El nuevo Parlamento griego quedaría reducido a seis formaciones con representación política si hoy se celebraran elecciones generales, con Nueva Democracia como el primer partido en porcentaje de voto, de acuerdo con las estimaciones de voto publicadas a lo largo del mes de junio. ND, con el 29.4% de los votos de media, habría ganado 1.4 puntos en intención de voto respecto a las elecciones generales del pasado mes de septiembre aunque cae 1.3 puntos en relación a los sondeos publicados a lo largo del mes de mayo:
Syriza, con el 22% de los votos de media, cae casi 14 puntos respecto a sus últimos resultados en las elecciones, aunque gana medio punto si lo comparamos con los trabajos demoscópicos del mes pasado. Su socio de Gobierno, Griegos Independientes, quedarían sin representación al obtener el 2.7% de los votos de media (el límite legal que marca la ley electoral griega está en el 3%).
También quedarían fuera del Parlamento To Potami, el partido revelación de los comicios de enero de 2015, una suerte de C’s a la griega, que se quedaría con el 2.4% de media. Su espacio vuelve a ocuparlo el EK, que volvería a obtener un 3.4% de la representación de media. No correría la misma suerte el LAE, la escisión de Syriza, que con el 2.9% de media (un resultado prácticamente idéntico al obtenido en septiembre de 2015), volvería a quedarse sin representación.
Amanecer Dorado, con el 7.7% de media, seguiría siendo la tercera fuerza parlamentaria, seguido del KKE, que superaría al PASOK con un 6.5% de media (casi un punto más que en las últimas elecciones). Los socialistas se moverían en torno al 5.5% de media, casi medio punto menos que en las elecciones.
Según los sondeos publicados, hay una bolsa de indecisos que va del 8.5% (Pulse) al 21.1% (MRB), en un momento en el que la popularidad de Alexis Tsipras está por los suelos pese a los anuncios simbólicos de planes de inversión pública para dinamizar la economía. También es importane señalar que quedan más de tres años para celebrar los próximos comicios legislativos en el país, que ya podrían estar sujeto a la nueva ley electoral cuyo proyecto se presentará el próximo 24 de julio.
Según las informaciones que han trascendido, el texto incluye que se reducirá o eliminará totalmente el bonus de 50 diputados que recibe el partido más votado para reforzar las mayorías. Syriza plantea reducir el número de diputados a 270 y reforzar el carácter proporcional del sistema electoral, con la posibilidad de rebajar a 17 años la edad legal para poder votar. También se facilitará la posibilidad de celebrar referendos a través de la iniciativa popular. Según Tsipras, todas las formaciones, excepto ND, habrían recibido con buenos ojos los cambios propuestos.
Del Grexit al Brexit
Desde que la crisis impactó en la Eurozona, en 2008, y sobre todo desde que se comenzó a hablar del rescate de la economía griega, en 2009, los países en el corazón financiero de la UE (a los que se sumaron España y Portugal) hicieron de Grecia el principal argumento de sus campañas para que la ciudadanía aceptaran las medidas de recorte de gasto público impulsadas desde los distintos Gobiernos.
Resulta irónico, por lo tanto, que el principal riesgo para la construcción de la UE haya venido precisamente del Reino Unido, un país que, si bien es cierto que no estaba en el núcleo duro de la moneda única (con todas sus implicaciones), sí resultaba una pieza fundamental en torno a la posición geoestratégica que Europa quería ocupar en el mundo.
Por este motivo, no resulta extraño que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, haya sido uno de los líderes europeos haya hablado con mayor claridad de los errores de construcción de la UE: «Me temo que estamos en una difícil encrucijada. La UE ha llegado a una crisis predecible, por el déficit democrático y la ausencia de cohesión y de solidaridad. Espero que el resultado del referendo británico sirva como llamada de atención a Europa».
Hace unas semanas, la prensa helena publicó un sondeo en el que el 54% de los ciudadanos se mostraba en contra de celebrar un referéndum sobre la permanencia de Grecia en la UE. En el caso de que se celebrara esa consulta, el 48% votaría a favor de la permanencia con un 39% que apostaría por abandonarlo.