Macron se despega de Fillon y se disputará el Elíseo con Le Pen

El candidado de Les Republicains a la presidencia de Francia, y por extensión, su partido, están metidos en un buen lío a pocos meses de que los franceses sean llamados a las urnas. El llamado Penelopegate, referido a los pagos cobrados por la esposa de François Fillon por unos trabajos que no habría realizado mientras el ex ministro era senador, se ha llevado por delante todas sus aspiraciones de convertirse en el candidato que peleará, y posiblemente ganará, la presidencia francesa a Marine Le Pen.

La situación ha llegado a tal extremo, que distintas personalidades han comenzado a sugerir en público la posibilidad de una retirada de su candidatura antes de que el daño sea mayor. Ya se especula con la posibilidad de que Alain Juppé, el perdedor de las primarias republicanas frente a Fillon, pueda convertirse en la baza del partido en las presidenciales. En principio, la apuesta parece arriesgada y tardía, sobre todo si Fillon sigue denunciando que es víctima de una persecución de Estado y de un intento de linchamiento público. El político ha prometido que llegará hasta el final, mientras intenta situar el mensaje de que estamos ante un intento de golpe de Estado preparado por la izquierda.

Los últimos sondeos sobre intención de voto, publicados tras constatarse que el escándalo podría alcanzar a la esposa de Fillon, a sus hijos pero también al propio candidato, que habría cobrado durante años dinero procedente de la UMP, le sitúan ya claramente como el tercer aspirante a ocupar el Elíseo, por debajo del 20% de apoyo, y se descuelga de su inmediato competidor, Emmanuel Macron, que le saca ya casi tres puntos de distancia en intención de voto. Macron, que definitivamente es quien está capitalizando los problemas de Fillon, obtendría el 21.1% de los votos de media, situándose a sólo cuatro de las aspiraciones de la líder del FN, Marine Le Pen.

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El ascenso fulgurante de la candidata de la ultraderecha que se detectaba hace un año parece haberse moderado significativamente en las últimas semanas. Entre las razones, una de las habituales: El comportamiento del votante medio varía cuando se atisban la cercanía de convocatoria electora, disminuyendo su vocación de probar con experimentos políticos. También es posible que le esté pasando factura tanto sus problemas en la UE, con el Parlamento Europeo reduciendo a la mitad su sueldo como eurodiputada por no devolver fondos supuestamente malversados, como la difusión de vídeos en el que se confirman los malos modos de su equipo de seguridad ante las preguntas incómodas de los periodistas.

Según los últimos sondeos, serían Macron y Le Pen los que se disputarían la segunda vuelta, con ventaja clara para el ex ministro de François Hollande, que obtendría entre el 63 y el 65% de los votos (según IFOP y Elabe) frente al 37-35% que conseguiría la candidata del Frente Nacional. Se confirmaría, pues, que el joven ex ministro socialista, que en esta ocasión concurre a los comicios como independiente, habría conseguido atraer buena parte del voto asustado ante las medidas que sigue anunciando Le Pen, basadas en el proteccionismo económico y laboral y en la salida de Francia de la Unión para recobrar «su libertad«.

Fillon se movería en torno al 18.5% de los votos, muy lejos de los porcentajes que le situaron cerca del 25% cuando fue elegido candidato de su partido para disputar las presidenciales. Su expectativa de voto estaría muy cerca de las aspiraciones del candidato socialista, Benoit Hamon, que se habría quedado anclado en torno al 16.1% de los votos de media. Si éste fuera el escenario, ninguno de los dos partidos tradicionales, con sus distintas denominaciones, habría conseguido colocar a su candidato en segunda ronda.

Jean-Luc Mélenchon, que en la primera ronda de las elecciones presidenciales de 2012 obtuvo el 11% de los votos, perdería un punto en intención de voto. Los movimientos en el resto de formaciones políticas no parecen afectar a sus intereses. Lo mismo se puede decir de François Bayrou, que habría perdido la mitad del apoyo obtenido hace cinco años y hoy se movería en torno al 4.5% de media.

CODA. El sondeo de Elebe para Les Echos también recogió datos sobre el comportamiento electoral en función de la edad y esta vez no hubo sorpresas: Los menores de 25 años recogen una tendencia muy clara a votar al FN (35%), un apoyo que va descendiendo según aumenta la edad del elector (hasta el 16% que obtendría entre los mayores de 65 años).

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Situación contraria es que la que se aprecia en la candidatura de Macron (el apoyo sube del 11% de los menores de 25 años que le daría su confianza hata el 27% entre los votantes más veteranos) y, sobre todo, en la de Fillon: Goza de un buen dato entre los más jóvenes aunque el apoyo cae estrepitosamente en la franja de edad de 25 a 34 años (7%), para volver a subir hasta el 28% de los mayores de 65 años que le darían su confianza.

Por otra parte, llama la atención la situación de la candidatura de Hamon, precisamente porque no logra remontar en los votante sde ninguna franja de edad (alcanza un estable 18% entre los que tienen 25-64 años, cayendo entre los votantes más jóvenes pero también entre los más veteranos).

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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