Campaña iniciada por Unicef que pone el foco en la doble vara de medir que desde Occidente se aplica a todo y que explica la selección de temas que ocupan la agenda mediática y por qué hablamos de unos hechos se convierten en noticia y otros pasan desapercibidos para casi todos.
Ahí está el fenómeno de los refugiados (que sigue a diario en las costas del Mediterráneo pese a la nula atención de los medios); el del terrorismo (41 muertos en un atentado suicida en el aeropuerto internacional de Estambul, sin nada que ver con Je suis Paris o Je suis Brussels que se popularizó tras las acciones terroristas en estas ciudades); e incluso las interpretaciones hacia el funcionamiento de los distintos países. Hace unas semanas, el Constitucional austriaco ordenó la repetición de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales por irregularidades, una noticia que ha ocurrido en Austria y no en Grecia o España, países a menudo señalados desde el corazón de Europa como esas naciones en las que es normal que pasen cosas como éstas por su informalidad.
La protagonista del vídeo es una niña de corta edad que cambia de aspecto para probar, precisamente, cómo ciudadanos anónimos normales afrontan la diferencia llevado simplemente por las apariencias (es decir, por su constructo cultural e ideológico). Este trabajo se rodó en Tiflis, la capital de Georgia, y no tiene desperdicio