C’s se desmarca y cambia el paso de la legislatura

Los resultados de las últimas elecciones generales tuvieron como efecto una situación de incertidumbre ante las estrategias a seguir por los partidos políticos, sobre todo de los cuatro con representación estatal. Había cierto consenso en que el PP había sido el principal vencedor de la situación de bloqueo creada en la legislatura pasada que había acabado con tres damnificados: El PSOE aguantó como segunda fuerza parlamentaria pero sigue reptando por su suelo electoral; Unidos Podemos no logró sobrepasar a los socialistas ni siquiera en votos; y C’s se había dejado ocho escaños en medio año.

Con estos datos sobre la mesa, había cierto consenso en relación a los perjudicadoss si se diera una situación de bloqueo institucional similar que nos abocada a unas terceras elecciones, a celebrar entre los días 20 y 27 de noviembre. De ahí que se esperaran los movimientos de las direcciones de los distintos partidos, algo que hemos vislumbrado en las últimas dos semanas con distintos posicionamientos: El fin del veto de C’s para que Mariano Rajoy pueda repetir como presidente del Gobierno, el la negativa del PSOE «a día de hoy» a apoyar de forma activa o pasiva la investidura de Rajoy y, sobre todo, la enemistad permanente entre PSOE y Unidos Podemos, una relación conflictiva que puede marcar toda la Legislatura y de la que ya hemos tenido muestras estos días.

Este lunes, apenas 24 horas antes de que se decida la composición de la Mesa del Congreso de los diputados y se vote a su presidente, PP y C’s se desmarcaron con un acuerdo que da pistas sobre el inicio del desbloqueo: Ambos partidos acordaron que fuera un miembro del PP el que presida la mesa de la Cámara Baja, en sustitución del socialista Patxi López, propuesto por su partido de nuevo. Y todo ello a cambio de dos asientos para C’s. El acuerdo se hizo público después de que tanto PSOE como Unidos Podemos señalaran a sus respectivos candidatos, una negociación que se habría frustrado por el anuncio de Unidos Podemos de que su partido Xavier Domènech, cabeza de lista de En Comú Podem.

En cualquier caso, ya no sirve el mensaje que C’s defendió durante la anterior legislatura a favor de que el presidente de la mesa del Congreso sea de diferente partido al del presidente del Gobierno. Y, por supuesto, se confirma que ya no hay reticencias a la negociación de los «sillones» en las instituciones, una crítica hacia Podemos que ganó muchos enteros durante las negociaciones de la investidura de Pedro Sánchez y que ignoró la evidencia: Para poder marcar la política y, sobre todo, poder tomar decisiones, es fundamental ocupar los cargos institucionales, esos sillones que se critican con alegría.

El lunes por la tarde, Génova hizo público el nombre de quien será propuesto para ocupar el cargo de presidente del Congreso. Se trata de Ana Pastor, ministra de Fomento en funciones y mujer leal a Mariano Rajoy, en el punto de mira estas semanas por el informe crítico desde Bruselas a la gestión del accidente del tren Alvia en Santiago de Compostela hace tres años. Una menudencia si tenemos en cuenta que desde hace años forma parte del núcleo duro en torno a Rajoy, incluso en los tiempos en los que su liderazgo fue puesto en entredicho, como ocurrió entre 2004 y 2010.

Pastor, que es diputada desde las elecciones de 2000, recibió el visto bueno de C’s a pesar de su perfil de persona dedicada a la política activa desde la década de 1990, primero con distintos cargos relacionados con la Xunta de Galicia y, a partir de 1999, en ministerios presididos por el propio Rajoy. Según distintos medios, el partido de Albert Rivera habría vetado las candidaturas de José Manuel García Margallo, de María Dolores de Cospedal y de Jorge Fernández Díaz.

Este martes veremos lo que podría ser el primer paso hacia la gobernabilidad del país. Recordemos: PP y C’s suman 169 diputados, los mismos con los que José Luis Rodríguez Zapatero volvió a La Moncloa como presidente del Gobierno entre 2008 y 2011. Queda por aclarar varios puntos:

  • Por un lado, si el partido de Rivera finalmente pasa de la abstención al sí en la segunda votación, tal y como sugirió hace unos días. En el caso de que no lo haga, Rajoy deberá enfrentarse a la posibilidad de gobernar con 137 escaños, siempre que logre la abstención de otras formaciones (bien los nacionalistas periféricos, bien el PSOE).
  • Por otro, hay dudas sobre lo que finalmente decidan PNV y CDC. En el caso del partido que lidera Francesc Homs, este lunes supimos que podría votar a favor de Pastor como presidenta del Congreso (y quién sabe si algo más) a cambio de obtener grupo parlamentario propio. Tenemos pues la mejor muestra de que en política casi nada es eterno.
  • Y, finalmente, existe cierto morbo en relación a cómo C’s va a vender este cambio de alianzas con apenas unos meses de diferencia. Si todo sigue el curso que se ha marcado este lunes, el partido revelación del centroderecha pasará de ser el socio preferente del PSOE, con las consecuencias que vimos respecto a las negociaciones con Podemos, a ser la muleta en la que podría apoyarse el PP en estos primeros momentos de la legislatura.

En cualquier caso, parece que, durante estos días, la iniciativa no la llevan ni PSOE ni Unidos Podemos, a la espera de que la vida institucional comience a funcionar. Ahí veremos, seguramente, la rivalidad entre ambos partidos a la que nos referíamos anteriormente, una rivalidad que quedará marcada por la decisión que adopte el PSOE en relación a la investidura de Rajoy. En este contexto, Unidos Podemos debería esperar a  cómo se desarrollan los acontecimientos en lugar de optar por presionar como intentó hacer con la candidatura de Domènech.

CODA. Como estaba previsto, Ana Pastor fue elegida presidenta del Congreso con 169, 14 más de los que sumó Patxi López, candidato apoyado finalmente por el PSOE y Unidos Podemos, con la abstención del resto de grupos.

Antes, la composición de la Mesa contó con 179 apoyos, 10 más de los que suman  C’s y PP, por lo que se comienzan a hacer apuestas en relación a la procedencia de los 10 votos restantes, con miradas que se dirigen pues a lo que han hecho los partidos nacionalistas periféricos, en especial el PNV y CDC. Las palabras de Rafael Hernando, muy optimista sobre la posibilidad de que CDC finalmente tenga grupo parlamentario propio hace pensar en una negociación a puerta cerrada entre partidos que, hasta antesdeayer, parecían enemigos aférrimos.

Este apoyo por parte del independentismo ha hecho crujir la posición de C’s. Este mismo miércoles, José Manuel Villegas habló de la posibilidad de que su partido se replantee la abstención en la segunda votación de la investidura de Mariano Rajoy si Génova acepta negociar con «los que quieren romper España».

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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