Magnífico cortometraje de Maxime Gaudet que recoge, en apenas unos minutos, una de las experiencias que toda mujer que haya vuelto a casa sola por la noche en una ciudad ha experimentado: La inseguridad frente a hombres que consideran que la calle es suya y que, por ese motivo, amparados por la oscuridad y por sentirse superiores, se creen con derecho a invadir el espacio y la tranquilidad de mujeres a las que perciben como objetivos sexuales dipuestos para su propia satisfacción [cortesía de Leonor Manso].
Acelerar el paso ante la percepción de una situación que podría ser problemática; cruzar la calle ante presencias sospechosas; hacer oídos sordos a insultos derivados de rechazos de propuestas sexuales nada disimuladas; evitar zonas solitarias, parques y jardines; agradecer que el taxista espere hasta que entras en el portal de tu casa; llevar el móvil en la mano por si acaso; consigna de avisar a tus amigas cuando llegues a casa para saber que todo va bien… Y llegar a casa sabiendo que has normalizado este comportamiento y que no está bien.