Arranca la campaña de las elecciones autonómicas en Euskadi y Galicia y empezamos a sufrir el interés de políticos y partidos por acercar a sus candidatos a los ciudadanos, la única constatación de que estamos en periodo electoral. Durante estos días ya se han comenzado a difundir los primeros contenidos de corte electoral con un rasgo claro: el intento nada disimulado de integrarse en la ola de vincular a los políticos con la vida de la gente corriente.
Interés por acercar a los políticos
El primer spot electoral del BNG se llama «Un día con Ana» y trata de acercar la persona de la cabeza de lista del partido, Ana Pontón, una gran desconocida para el 60% del electorado gallego. Y, de nuevo, un error de bulto: Un vídeo que dura 13 minutos sólo puede interesar a los muy aficionados y, por lo tanto, a tus votantes. El sentido de estos productos es, precisamente, captar la atención (y el voto) de simpatizantes, también electores no muy politizados.
También en Euskadi hay interés por conocer el lado más humano de los políticos. Este lunes, la EiTB emitió La otra cara de l@s polític@s, en el que se pudo ver cómo a Iñigo Urkullu y a Arnaldo Otegi no les importa fregar los platos, a Idoia Mendía hablando de su vida personal y cocinando croquetas y a Pilar Zabala, la cabeza de lista por Podemos, que recibió al equipo de televisión en su casa de Zarautz, valorada en un millón de euros. Sobre la conveniencia de elegir un marco así para postularse como cabeza de lista de partido que dice parecerse más al ciudadano medio, mejor remitimos al debate generado en Twitter tras este mismo comentario:
Hiperliderazgo de Albert Rivera
C’s afronta las elecciones autonónicas en Galicia y Euskadi como una prueba que les puede confirmar como una fuerza residual en dos de las tres CCAA históricas. Las previsiones electorales no son muy positivas: Tanto en Euskadi como en Galicia, no está previsto que saquen más de dos diputados, con estimaciones que incluso les dejan sin representación posible.
El partido se enfrenta, de nuevo, a unas de las debilidades más acuciantes de cara a asentarse políticamente sobre el territorio: La falta de una estructura partidaria y de personas capaces de liderar su alternativa. De esta forma, todo lo que acontece en C’s pasa por Madrid (a pesar de haber nacido en Cataluña) y por su presidente, Albert Rivera, que asume su papel de hiperliderazgo, con las consecuencias que estamos viendo durante estas semanas. A pesar de que sólo hace dos años que C’s decidió saltar a la política nacional desde Cataluña con un líder muy bien valorado en las encuestas, Rivera hoy aparece tan achicharrado políticamente como Pablo Iglesias, Mariano Rajoy o Pedro Sánchez, una tendencia que su partido parece no estar viendo.
Durante estos días, C’s está presentando sus carteles electorales para Euskadi y Galicia, con una sorpresa: Junto a los carteles de las respectivas candidatas, C’s también exhibe la imagen de Rivera con el cambio en la bandera autonómica que completa el corazón en la que aparece la española y la europea. Estamos ante la misma imagen, con pocos cambios: En la de Euskadi, se opta por enmarcar la figura del líder de Podemos, incluyendo el lema de la campaña a la altura del pecho y, debajo, el logo y nombre del partido (es decir, se sugiere que todo está al mismo nivel de atención).
En el cartel de las elecciones en Galicia, se prefiere prescindir del enmarque, de manera que queda remarcado el rostro de Rivera, que se completa con el lema de la campaña. En esta ocasión, tanto el logo como el nombre del partido se inserta sobre el pecho del presidente de C’s, por lo que queda bastante difuminado.