Rajoy acepta el encargo del Rey con matices

Escribía Antón Losada en Código mariano: «Cómo es posible que un político sin carisma, sin telegenia, sin espontaneidad, carente en buena medida de todas esas virtudes y méritos que a diario nos repiten suponen las claves imprescindibles para alcanzar el éxito, esté a punto de completar una de las carreras políticas más exitosas de la historia política española».

Este jueves, Mariano Rajoy volvió a demostrar por qué sobrevive políticamente a pesar de todas las críticas vertidas contra él desde que en 2003 José María Aznar le designó sucesor. En su reunión con el Rey en la primera ronda para pulsar las opciones de formar Gobierno, el presidente del Gobierno en funciones aceptó el encargo de explorar los apoyos parlamentarios con los que cuenta para volver a ocupar el Palacio de la Moncloa. Rajoy, por lo tanto, duerme el partido momentáneamente y asume el papel que dejó pasar en la pasada legislatura: El liderazgo en las negociaciones de investidura.

Sin embargo, y de acuerdo con una de las frases que mejor definen al presidente del Gobierno en funciones,»dejad que Rajoy sea Rajoy», se explició el as en la manga que ha permitido que se activen todas las interpretaciones posibles. En la rueda de prensa posterior a la reunión con el monarca y ya en la sala de prensa de Moncloa, aseguró: «Abriré una ronda de contactos en busca de apoyos para gobernar. Esta vez lo haré con el encargo del Rey. En un plazo razonable de tiempo, informaré (se supone que al Rey) de las gestiones que he realizado, del resultado de las mismas, de los apoyos que he conseguido para una eventual investidura; y en consecuencia, si estoy o no estoy en condiciones de formar gobierno».

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Viñeta de Ricardo en El Mundo

Es decir, Rajoy activó el art. 99 de la Constitución pero dejó caer la posibilidad de que finalmente él no sea la persona que se someterá a la votación para ser investido presidente del Gobierno, una declaración que ha activado todo tipo de interpretaciones: Desde los que señalan que aceptar el encargo del Rey le obliga a someterse al debate de investidura (con la consiguiente paliza en votos que aventuran las posiciones expresadas durante la semana pasada por los partidos) y los que opinan que la CE no puede obligar a que físicamente alguien comparezca ante el Pleno del Congreso de los diputados para someterse a dicha votación.

Lo único cierto es que la aceptación de Rajoy paraliza las especulaciones sobre la posibilidad de que Pedro Sánchez repitiera el movimiento ya expresado el pasado mes de febrero e intentara desbloquear la situación política con una investidura apoyada ya no por C’s sino por Unidos Podemos y los nacionalistas periféricos. El movimiento de Rajoy frena esta posibilidad de forma momentánea y coloca la pelota en el área del PP, que ya ha expresado su voluntad de lograr acuerdos con C’s (que sigue coqueteando con vetar la candidatura de Rajoy) y del PSOE. Volvemos, por lo tanto, a la situación que vivimos en las jornadas posteriores a las elecciones del 26J, con el foco puesto en lo que  harán finalmente PSOE y C’s.

El jueves, quedaron ya claras las posturas defendidas por los partidos mayoritarios:

  • Albert Rivera planteó entrar en un Gobierno de coalición con el PP, sin Rajoy, o su abstención para permitir que el PP gobierne en minoría con sus 137 diputados. Cede a Génova la obligación de conseguir que al menos 7 diputados voten a su favor o se abstengan.
  • Pedro Sánchez insistió en la necesidad de que Rajoy se someta al Debate de investidura aunque dejó claro que su partido votará no en cualquier caso: «no vamos a apoyar aquello que queremos cambiar», dijo. El secretario general del PSOE fue muy crítico con el PP por su actitud tras las elecciones: «¿Pero qué es esto de que aquellos que nos hemos presentado a las elecciones para cambiar las políticas del señor Rajoy y cambiar a su Gobierno tengamos que facilitar su investidura? Eso es alterar el resultado electoral, y todos tenemos que aceptarlo, en primera persona el señor Rajoy. Lo que no puede hacer es que la alternativa a que el señor Rajoy trabaje es que el resto le hagamos el trabajo». Y no descartó ningún escenario y, en su comparecencia pública, en la que esta vez sí aceptó preguntas, se mostró «convencido de que se encontrará la solución que merecen los españoles» para desatascar el bloqueo. Evidentemente, la posibilidad de que él encabece una alternativa al PP planeó en todo momento.
  • Pablo Iglesias insistió en que hay una alternativa al PP  que debe liderar el PSOE, aunque reconoció la dificultad de establecer estos cauces de negociación por una evidencia: «En siete meses he aprendido que hay muchos sectores del PSOE que no nos quieren ver ni en pintura». Es de justicia señalar que al revés ocurre algo parecido, seguramente porque ambos partidos son conscientes de que el futuro para por establecer cauces de entendimiento si se quiere armar en serio una oposición a los ‘populares’.

Si finalmente se celebra el Debate de investidura, con la consiguiente votación, estamos abocados a tres escenarios posibles que dependerá de si Rajoy encabeza la candidatura del PP, algo que puede manejarse como posibilidad a pesar que, desde Génova, se especule con que un no de C’s a Rajoy sería un no al Rey:

  • La posibilidad de que el PP de Rajoy sólo sume 137 votos a favor y, seguramente, sólo una abstención (la de CC) en segunda votación. Si C’s cumple su palabra, otro candidato que no fuera Rajoy podría aglutinar el voto afirmativo del PP (137), la abstención de C’s y de CC (33), por lo que ‘sólo’ haría falta convencer a seis diputados más para que se abstuvieran o confiar en una suerte de tamayazo como el que se dio en la Asamblea de Madrid en 2003.
  • La opción de que Pedro Sánchez logre armar una  alternativa sólida que le garantice que puede ganar la votación (aunque sea con la abstención de los partidos nacionalistas). Una carambola que, como señalábamos hace unos días, se nos antoja difícil por más que el secretario general juegue al despiste con mensajes extraños en su perfil de Whatsapp («Por qué no?») o tuits como el difundido el jueves por la noche:

CapturaSanchez

  • La convocatoria de nuevas elecciones, con resultado incierto pero, previsiblemente, favorable al PP y, seguramente, al PSOE. En la práctica, significaría que el país ha quedado paralizado prácticamente un año y que, aunque el sistema político y de partidos cambió el 20D, los partidos políticos no saben negociar sin el paraguas del bipartidismo imperfecto que se dio desde la Transición.

Como escribió Fernando Garea hace unos días en el diario El País, «un lío».

CODA#tuvotonodecidenada: Ésta fue la campaña para anunciar que se comenzaba a vender la cuarta temporada de House of Cards en España. La mencionamos porque esta vez se optó por crear expectación a través de la imagen de Frank Underwood sobre los carteles con los que los cabezas de lista de PP, PSOE, Unidos Podemos y C’s se presentaron a las últimas elecciones generales.

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Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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