Las urnas no despejan la incertidumbre política en Bulgaria

Una de las grandes incógnitas ante las elecciones generales adelantadas en Bulgaria este domingo era si las urnas serían capaces de arrojar un resultado capaz de cerrar la crisis abierta hace cuatro años, una crisis que no se ha resuelto en las tres convocatorias electorales celebradas desde entonces. Los comicios han confirmado que el país sigue apostando por gobiernos en minoría, por lo que la estabilidad vuelve a depender de la capacidad de los distintos partidos en trabajar y mantener acuerdos con otras fuerzas parlamentarias.

Con una abstención del 50%, Boyko Borisov puede apuntarse un tanto: Su partido, el GERB, clave en la gobernabilidad del país durante la última década, volvió a ser el partido más votado con el 32.55% de los votos,  un resultado prácticamente idéntico al obtenido hace dos años pero con mejor rédito. De acuerdo con los resultados del escrutinio, el nuevo Parlamento disminuye el grado de fragmentación que se vivió, sobre todo, desde 2013, con cinco fuerzas políticas con representación. Así, tenemos a cuatro viejos conocidos (uno de ellos, el Bloque Patriótico, ya se presentó como coalición en las anteriores elecciones, aunque entonces se excluía a Atack, que se presentó en solitario) y a un nuevo partido, Volya, que logró representación por los pelos.

Así, a pesar de repetir porcentaje de voto, el GERB gana 11 escaños debido al nuevo reparto de escaños debido a que varias fuerzas políticas con representación en el anterior parlamento no han logrado superar el 4% que supone el umbral necesario para conseguir diputados. Éste ha sido el caso del Bloque Reformista, uno de los socios parlamentarios de Bossirov en la anterior legislatura, que en esta ocasión se ha quedado en el 3.06%, -5.83 puntos respecto a las anteriores elecciones. También ha sido el caso de ABV, al que casi ningún sondeo previo otorgaba representación, y de Bulgaria sin Censura, que en estos comicios no se ha presentado como tal.

Como se esperaba, el Partido Socialista Búlgaro (BSP) consiguió un buen resultado que hay que leer sólo en clave comparativa: En los comicios de otoño de 2014 sus posibilidades se hundieron en las urnas tras un Gobierno de coalición que no duró ni dos años. Desde el domingo cuenta con 80 diputados que suponen el 27.20% de la representación, +11.8 puntos respecto a 2014. A pesar de que los sondeos le situaban muy cerca del GERB, finalmente la distancia entre ambos fue de más de 5 puntos. En este sentido, hay quien sostiene que los socialistas se pasaron de frenada al prometer que el país tendría una mejor relación con Moscú

También acertaron los sondeos en situar a Patriotas Unidos como tercera fuerza política con el 9.07% de los votos, un buen resultado si lo comparamos con el porcentaje de voto obtenido hace dos años pero negativo si, como apuntábamos anteriormente, tenemos en cuenta que en esta ocasión Attack se había sumado a la coalición. En total, las tres fuerzas obtuvieron el 9.07% de los apoyos, -2.73 puntos respecto a la suma de todas las opciones que concurrieron juntas en esta ocasión. Aun así, sus 27 diputados serán clave para la gobernabilidad del país.

El Movimiento de Derechos y Libertades (PDS), el partido en el que se aglutinan los representantes de la minoría turca, un 10% de la población total búlgara, perdió 5.85 puntos respecto a 2014 hasta el 8.99% de los apoyos, una caída que se explica por la fuga de votos hacia el BSP y, en parte, haci ael DOST, el nuevo partido para el que el presidente turco había pedido directamente el voto creando un conflicto diplomático, otro más, con Bulgaria. Tal y como se esperaba, el DOST quedó fuera del Parlamento con el 2.86% de los votos.

Por  último, la sorpresa llegó de la mano de Volya, el partido de Veselin Mareshki, de ideología liberal populista, que estuvo a punto de quedarse fuera del Parlamento búlgaro. Finalmente entró con el 4.15% de los votos y 12 diputados, que también podrían ser fundamentales para que Borisov intente la formación del Gobierno. Aun así, los resultados hundieron sus expectativas electorales: Se manejaba que podría conseguir el 7.8% de los votos y, recordemos, su líder consiguió el 11.7% de los apoyos en la primera ronda de las presidenciales del año pasado.

Borisov apuesta por un nuevo mandato

Tras conocerse los sondeos a pie de urna, bastante fiables, el primer ministro, que dimitió el pasado mes de noviembre tras el fracaso de la candidata del GERB en las elecciones presidenciales, Boyko Borisov confirmó que intentaría la formación de un nuevo Gobierno, posibilidad a la que se había negado en noviembre y que fue el origen de esta convocatoria electoral adelantada.

Con los datos sobre la mesa, y una vez desechada la posibilidad de un Gobierno de gran coalición, todos los caminos parecen pasar por una reedición del acuerdo con Patriotas Unidos (27 diputados), lo que nos llevaría a los 122 escaños de los 250 que componen la cámara búlgara.

La misma noche electoral, uno de los líderes de Patriotas Unidos mostraba disposición a apoyar un nuevo Gobierno del GERB si incluía medidas para mejorar la vida de los más desfavorecidos, compromiso contra la inmigración ilegal y oposición a la «amenaza de Turquía». El lunes, la formación matizó este apoyo, lo que da a entender que las negociaciones serán largas y el GERB tendrá que satisfacer una parte importante de sus demandas.

Tampoco está claro lo que hará Voyla: A falta de lo que ocurra con los Patriotas Unidos, sus 12 diputados serán claves para decidir el signo del futuro gobierno. Es posible que Mareshki opte por apoyar un hipotético gobierno formado por el BSP y los representantes de la minoría turca, sumando 128 escaños, sobre todo si quiere seguir cimentando la imagen de un partido de oposición al GERB, que, a pesar de todos los problemas, se mantiene imbatible desde las elecciones de 2009.

CODA. En tiempos en los que se denostan los resultados de las encuestas, encontramos en Bulgaria otro ejemplo de acierto. Nada más cerrarse los sondeos, Gallup y Alpha Research difundieron sondeos a pie de urna cuyos resultados se irían confirmando después con un algún margen de error: Según Alpha Research, el GERB obtendría el 32.2% de los votos, el BPS el 28%, la Unión Patriótica (UP) el 9.5%, el DPS un 9.7% y el Volya un 5.1% (finlamnete fue del 4.2%). Quedarían fuera el BR (4%) y ABV (2.4%). De acuerdo con los datos de Gallup, el GERB ganaría con el 32.8%, el BPS se quedaría en el 28%, la UP en el 9%, el DPS en el 7.3% y Volya en el 4.6%. Los reformistas obtendrían el 4%, un porcentaje que finalmente fue del 3.06%.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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