Hace más cuatro años que nació este blog y, desde el comienzo, hemos hablado en bastantes ocasiones de que la crisis financiera y, sobre todo, su gestión, se ha llevado por delante buena parte del trabajo realizado durante décadas para construir una identidad que acompañara la construcción del proyecto europeo. Estos días tenemos la confirmación de que el edificio comienza a estar afectado por diferentes fenómenos que pueden tener más que ver de lo que se cree:
- Ahí está la gestión del Brexit, que se ha llevado por delante al primer ministro, David Cameron, por la convocatoria de un referéndum al que quiso dar la vuelta cuando los sondeos reflejaron que la opcion de abandonar la UE ganaba adeptos. Nick Farage, el líder de la UKIP, anunció hace unos días que abandona el cargo porque ha cumplido con sus expectativas políticas (que el Reino Unido abandone la UE, aunque ahora se lave las manos en relación a la gestión del proceso) y Jeremy Corbyn se enfrenta a una rebelión en el laborismo apenas un año después de haber sido elegido.
- Ya señalamos hace unos días que sectores de Francia, Italia y Países Bajos habían solicitado la celebración de referendos en sus respectivos países sobre la permanencia en la UE. También se sumó hace unos días República Checa, donde se ha solicitado una consulta que decida si la ciudadanía quiere seguir en la UE y en la OTAN.
- El auge de las opciones de ultraderecha en Centroeuropa, con repetición de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Austria incluida, y en Francia, donde el Frente Nacional espera que las elecciones presidenciales y legislativas que se celebrarán el próximo año revalide lo que todos los sondeos reflejan.
Italia, al rescate de su banca
Los efectos de la crisis financiera se cebaron, sobre todo, en las economías periféricas del euro. Los países PIIGS (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) vivieron cómo los mercados se aprovecharon de su debilidad y del estallido de sus respectivas burbujas (sobre todo hipotecarias) para probar la fortaleza de ese club llamado Europa.
Recordemos cómo se hablaba abiertamente de la posibilidad de que Grecia saliera de la Eurozona y de cómo, a diferencia de lo que hizo EEUU con California, por ejemplo, Bruselas eligió Atenas como el país que serviría de modelo para que otros adoptaran medidas impopulares voluntariamente.
Desde que comenzaron los problemas en España, se vino alertando de que el próximo país en caer podría ser Italia, uno de los países fundadores de la CEE y la séptima economía del mundo antes del estallido de la crisis que comenzaron las hipotecas subprime. Durante el verano de 2012, cuando el Gobierno español tuvo que pedir el rescate financiero, se daba por hecho que Italia sería el siguiente país en caer. Entonces llegaron los mensajes de Mario Draghi y la constatación de que el BCE estaba dispuesto a intervenir para «salvar el euro». Italia se libró pero siguieron los problemas.
Hasta el momento. El Brexit ha tenido un efecto inesperado y es que de repente se ha comenzado a hablar abiertamente de la posibilidad de un rescate de los bancos italianos que, además, incumpliría el método acordado y seguido con el rescate de Chipre. Así, Mateo Renzi estaría dispuesto a adoptar la vía española (que fue la misma que tomaron Grecia y Portugal): Intevendría con fondos públicos para salvar a sus bancos, de manera que estaríamos ante un nuevo ejemplo de cómo la deuda privada de los bancos se transforma en deuda pública. Con el añadido de que Italia ya tiene un porcentaje de deuda pública disparada (132.70% del PIB al cierre de 2015).
Renzi, por lo tanto, se saltaría la norma que marca que son los acreedores los que deben financiar los rescates bancarios, que se planteará sin necesidad de liquidar ningún banco. En el punto de mira, la situación del Monte dei Paschi di Siena.
La UE saca ahora todos los expedientes pendientes sobre España
Bruselas argumentó que no pensaba interferir en las elecciones generales de España a diferencia de lo que se hizo sin disimulo en Grecia, por ejemplo, ante las elecciones de 2012 y, sobre todo, las de 2015. De ahí que se pospusiera el debate sobre la multa a España (es decir, al Gobierno de Mariano Rajoy) por la desviación del objetivo del déficit el pasado año que se abordará próximamente.
Desde que concluyeron las elecciones generales, Bruselas ha hecho públicos varios informes que tenía en el cajón:
- Este jueves, la Comisión Europea abrió la puerta a sancionar a España. El 12 de julio se reúne el Ecofin, que deberá decidir sobre si finalmente se multa a España (y a Portugal) por el desvío del objetivo del déficit en 2015. Según la CE, España «no ha tomado medidas efectivas» para reducir el déficit, con lo que se abre la vía a una multa de más de 2.000 millones. Y, de paso, se advierte de que el Gobierno no ha tomado medidas para intentar cumplir el objetivo fijado para este año.
- Bruselas cuestiona la independencia de la investigación del accidente del tren Alvia que en agosto de 2013 causó 80 fallecidos y 140 heridos. En un informe concluido hace cinco meses, la Agencia Ferroviaria Europea pone en duda el trabajo de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) de España al centrarse en la hipótesis del «error humano» dejando a un lado «cuestiones esenciales sobre el origen del accidente»
- La CE declara ilegales las ayudas del Estado a siete clubes de fútbol: Bruselas pone el foco en los 50-70 millones recibidos por el Real Madrid, el Valencia CF, el FC Barcelona, el Elche CF, el Athletic de Bilbao y el Atlético Osasuna. Se trata de tres investigaciones diferentes: La permuta de terrenos entre el Real Madrid y el Ayuntamiento de Madrid en 2011; avales del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) al Valencia CF, al Elche CF y al Hércules CF entre 2009 y 2013; y otra sobre un tipo ventajoso a la hora de pagar e limpuesto de sociedades, de las que se habrían beneficiado el Real Madrid, el FC Barcelona, el Athletic de Bilbao y el Atlético Osasuna desde el año 1990. Estas ayudas deberán ser devueltas a Hacienda.
Cuando hablamos de desafección de los ciudadanos ante el proyecto nos referimos precisamente a estas tendencias a proteger a los suyos, una manera de intervención indirecta en los procesos electorales de los países.
El fondo de reserva de la SS, en mínimos
El Gobierno en funciones volvió a actuar tras las elecciones como nos tenía acostumbrados. El 1 de julio por la tarde, en vísperas del fin de semana y en plena Operación Salida de tráfico, Moncloa comunicó que había vuelto a sacar 8.700 millones del Fondo de Reserva de la Seguridad Social para pagar las pensiones y se alertaba de que, a este ritmo, el dinero se agotará en 2017. El fondo, a finales de 2011, se encontraba en sus máximos niveles con 66.375 millones de euros. Tras el Gobierno del PP, la llamada «hucha de las pensiones» se ha reducido un 60% hasta los 25.176 millones actuales.
Gráfico de elpais.com
Y todo ello a un crecimiento del 3.5% del PIB a lo largo de esta año, un dato que, combinado con las cifras del desempleo, debería hacer reflexionar sobre el cambio de paradigma que la gestión de la crisis ha provocado en Europa.