Aitor Esteban, portavoz parlamentario del PNV, se pronunciaba de esta manera tras reunirse con el Rey en la ronda de contactos del monarca con las fuerzas políticas para pulsar los apoyos de una hipotética investidura de Mariano Rajoy. Y verbalizó en público las dudas que muchos comienzan (comenzamos) a tener en este punto de la negociación: Que no se puede descartar que la situación de bloqueo político e institucional nos lleven a repetir las elecciones generales, las terceras en menos de un año.
El dirigente del PNV, muy molesto con el PP y con el PSOE, confirmó que la posición del PNV será no en cualquier caso a Rajoy: «El PNV va a votar ‘no’ si es que Rajoy se presenta a la investidura, y en segunda instancia, 48 horas después, votará también ‘no». Esteban también arremetió contra los socialistas que el trabajo de los últimos días dirigido a incluir a su partido en la misma familia política que el PP e instó al PSOE a asumir su responsabilidad para desbloquear la situación política: «¿El PSOE necesita compañeritos de viaje? Ya son mayorcitos», terció.
Viñeta de Ricardo en elmundo.es
La negativa del PNV (5 diputados) llega después de que Génova haya cedido cuatro asientos para que la formación vasca obtenga grupo propio en el Senado, algo que, según Esteban, se hizo por «cortesía parlamentaria» y no por que haya un acuerdo entre ambos partidos. Sea como fuere, esta posición obliga al PP a iniciar varias maniobras de forma simultánea si finalmente presenta a Mariano Rajoy como candidato a la presidencia:
- Convencer a C’s (32 diputados) de que al menos se abstenga en la segunda votación de una hipotética investidura de Mariano Rajoy, algo que hoy parece más complicado que hace una semana dada la evolución de la vía judicial del caso Bárcenas. En ese caso, Génova debería buscar el apoyo o, al menos, la abstención de 7 diputados para que Rajoy vuelva a La Moncloa.
- Negociar con Convergencia (8 diputados) para que, al menos, se abstenga en la segunda votación de la investidura del presidente del Gobierno en funciones, un hecho que también se vislumbra como imposible si tenemos en cuenta que este martes el Parlament catalán aprobó el documento en el que se fijan los pasos de la “desconexión” de Cataluña del conjunto del Estado español, en clara desobediencia de lo indicado por el Tribunal Constitucional. Por si queda alguna duda, tras su reunión con el Rey, Francesc Homs aseguró que su partido también votará no en las dos votaciones previstas y que no descarta nuevas elecciones al ver a los candidatos «en su madriguera».
- Presionar de tal manera al PSOE (85 diputados) que Ferraz no tenga más remedio que facilitar, al menos con su abstención, un Gobierno del PP que podría estar medido hasta el más pequeño detalle con un acuerdo como el que en su día firmó con C’s. Esta hipótesis, a pesar de las declaraciones de dirigentes históricos del partido, no parece ser la que maneja la dirección socialista, que parece inclinarse más por provocar unas terceras elecciones en las que, posiblemente, tanto C’s como Unidos Podemos saldrían mal parados.Está por ver si el PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, recuperaría músculo electoral.
- Negociar con Unidos Podemos (71 diputados) para que el partido se abstenga y facilitar de esta manera un Gobierno del PP en segunda votación, una posibilidad que, salvo sorpresa mayúscula, ni figura en la agenda.
Si se confirma el fracaso del PP (137 escaños), todavía quedaría abierta la vía de que Pedro Sánchez vuelva a intentar ser investido presidente del Gobierno, una opción con la que ya han coqueteado en público tanto los portavoces del PNV como de CDC. Las posibilidades de éxito de los socialistas todavía necesitarían de más carambolas: Sánchez debería conseguir el visto bueno de su partido para negociar con los mismos partidos que encabezan el reto soberanista y, además de conseguir su apoyo (también el de ERC), tendría que trabajar al menos la abstención de Unidos Podemos. En el caso de que dieran los números, a ambos partidos les quedaría explicar por qué no exploraron esta opción en marzo, cuando estaba claro que el acuerdo entre PSOE y C’s no era suficiente para lograr la investidura de Sánchez.
Más allá de la contabilidad parlamentaria, queda claro que ni la repetición de las elecciones generales ni los avisos que llegaron el pasado 26J a los distintos partidos ni el hartazgo que la ciudadanía manifiesta en los sondeos publicados desde los comicios han hecho mella en unos partidos y unos líderes que, por el momento, se muestran incapaces de desbloquear la situación política y poner en marcha un país que funciona de forma interina desde el pasado mes de diciembre.
En este punto, cobran interés las reflexiones en torno a la flexibilidad de las formaciones políticas españolas para trabajar en un sistema diferente al que estábamos acostumbrados por nuestra trayectoria histórica y la conveniencia, si vamos a unas terceras elecciones, de que los partidos vuelvan a estar encabezados por Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias.
Este jueves, el Rey se reúne con los líderes de PP, PSOE, Unidos Podemos y C’s. Todo apunta a que el mes de agosto volverá a ser, un año más, sumamente interesante desde el punto de vista informativo.
CODA. El líder del PSOE sigue prácticamente desaparecido estos días, hasta el punto de que, este miércoles, utilizó la vía de la declaración «institucional» sobre Cataluña para evitar las preguntas de los periodistas. Es evidente que la estrategia de Ferraz pasa por ceder todo el protagonismo de la negociación al PP con un objetivo claro: Que tanto Rajoy como el partido queden achicharrados por la gestión.
Entendemos que los socialistas parten de un supuesto equivocado: Pensar que la ciudadanía terminará culpando al PP del bloqueo institucional y no a los partidos que no han facilitado este desbloqueo. En esa quiniela, por cierto, el PSOE tiene todas las de perder por su trayectoria de partido de Estado, con la adopción de decisiones impopulares y claramente contrarias a su programa electoral por el bien del país.