Como venimos apuntando desde hace semanas, algo se mueve en el PP para convertirlo en un partido amable o, al menos, con más empatía hacia la crítica social y política. Tras la legislatura de la mayoría absoluta, caracterizada por el rodillo parlamentario y la permanente ausencia de explicaciones de las decisiones adoptadas, los gestos más dialogantes de los distintos dirigentes del partido se convierten en noticia por sí mismos.
El arranque del nuevo año nos ha deparado un ejemplo de este tipo. Ha bastado un informe del Consejo de Estado sobre la gestión del accidente del Yak42 y un cambio de actitud del Ministerio de Defensa para que Federico Trillo, uno de los últimos supervivientes del equipo que formó José María Aznar en los años 90, haya asumido su condición de apestado político. Este jueves, el ex presidente del Congreso de los Diputados, ex ministro de Defensa y embajador de España en Londres anunció en una comparecencia sin preguntas que dejabade su puesto en la cancillería británica.
Recordemos: hace casi 14 años, un avión Yakolev 42, de procedencia ucraniana, se estrelló en Turquía con 62 militares españoles a bordo que volvían misiones desplegadas en Afganistán y en Kirguistán. En aquel momento estaba en marcha la operación militar en Irak, ese conflicto en el que se empeñó el Gobierno de José María Aznar a pesar de la unánime opinión en contra de la ciudadanía, un desencuentro que se confirmó con la derrota del PP, pese las encuestas, en las elecciones generales de marzo de 2004.
El accidente aéreo pasó de convertirse en la mayor catrástofe sufrida por las Fuerzas Armadas españolas en misión de paz en un problema político por dos motivos: Porque puso en evidencia las condiciones que el Ministerio de Defensa, entonces dirigido por Federico Trillo, contrataba el desplazamiento de los militares españoles; y por la propia gestión que del accidente hizo el departamento de Trillo y, por ende, el Gobierno del PP.
Tras personarse en el lugar del siniestro, la orden de Defensa fue agilizar los trámites para la identificación de los cadáveres y entrega a los familiares, con la celebración de un funeral de Estado sólo 60 horas después de haberse producido el accidente. En la práctica, la orden se plasmó en problemas en la identificación de los restos entregados a las respectivas familias.
Hubo cadáveres que viajaron a España sin ser identificados («30 cadáveres que no pudimos identificar. Les dijimos que había que hacer el test de ADN pero los responsables españoles insistieron en llevárselos incluso sin identificar porque aseguraban que tenían que llegar al funeral. Prometieron que terminarían el trabajo de identificación en España y firmaron el acta») y se constató la existencia de féretros en las que había restos de tres víctimas diferentes. Todo con un objetivo: Pasar página cuanto antes del accidente para eludir el foco del problema de fondo.
Viñeta de Ferrán Martín
El caso Yak-42 le estalló al Gobierno de José María Aznar en las manos al final de una legislatura muy tensa, con una fuerte movilización en la calle por las medidas aprobadas por el Ejecutivo sin diálogo con el resto de las fuerzas políticas o con los directamente afectados. Ahí se explica el trabajo de Defensa para anular la deriva judicial mientras se denunciaba que se estaba usando el dolor las familias de los militares fallecidos para hacer campaña electoral contra el PP. En marzo de 2004, el PP perdió unas elecciones generales que estaba convencido de que tenía ganadas y comenzó en serio la operación para pedir responsabilidades políticas y jurídicas a los autores de la chapuza.
La sombra del Yak-24 es alargada
A lo largo de estos años, Trillo ha podido eludir la petición de responsabilidades políticas y jurídicas por la gestión que su departamento hizo de la tragedia, cuyas indemnizaciones comenzaron a pagarse en 2014, 11 años después del accidente. Han hecho falta más de trece años para que el ex ministro de Defensa, autor intelectual de la estrategia judicial del PP para hacer frente a sus casos de corrupción, asuma sus responsabilidades morales. Bastó el informe del Consejo de Estado responsabilizando a Defensa del accidente para que se haya puesto en marcha una maquinaria que no deja de llamar la atención:
- El informe constata que la responsabilidad de contratar la aeronave siniestrada fue del Ministerio de Defensa y no sólo de NAMSA, la empresa que subcontrató los servicios de la aeronave ucraniana. «Hay, pues, anteriores a la fecha del siniestro, hechos que habrían permitido a la Administración ponderar el especial riesgo concurrente en el transporte de tropas en que se produjo el accidente». Se denuncia que el Ministerio no hizo lo necesario para garantizar la seguridad de las tropas, sino que tampoco reaccionó ante los avisos que alertaban de los riesgos de los traslados y se menciona un informe secreto del Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejército (CISET), en el que se advertía de las malas condiciones de los vuelos en los que viajaban militares españoles casi un mes antes del accidente: «Se están corriendo altos riesgos al transportar personal en aviones de carga fletados en países de la antigua URSS, su mantenimiento es como mínimo muy dudoso».
