A la espera de que se confirme mañana la abstención del Grupo parlamentario Socialista a la candidatura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, este jueves asistimos al primer round de lo que será la próxima legislatura: Un empeño de Unidos Podemos por representar que es la única opción alternativa posible ante el acuerdo de PP, PSOE y C’s, un mensaje dirigido, sobre todo, a los votantes socialistas críticos con la situación de su partido.
Éste fue el tono durante la intervención matinal de Pablo Iglesias, que utilizó el debate de investidura de Rajoy con el objetivo de escenificar que Unidos Podemos es ya el único partido de implantación estatal capaz de realizar oposición al PP. Así, Iglesias y el resto de portavoces del Grupo parlamentario tiraron de los argumentos que se han podido seguir en su cuenta de Twitter durante estos días: El PSOE blanqueará la gestión del PP entre 2011-2015, con especial mención a los casos de corrupción que llevan la firma de Génova 13 y con la recuperación del relato que cristalizó en la movilización del 15M y en la propia aparición de Podemos. Un relato que ya no sonó tan fresco como en ocasiones anteriores.
Tras abrir su intervención con un recuerdo a las Brigadas Internacionales, que vuelve a confirmar el giro a la izquierda radical de Iglesias en las últimas semanas, se pudieron escuchar en el hemiciclo frases gruesas en relación a la corrupción («Hay más delincuentes potenciales en esta Cámara que fuera»), con petición de la presidenta del Congreso para que Iglesias respetara el honor de los diputados que fue respondida con que se debía más al honor de «su patria y sus ciudadanos» que al de la Cámara.
Ironías de la vida, por la tarde, fue Rafael Hernando el que acusó a Podemos de financiación ilegal por «dictaduras extranjeras», argumento que sirvió para que la bancada morada abandonara el hemiciclo después de que la presidenta del Congreso, Ana Pastor, negara a Unidos Podemos el derecho a réplica:
Durante la mañana se habló mucho del régimen del 78 y del fin del turno de partidos, de «partido único» y de la «triple alianza» (en relación a la coincidencia de PP, PSOE y C’s para investir a Rajoy) resultante de una operación urdida por Felipe González y Susana Díaz y se acusó al PSOE de cambiar de posición con la decapitación de su líder incluida («Ha abrazado el marxismo de Groucho Marx, el de ‘estos son mis principios pero si no le gustan, tengo otros. Tuvo que ser muy duro descabalgar a Pedro Sánchez y seguir de portavoz»).
Por si quedaba alguna duda, se insistió en los ataques al PSOE situando el marco de que los socialistas están más cerca del PP que de Unidos Podemos por méritos propios, con cita al referéndum de entrada en la OTAN incluida. Y todo ello con un Pablo Iglesias que, con las manos en los bolsillos, insistió en el discurso de la pobreza y la desigualdad como los principales legados del Gobierno de Rajoy y con la reforma del art. 135 de la CE como pecado original.
Unidos Podemos utilizó las intervenciones de sus portavoces para erigirse como única alternativa a los socialistas, con referencias a George Lakoff (intelectual que colaboró con el PSOE de Rodríguez Zapatero) y con una cita del propio fundador del partido («Merecer el odio de las oligarquías será la mayor de nuestras honras») recuperada por el propio Iglesias, que volvió a estar mejor en su intervención inicial en comparación con las contrarréplicas.
Este jueves, quedó claro adónde dirige los cantos de sirena y del problema que ya avanzamos que tendría entre elegir transversalidad (como deseo y necesidad ) o radicalismo (como el tono de las intervenciones este jueves). También que el Congreso será utilizado como si fuera un plató de televisión, con gestos como el de abandonar el hemiciclo como protesta ante decisiones de la presidencia de la Cámara Baja que se hay que vincular con el espectáculo montado ante la llegada de los diputados de Podemos a las instituciones del Estado en la legislatura pasada.
