Se cumple un año de la llegada de Antonio Costa al Gobierno de Portugal, con el apoyo parlamentario de su grupo, del Bloco de Esquerdas y del Partido Comunista, y el Partido Socialista tiene muchos motivos para celebrar. Los sondeos sobre intención de voto muestran, desde hace meses, que adelantan con creces a los conservadores, mientras que sus socios parlamentarios no se hunden. Es decir: Hay pastel para repartir entre los tres partidos de izquierda y los socialistas están recibiendo una parte de voto de electores que fluctúan según los procesos electorales en función de los resultados.
Por el momento, las cosas parecen marchar en el país vecino: El acuerdo de Gobierno, que Pedro Passos Coelho bautizó como geringonça, no ha deparado grandes fisuras en estos doce meses y la economía parece que comienza a dar sus frutos, pese a medidas polémicas como la de la tasa municipal a las viviendas más soleadas que ya se ha bautizado como el ‘impuesto al sol’. Lisboa ha adelantado el pago de más de 2000 millones de euros al FMI y ha amortizado el 42% del préstamo financiero del organismo, que en 2011 participó en el rescate de 78.000 millones de euros junto al BCE y la Comisión Europea. A punto de que concluya el año, el Gobierno ha previsto que el déficit bajará del 3% del PIB, con una tasa de paro situada en el 10.8% y la deuda pública disparada al 133.1%.
Joâo Galamba, portavoz de los socialistas, dejaba claro hace unos días que existe un camino alternativo a la austeridad impuesta desde 2008: «Estamos demostrando que hay otro camino, hay una alternativa real a la austeridad, y que puede existir un Gobierno progresivo y de izquierdas en Europa. Estamos trabajando para que los ciudadanos se beneficien del sistema, y no que el sistema se aproveche de los ciudadanos». Lo que resulta una sorpresa para muchos es que esa referencia proceda de un país como Portugal, al que en España se presta nula atención pese a nuestra relación de vecindad y la proyección mundial de una capital como Lisboa como alternativa a Sillicon Valley en Europa.
Los socialistas, 8 puntos por encima de los conservadores
De acuerdo con los sondeos sobre intención de voto publicados a lo largo del mes de noviembre, el PS se afianza como la primera fuerza parlamentaria, con un 37.6% de media, +5.3 puntos respecto al resultado obtenido en las elecciones celebradas hace un año y de las que salió el acuerdo para formar Gobierno con el resto de fuerzas de izquierda. Respecto a los sondeos del mes de octubre, gana 0.6 puntos. El PSD de Passos Coelho, por su parte, se queda por debajo del 30% (-0.6 puntos respecto al mes de octubre), con un sondeo, el de Aximage, que lo sitúa a casi 10 puntos de su inmediato rival.
No hay grandes cambios respecto al resto de formaciones políticas. El CDS, que en las elecciones del año pasado fueron en coalición con el PSD, se movería en torno al 6.5% de los votos de media. En el caso de que volvieran a repetir una alianza como la de las elecciones (y, con anterioridad, la del Gobierno de coalición entre 2011 y 2015), sumarían el 36% de los apoyos, por lo que seguirían por detrás de los socialistas.
Respecto a los socio parlamentarios de Costa, el BE pasaría del 10.2% de la representación a una intención de voto del 9.35% (+0.2 puntos respecto a octubre) mientras que los comunistas perderían medio punto, hasta el 7.7% de los apoyos de media (-0.2).