El caso Soria o por qué el PP tiene el enemigo en casa

Viernes. Al filo de las 21 horas. El PP pierde la segunda votación de investidura de Mariano Rajoy e, inmediatamente después, el Ministerio de Economía hace público que propone al ex ministro de Indutria José Manuel Soria como el candidato español a ocupar una plaza de director ejecutivo del Banco Mundial. Sólo del PP de Castilla y León, que durante años mantuvo una fricción pública y notoria con Soria, levanta la voz ante esta elección.

No es casualidad que el Gobierno en funciones elija el viernes por la noche como el día apropiado para filtrar este tipo de informaciones. Es bien conocido que es el día que la ciudadanía está menos atenta a la actualidad, mucho más interesada en sus planes de fin de semana. Tal y como hemos resaltado en otras ocasiones, el viernes por la tarde y el sábado son los días preferidos para dar a conocer noticias que no quieres que tengan demasiado trascendencia.

Fin de semana: La ola de indignación por la elección de Soria para este puesto, por el que recibiría 225.000 euros libres de impuestos al año, no cesa. María Dolores de Cospedal, primero, y Mariano Rajoy, desde China, después insisten en que Soria tiene derecho a seguir con su vida profesional tras pasar 26 años en la política y que su elección es perfectamente compatible con su técnico comercial del Estado (oposición superada en 1990). Sobrevuela la idea de que era la única persona con un curriculum vitae suficiente para optar a este cargo, una manera de vender también la conveniencia de que un Gobierno en funciones tome este tipo de decisiones sin consultar a la oposición.

Lunes. Desde China, Rajoy vuelve a insistir en que sería injusto impedir que Soria optara al puesto del Banco Mundial con argumentos de este tipo: «¿Si un funcionario no puede ser funcionario, esto qué es? ¿Qué se va a hacer? ¿Se le echa de España? ¿Te vas del Gobierno y no puedes volver a la función pública?».

En España, PSOE, C’s y Unidos Podemos reclaman al ministro de Economía, Luis de Guindos, que dé explicaciones en el Parlamento por la elección de Soria para este cargo. En la prensa económica mundial, se hacen eco de que un ministro obligado a renunciar por su implicación en el caso de los Papeles de Panamá era la persona elegida por el Ejecutivo como parte de la cuota española en el Banco Mundial.

La Razón publica que a Soria lo eligió una comisión de evaluación compuesta por cinco personas, todos ellos altos cargos del Gobierno: Íñigo Fernández de Mesa, secretario de Estado de Economía; Jaime García Legaz, secretario de Estado de Comercio; Rosa Sánchez-Yebra, secretaria General del Tesoro; Jorge Dajani González, director general de Análisis Macroeconómico; y Rodrigo Madrazo García de Lomana, Director General de Política Económica.

Martes. El ministro de AAEE en funciones, José Manuel García Margallo, defiende esta tesis y asegura que se trata de «un puesto de funcionario convocado para funcionarios». Así, sólo se exigía que la persona en cuestión cumpliera los requisitos exigidos para la plaza. El Ejecutivo se abonaba a la idea de que no había favor político en la elección de Soria sino procedimiento.

Miércoles. Según elconfidencial.com, la convocatoria para optar a este puesto no era algo circunscrito exclusivamente a los funcionarios del Estado. Es decir, hablamos de una oferta laboral en la que se prima la arbitrariedad, una suerte de cargo de confianza a futuro. Además, se sabe que Economía había convocado esta plaza el pasado mes de enero, cuando Soria aún era ministro de Industria. Guindos habría paralizado el proceso y abierto una nueva convocatoria para después de las elecciones del 26 de junio, plazo que le permitió al ex ministro presentar la documentación para acceder a un puesto al que podrían optar 2000 funcionarios (A1 en el escalafón).

Horas después, el propio Soria remite una carta al secretario de Estado de Economía en funciones en la que comunica que, «a petición de Gobierno» y no por iniciativa propia, renuncia al puesto de director ejecutivo en el Banco Mundial. Asimismo, se queja de la crítica «desproporcionada» que ha suscitado el asunto y de su»utilización política».

Era evidente que este asunto iba a causar revuelo en un contexto de fuerte crítica hacia todo lo que huela a establishment, puertas giratorias y otros animales de compañía entre política y empresa. Era evidente que el Gobierno sabía que era posible que se creara esta polémica. No en vano, eligió el viernes por la noche como el momento indicado para filtrar una noticia que ha ido cobrando vuelo según han pasado los días por la desvergüenza, una vez más, de las explicaciones ofertadas.

Una vez más, queda claro que el enemigo está dentro del PP, como si no tuvieran suficiente con las dificultades para volver a ocupar el Palacio de la Moncloa. El nombramiento abortado de Soria deja en mal lugar al protagonista pero también a sus defensores, sobre todo a Luis de Guindos y al propio Mariano Rajoy.

De los problemas éticos del nombramiento y del daño que este tipo de noticias hacen a la moral pública mejor hablamos en otra ocasión.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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