La carrera presidencial francesa parece haber entrado en terreno conocido. Tras los escándalos protagonizados, sobre todo, por el candidato de Les Republicáins, por primera vez desde que arrancó extraoficialmente la campaña de las presidenciales, se empiezan a exponer los distintos programas electorales con los que los candidatos de los diferentes partidos aspiran a ocupar el Elíseo. Y eso está teniendo una traducción clara: Marine Le Pen y Emmanuel Macron comienzan a alejarse del resto de candidatos en primera vuelta, en buena medida porque François Fillon ha comenzado a perder apoyo en el suelo electoral del que hablábamos hace una semana.
De acuerdo con los últimos trackings publicados, Fillon estaría en torno al 18.2% de los votos, -1.1 puntos respecto a la media que manejamos hace unos días. En la práctica, apenas hay empresas que le sitúen en ese 20% que señalábamos en plena tormenta por el Penolepegate y su deriva judicial y comenzamos a ver cómo algunas (Ipsos y Kantar) ya le sitúan en torno al 17% de apoyo. Hace unos días desveló su eslogan de campaña: Une volonté pour la France (un deseo para Francia).
Tanto Macron como Le Pen se consolidan como los grandes favoritos para pasar a la segunda ronda, con apenas un punto de diferencia entre ambos. El candidato de En Marche, en quien se estaría inspirando Pedro Sánchez si sale derrotado de las primarias del PSOE el próximo mes de mayo, estaría neel 25.4% de los apoyos, +0.6 puntos respecto a la última estimación que analizamos en este blog; hay un sondeo que le sitúa por delante de Le Pen (Oxoda) y otro que plantea un empate técnico entre ambos (Kantar).
La candidata del Frente Nacional, por su parte, sigue anclada en torno al 26.14% de media y pierde un punto respecto a la estimación anterior. Será interesante ver la influencia del debate que enfrentó este lunes a los cinco candidatos a ocupar el Elíseo, sobre todo en relación a las aspiraciones de los dos grandes favoritos. Según los sondeos con estimación en la segunda vuelta, Macron ganará con facilidad a Le Pen con una horquilla de entre el 602 y el 63% de los votos.
La campaña se le puede estar haciendo eterna al candidato socialista, que sigue perdiendo apoyo cada semana que pasa mientras recibe mensajes directos de destacados líderes de su partido, que le reprochan haberse alejado del legado que representa François Hollande. Benoït Hamon se movería ahora en un 12.8% de los votos de media, -1.2 puntos respecto a la estimación anterior, y ya se sitúa cerca de Jean-Luc Melenchon, que se movería en torno al 11.8% de los votos de media, un resultado muy parecido al que obtuvo hace cinco años (y 0.1 puntos más que la estimación que manejamos hace unos días).
Una muestra del desastre: El sábado, Melenchon movilizó a 100.000 simpatizantes en una marcha entre las plazas de la Bastilla y la República. El domingo, Hamon sólo fue capaz de reunir a 20.000 personas en la sala de deportes de Bercy, al este de París.
Movilización y fidelidad de voto en el Frente Nacional
El sondeo de IFOP preguntó por diferentes puntos que permiten observar el grado de movilización del votante del FN y también su relación de fidelidad con las siglas. Así, cuando se pregunta a los votantes del FN, el 77% tiene claro que repetirá el sentido de su voto; si se plantean otras alterantivas, el 7% apuesta por la abstención, un 6% por Macron y un 4% por Fillon. Fillon mantiene la fidelidad con el 63% de su electorado (con un 17% que votaría por Macron en el caso de que él no pudiera presentarse).
En la izquierda, encontramos mucho más movimiento: Los tres candidatos mantienen menos de la mitad de sus seguidores en cualquier caso. Si se pregunta por otras opciones, el 23% de los de Hamon votarían por Macron y el 16% por Mélenchon; el 14% de los de Melénchon votarían por Hamon y, atención, el 11% por Le Pen; y el 21% de los de Macron optarían por Hamon, con un 8% que lo haría por Fillon y el 6% por Le Pen. Los porcentajes de abstención de los votantes de todos los candidatos son muy parecidos: entre el 5-7%.
Un gráfico difundido hace unos días por el FT, a partir de datos de IFOP, nos permite vislumbrar cuál será el comportamiento electoral de los diferentes electorados en segunda vuelta. Atención al voto a Le Pen procedente de los simpatizantes de Fillon y cómo una parte del electorado de Hamon y de Melénchon optará por la abstención el próximo 7 de mayo.
En cuanto al voto más joven, el de los menores de 25 años, el 56% dice estar siguiendo la campaña con mucho o bastante interés (-15 puntos respecto al tracking anterior) y la gran mayoría tiene la televisión como el principal medio para seguir la información electoral. El 31% habla de la familia como fuente de información y el 30% señala Facebook u otras páginas de Internet.
Cuando se pregunta por los factores más decisivos a la hora del voto, el 74% cita la información continua en los canales telemáticos y el 72% la prensa escrita; el 68% menciona los actos de campaña mientras que el papel de Facebook (48%) o Twitter (40%) baja del 50%. Si se pregunta en términos personales, el 55% cita la prensa escrita, el 53% los canales de televisión y el 52% los actos electorales. La importancia de Facebook se sitúa en el 31%; la de Twitter, en el 24%, por detrás de los canales de Youtube.
A continuación, extraemos los temas fuerte que interesan a los votantes en la campaña. A destacar los datos relativos al empleo (93%), el nivel de vida o la educación (91%), la inmigración (73%) o el lugar de Francia en la UE (72%).
Si se pregunta por algunos de los asuntos que se están planteando durante la campaña por los diferentes candidatos, el 73% apoya introducir medidas proteccionistas que protejan a los trabajadores franceses de los costes de la globalización, el 64% apoyaría el servicio militar obligatorio y el 62% respaldaría que se prorrogue el estado de emergencia decretado tras los atentados de París de 2015.
Sólo el 33% apoyaría la salida de Francia de la UE y, entre las medidas impopulares, resalta la supresión de medio millón de puestos de funcionarios (propuesta de Fillon), aprobar el derecho al voto a los mayores de 16 años o revocar el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo.