Las cosas no marchan bien para Syriza. La izquierda radical griega no remonta en los sondeos sobre intención de voto debido a dos circunstancias: La propia renuncia al programa con el que ganó las elecciones de 2015, a la espera de una decisión de la Troika sobre la deuda impagada, con medidas como la que permite desahuciar a un deudor de primera vivienda; y la ruptura entre el Gobierno y su base electoral, que vuelve a manifestar su malestar con convocatorias de huelgas sectoriales como las del sector sanitario o la de los transportes.
De acuerdo a los datos publicados a lo largo del mes de febrero, Syriza conseguiría el 24.55% de los votos, si atendemos a la media de todos los estudios registrados; sin embargo, y ante la evidencia de que Bringing Europe suele inflar los resultados de las formaciones de izquierdas, eliminamos su estimación respecto a las medias, de manera que Syriza se queda en el 20.1% de los votos, -15.36 puntos si lo comparamos con la representación actual y -1.2 puntos respecto a los sondeos publicados durante el mes de enero.
Existen tres grandes beneficiados de esta situación: Por supuesto, Nueva Democracia, que se postula como una alternativa clara y sólida frente a Syriza con el 36.6% de media, +1.5 respecto a hace un mes (31.6% si incluimos a Bringing Europe); la serie de pequeños partidos que surgen como escisiones de Syriza (Course of Freedom obtendría el 2.4% de los votos, 2.9% si incluimos todas las estimaciones) y Unidad Popular caería al 1.6% de estimación de voto (2.6% si incluimos también Bringing Europe); y, sorpresa, el PASOK, que recupera apoyo. Los socialistas se moverían en torno al 8.4% de los votos, +1.1 puntos en comparación con el mes de enero (7.4% si incluimos todas las estimaciones), con sondeos, como el de Rass que lo llevan al 10% de intención de voto (9% según MRB).
En cualquier caso, ND está cerca de duplicar la representación de Syriza, tras sumar 8.5 puntos a sus resultados, con sondeos, como el de la Universidad de Macedonia, que lo sitúa cerca del 40% de los apoyos. Este escenario no se producía en el país heleno desde las elecciones de 2009, las que auparon a Yorgos Papandréu como primer ministro hasta que su dimisión abrió la veda a un Gobierno de tecnócratas en Atenas y a la crisis política derivada de la misma.
En el caso del PASOK, suma 2.4 puntos a la representación anterior, tras constatarse que Amanecer Dorado no sería una alternativa viable en el país: A pesar de obtener el 8.7% de los votos de media (8.8% si sumamos todas las estimaciones) y de seguir como tercera fuerza parlamentaria, suma sólo 1.7 puntos en comparación con los resultados de septiembre de 2015. No parece que la formación tenga muchas opciones de crecimiento electoral en estos momentos.
Por su parte, el KKE se movería en torno al 8.3% de los votos de media, +1.2 puntos respecto al mes de enero (9.1% si sumamos Bringing Europe, que le otorga un 10% de intención de voto). Los comunistas sumarían 2.8 puntos en intención de voto, en la pugna con el Pasok por convertirse en la cuarta fuerza del Parlamento heleno.
Anel, el socio de Gobierno de Alexis Tsipras, mantendría el 2.7% de los votos de media (3.6% si sumamos todos los sondeos) mientras que To Potami confirma que atraviesa problemas de supervivencia al obtener el 2.2% de los votos de media (1.9% si tenemos en cuenta todos los datos). EK, el partido que, según parece, ha terminado comiéndole buena parte de su nicho de votos, obtendría el 3.15% de los apoyos (2.6% si tenemos en cuenta también los datos de Bringing Europe).
La situación política griega, a la espera de que el desarrollo de los distintos procesos electorales especialmente en Países Bajos y Alemania, transcurre mientras los acreedores siguen negociando con Atenas la evaluación de las condiciones del tercer rescate, con la vista puesta en el techo para la exención fiscal y los costes de financiación del sistema de pensiones.
Los acreedores (Comisión Europea, BCE, FMI y MEDE) han vuelto a exigir a Tsipras medidas para liberar el siguiente tramo de ayuda de 6.000 millones de euros, mientras el primer ministro griego, muy optimista, insiste en el fin de la austeridady en que no habrá nuevas cargas financieras adicionales para el ciudadano. Se prevé que haya acuerdo de cara al próximo Eurogrupo que se celebrará el 20 de marzo.