- Tras la publicación del informe, el PP defendió a Trillo, un auténtico «pata negra» en el partido: «Lo único que quiero decir es que ha habido cinco resoluciones judiciales, civiles y penales, que determinan la inexistencia de responsabilidad derivada de ese hecho. Estamos hablando solo de un informe del Consejo de Estado. El asunto ya se había sustanciado. Estamos sorprendidos». El titular de Justicia, Rafael Catalá, descartó que Trillo tuviera que pedir perdón: «El concepto de perdón va asociado a la responsabilidad, a la culpa y en este caso judicialmente tanto en vía civil como penal no se han acreditado responsabilidades por parte del gobierno de entonces, ni el ministro de entonces; sin abandonar nunca la cercanía a las víctimas, nuestro afecto y ayuda que nos ha caracterizado durante toda la legislatura».
- Los familiares de los militares fallecidos se han movilizado durante estas dos semanas para poner en evidencia cómo se les trató desde el Ministerio de Defensa en aquellos momentos. La oposición pidió que Trillo fuera destituido como embajador de España en Londres, un puesto al que accedió por su relación de amistad con Mariano Rajoy y, según las malas lenguas, como gesto por sus años de dedicación al PP.
- Poco después, el Gobierno anunció que el propio Trillo sería relevado como embajador y que él mismo lo había pedido hacía meses. Se anunció que volvería a su puesto al Consejo de Estado como funcionario (es letrado). Primer gesto que abunda en su caída en desgracia.
- María Dolores de Cospedal, actual ministra de Defensa, fue la primera en dar signos de que algo está cambiando en el PP, bien por convicción, bien por supervivencia (no hay que obviar que depende de C’s y, circunstancialmente, del PSOE para sacar adelante todos sus proyectos legislativos9. Anunció una reunión con la Asociación de familiares de víctimas del Yak-42 en la sede del Ministerio de Defensa, un encuentro difundido por los medios de comunicación.
- Tras la reunión, Cospedal hizo lo que las familias llevan solicitando 13 años: Pidió perdón y asumió responsabilidades. Según el comunicado difundido por el Ministerio de Defensa, se declara que se «seguirá el dictamen del Consejo de Estado, pese a su carácter no vinculante» aunque se cierra la puerta a la reapertura de la causa judicial, archivada en la Audiencia Nacional, o a la exigencia de responsabilidades a Trillo.
- El movimiento de Cospedal, que sonaba a un ajuste de cuentas «en diferido», fue respaldado por el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que señaló confirmó que Trillo sería relevado como embajador porque «toca». Por si fuera poco, aseguró: «Yo estoy de acuerdo en la posición que ha mantenido la ministra».
- Este cambio de posición es la que explicaría el anuncio de renuncia de Trillo, una vez constatado que su partido está dispuesto a dejarle caer por este caso. La mejor prueba de que Rajoy está dispuesto a entregar la cabeza del ex ministro la tenemos en la posición de Catalá; tras asegurar que Trillo no tenía que pedir perdón por lo ocurrido, puntualizó hace unos días y asumió, ahora, que sí es necesario pedir disculpas a los familiares de las víctimas del accidente si ellas lo ven necesario: «sí hay motivos» para esa petición de perdón si los familiares de las víctimas consideran que no han sido bien tratadas por los sucesivos responsables políticos y Gobiernos. «Si las familias consideran que no han sido bien atendidas pues tendrán lógicamente toda la razón si eso les ha sucedido desde la fecha del accidente».
- Todo indica que finalmente Trillo volverá a su puesto como letrado del Consejo de Estado.
El sábado, el BOE publicó el decreto del cese de Trillo como embajador de España en Reino Unido en el que el Gobierno le agradece «los servicios prestados». Como casi nada en política es lo que parece, sorprende este último movimiento, sobre todo si tenemos en cuenta la dimensión de la figura de Trillo en el PP. Conviene prestar atención a los últimos movimientos en público de José María Aznar y de algunos de los defenestrados por Mariano Rajoy durante estos años, como Alberto Ruiz-Gallardón o Esperanza Aguirre.