Girauta reconocía indirectamente que su candidato perdió el debate y, todavía peor, lo hizo disparando contra los organizadores.
Viñeta de Ferrán Martín publicada en republica.com
El PSOE y las encuestas desmoralizadoras
Todas las encuestas que se han publicado hasta el momento son malas para el PSOE. No hay ninguna que refleje que los socialistas aguantarán como segunda fuerza en número de votos aunque sí hay algunas que recogen que los socialistas ganarán a Unidos Podemos en número de diputados. La puntilla que habría terminado de minar la moral de Ferraz habría sido la encuesta publicada este fin de semana en el diario El País.
Ante este escenario, Ferraz ha puesto en marcha dos viejas estrategias: Una, difundir una encuesta propia, de la que no se conoce la ficha técnica, que muestra que los socialistas ganarán el 26J a Unidos Podemos tanto en escaños como en votos. Otra, señalar que el resto de encuestas, que publican medios de comunicación de todo tipo de pelaje o instituciones públicas, tienen como objetivo desmoralizar al votante socialista para que el día de las elecciones se quede en casa.
Estamos, pues, ante la constatación de que la campaña electoral del PSOE no marcha bien, como apunta la contratación de un centenar de militantes del partido, a través de una empresa, para que ayuden en las tareas de organización de los actos. Un trabajo que hasta ahora corría a cargo de los voluntarios.
La dirección socialista, por lo tanto, sigue con su manual de supervivencia en lugar de reflexionar sobre los erráticos mensajes que se difunden, como el que este martes confirmó que los socialistas no derogarán toda la reforma laboral del PP si llegan al poder (algo que ya se recogió en el acuerdo con C’s), prefieren hablar de una suerte de conspiración generalizada para acabar con el PSOE de Pedro Sánchez.
Ferraz sigue corriendo para no ver que, el problema es precisamente haber elegido un candidato tan insustancial como Sánchez, capaz de sugerir que tras el 26J aceptará un Gobierno del PP si el PSOE no tiene los votos suficientes, opinión matizada en los días sucesivos, o que oferta a Cataluña abrir un proceso para reconocer su singularidad, propuesta que los barones socialistas echaron por tierra ipso facto.
Los grandes beneficiados: PP y Unidos Podemos
Desde hace semanas, hablamos de una campaña electoral polarizada en estos dos pivotes. Unidos Podemos se está tomando el lujo de romper el ritmo al plantear un lema y una campaña en positivo, incluso con toques naïf (a pesar de los problemas que ha creado el famoso corazón con el que concurrirán a las elecciones). Este miércoles, se presentó en sociedad el programa electoral con el que concurrirán a los comicios confirmando que es el partido que tiene más claro que ante la repetición de las elecciones no se puede dar al electorado exactamente lo mismo.
A la nueva formación tras el pacto con IU se suman los argumentos que proclaman que ahora Unidos Podemos es el proyecto socialdemócrata por excelencia mientras que Pablo Iglesias reniega de su pasado comunista (con respuesta directa en Twitter auspiciada por el PCE). Y, desde este miércoles, la novedad más interesante de la campaña hasta ahora: El programa vendido como si fuera un catálogo de Ikea con el mismo formato y que resulta coherente con el planteamiento general de la campaña.
La idea, según Carolina Bescansa, es que esta vez el electorado sí eche un ojo al contenido del programa y a los candidatos tal y como hace con el catálogo de la empresa de muebles y decoración sueca. Es posible que la formación no tenga financiación suficiente para enviar un catálogo similar a todos los hogares del país, pero sería un buen punto que demuestra que, al menos en creatividad, las mejores mentes están ahora trabajando en Podemos.
Como maldad, señalar que Iñigo Errejón sólo aparece en tres ocasiones, dos más que el destituido Sergio Pascual. Por su parte, Pablo Iglesias aparece hasta en ocho ocasiones (por primera vez en la página 25, en el apartado relativo a las pensiones). En general, los candidatos de Podemos son grandes aficionados a la lectura y todos aparecen retratados en casas muy normales, sin atisbo de lujos.
El PP, por su parte, esta vez ha decidido no esconderse. Ya hemos contado que Mariano Rajoy participará en el debate a cuatro y acudirá también a El Hormiguero (el programa en el que Soraya Sáenz de Santamaría hizo el ridículo en beneficio de los intereses de Génova).
Mientras, su Gobierno sigue adoptando decisiones tan curiosas como ofrecer al dimitido ministro de Industria, José Manuel Soria, un puesto como asesor del Banco Mundial. Soria, obligado a dimitir por su vinculación a los Papeles de Panamá, vería recompensado sus años de sacrificio en la política activa con un puesto bien remunerado que vuelve a evidenciar que en este país tenemos con un gran problema con las personas que usan la política como trampolín para mejorar profesionalmente.
El equipo de campaña del PP, mientras tanto, sigue difundiendo vídeos también en positivo, como éste sobre los 122 gatos (la misma cifra de diputados que logró el PP tras la expulsión de Gómez de la Serna, que se negó a abandonar su escaño pese a su implicación en casos de presunta corrupción) para convencer al electorado de que debe votar de acuerdo a datos y no bajo el planteamiento de hacerlo en contra de una fuerza:
El mismo día en el que se presentó el vídeo del PP, el partido que genera más rechazo entre el electorado del resto de formaciones, según los sondeos, Jorge Moragas, director de esta campaña electoral, también dio a conocer la nueva versión del himno del PP en estos comicios. Merengue en lugar de reggeaton [música que tiene mayor nivel de penetración entre un target de edad, los menores de 30 años, para los que el PP simplemente no existe ni como opción]:
CODA. La Casa Blanca confirmó que Barak Obama visitará España en el mes de julio. El presidente de EEUU cumple así con la tradición de visitar nuestro país antes de que expire su mandato y lo hace 15 días después de las elecciones para no interferir en el proceso. En este punto, se ha disparado la rumorología en relación a que Washington ya debe tener claro lo que saldrá de las elecciones generales y evita así una visita que puede poner en aprietos al servicio de protocolo al tener que dar su lugar tanto al presidente del Gobierno en funciones como el candidato con más opciones para ser elegido.