Existe una máxima en comunicación política: Cuando hay que dar muchas explicaciones sobre un mensaje o un gesto, hay un error de partida en el planteamiento de dicho mensaje o gesto. Esto es lo que ha ocurrido este lunes con un hecho del que ya hablamos hace unos días: La entrevista con perfil humano que la candidata de Podemos en Euskadi, Pilar Zabala, concedió a la EiTB desde su casa, valorada en un millón de euros.
Tras el programa, la polémica se centró precisamente en la elección de su vivienda como el lugar en el que Zabala, conocida por ser hermana de una víctima de los GAL, pretendía dar a conocer su cara más cercana al electorado. Es decir, apenas se habló de su perfil, de la vida que ella misma contó o de los mensajes que quiso transmitir, en una confirmación de lo que definimos como falta de coherencia entre el espacio, el personaje y el mensaje.
Casi una semana después de que se emitiera el programa, en el que participaron Pilar Zabala, Idoia Mendía (PSE), Iñigo Urkullu (lehendakari y cabeza de lista del PNV) y Arnaldo Otegi, la candidata de Podemos decidió salir de nuevo con un vídeo para explicar la procedencia de un patrimonio que le ha permitido comprar una vivienda que no tiene nada que ver con las casas en las que vive el ciudadano medio (e incluso el votante medio de Podemos).
Estamos, pues, ante la confirmación de que la decisión que se adoptó para dar a conocer a Zabala fue un error en toda regla. El hecho de que la propia candidata salga a dar explicaciones certifica que este asunto estaba haciendo mucho daño a la campaña de Podemos en Euskadi y que sus adversarios (sobre todo la izquierda abertzale) estaba rentabilizando este error no provocado por el contrario.
Como apuntábamos hace unos días, estamos ante un problema de coherencia entre las tres facetas que debe aglutinar un político: Su propia imagen, su discurso y el público al que se dirige. Un fallo de coherencia todavía más grave si se tiene en cuenta que tanto Zabala como su equipo de campaña decidieron colocar a la candidata en ese lugar concreto y que hablamos de un partido que se proyectó gracias a la construcción de un discurso muy incisivo en relación a los de arriba y los de abajo, la casta y el pueblo llano y otras metáforas que casan mal con viviendas de ese poder adquisitivo.
Ahora falta saber si esta explicación será suficiente y si, como nos tememos, el vídeo no ha provocado que la polémica trascienda de Euskadi hacia todo el país. Por el momento, las ediciones digitales de los medios editados en Madrid y medios de información alternativa ya dieron cabida a la polémica, en un nuevo ejemplo de efecto Streisand.
Es decir, podemos ver cómo un problema que tiene que ver con un mal planteamiento puede terminar teniendo efectos en la consideración de los representantes de Podemos en todo el país, sobre todo en un momento de división interna y de problemas para asimilar a los cargos de IU dentro del funcionamiento del Grupo parlamentario.
CODA. Vídeo de campaña difundido por el PSE con el que se compromete a dar la batalla para que la falta de conocimiento de euskera no sea el requisito que impida a los castellanoparlantes acceder a la Administración vasca.
Un asunto que, según hemos visto en el barómetro preelectoral del CIS que publicaremos en los próximos días, no figura entre las preocupaciones de los vascos. Tampoco, que sepamos, este asunto forma parte de la agenda política y mediática en Euskadi. De ahí la sorpresa por el hecho de que el PSE haya echado las redes ante un tema que en Euskadi y en CCAA como Cataluña era patrimonio del PP y de C’s en los últimos años. ¿Estamos ante un error de enfoque o ante la constatación de que el PSE ha decidido buscar votos en los caladeros de otros partidos constitucionalistas? Veremos en los próximos días si los socialistas siguen por esta línea.
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