Viñeta de Ricardo publicada en El Mundo
Mala noticia: Rajoy les tiene cogida la medida
Iglesias y resto de portavoces de su grupo trataron de situar el marco de que sólo Unidos Podemos se resiste a renunciar a sus posiciones en aras de la gobernabilidad del país. Así, Iglesias insistió en la crítica hacia PP, PSOE y C’s sin aportar más soluciones que la de realizar diagnósticos de la realidad del país. Nada nuevo bajo el sol, como confirmó la réplica del candidato popular, que volvió a utililizar el tono de sus mejores momentos contra José Luis Rodríguez Zapatero y al que sólo faltó llamar niñato a Iglesias [Desde 1.40 horas]:
En tono paternalista, recomendó al líder de Podemos que abandone el modo Twitter en sus argumentos y enmendó buena parte de su intervención con los datos que indican que las cosas en economía marchan, al tiempo que reivindicó la historia reciente de España. Defendió el trabajo del parlamentarismo frente a las movilizaciones en la calle («Alguien puede pensar que no hace bien su trabajo. ¿Los que salen a la calle tampoco se sienten representados por usted?») e ironizó sobre los malos resultados que, según Alberto Garzón, obtuvo el PP el 20D y el 26J («yo prefiero tener mis resultados electorales a los suyos»).
También dejó la frase que puede explicar por qué estamos aquí:»Si hemos hecho lo que dice que hemos hecho, ¿por qué tenemos más apoyo que usted?». Una trampa para Iglesias que, sin responder directamente, se refirió indirectamente a la brecha generacional en comportamiento electoral. Aseguró que el PP es una fuerza residual entre menores de 45 años y que constituyen el pasado por una pura razón biológica: Sus votantes irán falleciendo.
Este mensaje, sobre todo, denota un análisis de la situación que pasa por un PSOE hundido y con escasa capacidad de recuperación, algo que está por ver. Cierto es que Antonio Hernando fue el exponente del desgarro interno que conlleva el cambio de posición de buena parte del partido respecto al «no es no» a Rajoy en todas las circunstancias, pero no es menos cierto que la legislatura arrancará este sábado y que entonces comienza el trabajo de verdad en dos sentidos: Para ser oposición (Hernando dejó claro que votos de su Grupo serán sólo para la investidura y no para la legislatura) y para enmendar el marco de que el PSOE forma parte del «partido único» al que a menudo se refiere la formación morada.
Aunque hoy parezca difícil de creer, los socialistas tienen motivos para ser optimistas: Con Pablo Iglesias como líder, a Unidos Podemos le resultará muy difícil atraer el voto tanto de los votantes del PSOE enfadados con su dirección como votante de centroizquierda que hoy seguramente no se siente representado por ninguna formación política. Sobre todo si la formación morada insiste en priorizar la política de gestos y de pancarta frente a la política institucional que, no olvidemos, es la que permite intervenir sobre la realidad.
CODA. Durante todo el jueves corrió el rumor de que Pedro Sánchez dejará su escaño para no enmendar la decisión del Comité Federal de abstenerse y para no faltar a su compromiso con los votantes socialistas en las elecciones del pasado mes de junio. Pedro Sánchez no se enfrentará pues al reto de cumplir el mandato del Comité Federal (en contradicción con el mantra que sustentó su resistencia orgánica) o contradecir la resolución, lo que le dejaría muy tocado para intentar liderar el partido en el futuro.
Con este movimiento, respondido desde su entorno y también por los críticos, iniciará la precampaña de las primarias para ser elegido secretario general del PSOE, previo paso por Salvados. Este domingo, Sánchez será entrevistado por Jordi Evole por primera vez en dos años y medio. Recordemos que Ferraz siempre declinó la invitación del presentador de Salvados por un motivo: Se esperaba una entrevista incómoda que no iba a producir réditos electorales en el espectador medio. Parece que el entorno del Sánchez ha cambiado de opinión en estos momentos, confundiendo el apoyo del electorado de Podemos en Twitter de un cambio de voto en las urnas.
Sobra decir que, si fuera elegido secretario general por los militantes, Sánchez no contaría con su escaño como plataforma para visilibilizar su alterantiva al PP y a Unidos Podemos. Una circusntancia importante si la legislatura se alarga más de lo previsto.