Es la principal conclusión de estos días. El lunes, el candidato de Les Republicains compareció en rueda de prensa para hacer frente a las presiones y anunciar que mantiene su candidatura para ocupar el Elíseo tras las elecciones presidenciales. François Fillon defendió la legalidad del contrato de su esposa, Penélope, como asistenta parlamentaria: «Es cierto que mi esposa ha trabajado, a mi lado, y cobró el salario que correspondía a su calificación profesional. Todos sus salarios fueron declarados a hacienda, todos correspondían a un trabajo realizado. Todas las cifras serán publicadas en la página web de mi campaña»
Fillon señaló fue «fue un error moral» contratar a su esposa Penélope y se disculpó ante más de 200 periodistas que siguieron su comparecencia: «Los hechos que se reprochan a mi esposa han sido manipulados. Tuvo un salario oficial, y oficialmente declarado a hacienda. Sueldo pagado respetando la legalidad vigente, hoy como ayer. En su día, a nadie le extrañaba que una esposa trabajase para su marido, senador o diputado. Hoy, choca, y mucho. Debo pedir perdón a la opinión pública. No he cometido ningún delito. Quizá cometí una falta moral. Debo disculparme». Por el momento no ha aportado pruebas que confirmen que su esposa realizó el trabajo por el que cobró sueldos procedentes de dinero público, que sigue siendo el fondo de la cuestión.
El candidato conservador confirmó que sigue en la carrera presidencial («fui elegido candidato por tres millones de franceses que confiaron en mí. Debo decirles y decir a toda Francia que no he cometido ningún delito»), haciendo oídos a los que estos días pedían que se retirara para no hacer más daño a las aspiraciones de su partido. Antes de la rueda de prensa, su contrincante en las primarias, Alain Juppé, confirmó que no sería el recambio en el caso de que Fillon se retirara, desmintiendo informaciones de Le Figaro que apuntaban a lo contrario.
Los primeros sondeos publicados a comienzos de semana confirmaban que su candidatura se mueve en torno al 18.5% de los votos, dos puntos por debajo del apoyo que lograría Emmanuel Macron (20.5%) y Marine Le Pen (25.5%), que pasarían a la segunda ronda de las presidenciales. El sondeo de IFOP para Paris Match también sitúa a la baja al candidato socialista (15.5%, -0.5 puntos respecto a hace una semana) y recoge que Melenchon permanece estable en el 10% de intención de voto. Bayrou obtendría el 5% de los votos.
Otro estudio demoscópico, Opinion Way, recorta todavía más distancia entre la presidenta del FN y el líder de En Marcha: Le Pen se movería en torno al 25% de intención de voto frente a Macron, que estaría en el 23%. Con sus datos, Fillon sería tercero con el 20% del apoyo, mientras que el líder socialista se desploma al 14%. Melenchon, por su parte, subiría al 12% de intención de voto, superando así su marca de 2012. En segunda vuelta, Macron vencería a Le Pen con un 66% de los votos.
Quizás por este motivo, porque la partida ya se juega en serio, han comenzado a circular rumores sobre una supuesta relación homosexual de Macron fuera de su matrimonio, rumorología a la que el candidato está respondiendo desde sus actos políticos tirando de humor.