Sánchez dice «no a día de hoy» y Rajoy se arriesga a ir de farol

Primera reunión entre el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, y el líder del principal partido de la oposición, Pedro Sánchez, para explorar las posiciones de ambos de cara a la hipotética investidura del cabeza de lista del PP. Tono y formas completamente distintos a la primera reunión mantenida por ambos el pasado mes de enero, que apenas duró media hora y de la que trascendió la imagen del saludo frustrado de Sánchez a Rajoy.

Esta vez hubo saludos, caras sonrientes y mensajes ambiguos tras casi hora y media de reunión en la que Rajoy trasladó al líder del PSOE el programa de gobierno con el que aspira a volver a ocupar el Palacio de la Moncloa como presidente del Ejecutivo. Un texto que, por cierto, prosigue con la senda laxa en relación al ajuste fiscal, algo que podría terminar generando problemas a Madrid con Bruselas. 

En la rueda de prensa posterior a la reunión, la primera con preguntas que celebra Sánchez desde el pasado 24 de junio, en el último día de campaña, el líder socialista señaló que le había dicho a Rajoy que no le apoyará en la votación de su investidura y que debe ser el PP el que busque sus aliados parlamentarios para volver a convertirse en presidente del Gobierno.

No obstante, durante toda su comparecencia, Sánchez dejó caer en varias ocasiones la fórmula «a día de hoy», lo que da cuenta de que la posición del PSOE ni mucho menos es tan contundente como la que exhibió tras las reuniones con Rajoy celebradas durante la anterior Legislatura. «A día de hoy» sugiere que, si las circusntancias cambian, el partido podría estar abierto a otras posibilidades. Es decir, es posible que Ferraz pudiera replantearse la situación si otro partido (léase, Ciudadanos) apoyara finalmente la investidura de Rajoy.

Sánchez devuelve de esta forma la pelota al tejado de C’s, que este martes sugirió que le corresponde a los socialistas fijar posición para desbloquear la situación política. Este martes, Albert Rivera anunció que la ejecutiva de su partido había decidido cuál será la posición si finalmente Rajoy acepta el encargo del Rey y se postula como candidato a la presidencia del Gobierno: No en la primera votación y abstención en la segunda.  En el momento de elaboración de este post, no había trascendido a cambio de qué C’s adopta este giro.

El líder socialista dejó claro que su partido hará «todo lo posible para que no haya terceras elecciones» y remarcó que «siempre estará en la solución», lo que deja la puerta abierta a dos opciones:

  • La abstención en la segunda votación, como sugería estos días el diario El País
  • O la posibilidad de que vuelva a intentar ser investido presidente del Gobierno, para lo que haría falta explorar una política de alianzas completamente diferente a la que intentó en febrero, con C’s como partido central. Esta vía, por cierto, también estuvo ahí en la anterior legislatura y el partido en su conjunto decidió ignorarla.

En esta segunda línea cobra sentido la posición defendida por el portavoz parlamentario de CDC, Francesc Homs, que pidió a Sánchez que se presente a la investidura, por lo que se podría activar la vía de conformar una mayoría alternativa al PP con los 85 diputados del PSOE, los 71 de Unidos Podemos y, por ahora, los 6 de CDC. Como ocurrió en la anterior negociación, Sánchez tendría en contra a una parte importante del partido que estableció como línea roja un acercamiento a los partidos independentistas.

Rajoy, entre las prisas y la ambigüedad

El presidente del Gobierno en funciones también compareció en rueda de prensa tras su encuentro con Pedro Sánchez y lanzó dos mensajes que podrían parecer contradictorios: Por un lado, insistió en que ir a unas terceras elecciones sería «una locura», por lo que espera desbloquear la negociación para formar Gobierno entre finales del mes de julio y comienzos de agosto. Por otro, sugirió la posibilidad de no aceptar de nuevo el encargo del Rey para someterse a votación en el Congreso si no tiene los apoyos necesarios: «Si tuviera la certeza total de que es imposible la investidura, abriría un periodo de reflexión para ver si hay intención en el resto de los partidos de dar una solución a la situación».

Sobra decir que ese segundo escenario de bloqueo nos volvería a llevar a lo que ocurrió el pasado mes de enero, con toda la presión en el lado del PSOE tanto si decide apoyar por activa o por pasiva la candidatura de Mariano Rajoy como si decide explorar la vía alternativa para evitar nuevas elecciones.

Salvo que Sánchez logre ser investido presidente finalmente, lo que abriría la senda a otros problemas, comenzando por la propia situación interna del partido, esa posibilidad revertiría en una pérdida de la confianza del electorado para todas las formaciones señaladas como los causantes del bloqueo institucional que mantiene en punto muerto el funcionamiento institucional del país desde diciembre.

CODA. La parálisis a la que nos referimos tiene consecuencias, como la ausencia de España de todas las reuniones de los grandes países de la UE que desde el referéndum del Brexit se están celebrado. La próxima, a finales de agosto, sin presencia del presidente del Gobierno español.

Antes hablamos de los problemas que puede tener finalmente Madrid con Bruselas por la relajación de los controles de austeridad. Este martes, se celebró la reunión del Ecofin en la que se discutió la multa a España (y a Portugal) por el desvío del objetivo de déficit en el año 2015 y por la escasa voluntad de revertir la situación por parte de un Gobierno que lleva en funciones desde el 21 de diciembre.

En la reunión, el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, anunció una subida de facto del impuesto de Sociedades que permitirá recaudar 6000 millones de euros. Una medida que se hará con un adelanto a cuenta del pago de dicho impuesto, lo que, si se prolonga en los sucesivos años, confirmará la subida impositiva.

Puesto que se trata de un impuesto que pagan casi en exclusiva las pymes, el Ejecutivo hace recaer toda la borrachera electoral que arrancó en 2015 con la rebaja de impuestos en el pequeño y mediano empresariado. Un anuncio que llega, por cierto, después de haber ofertado durante la última campaña electoral  una rebaja de impuestos precisamente para ayudar a las pymes.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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