Valls pide el voto para Macron y Hamon roza el 11% de apoyo

El rumor se confirmó el miércoles. El ex primer ministro, Manuel Valls, rival de Benoït Hamon en la segunda vuelta de las primarias para elegir candidato al Elíseo, pidió públicamente el voto para Emmanuel Macron, ex compañero de Gobierno y con el que le une una enemistad pública. Valls defendió su decisión por su negativa a asumir riesgos ante una eventual victoria de Marine Le Pen: «Votaré a Emmanuel Macron porque no quiero tomar ningún riesgo por la República».

El anuncio, que se suma al goteo de adhesiones de destacados miembros del Partido Socialista, que han optado por apoyar al líder de otra formación en lugar de al candidato que eligieron en primarias, pretende pasar por encima de una obviedad: Tanto él como, presumiblemente, François Fillon pedirán el voto para Macron en la segunda ronda de las
presidenciales en aras de un cordón sanitario no expreso para evitar que el Frente Nacional toque poder (y no hay mayor poder en Francia que presidir el Elíseo).

Es decir, Valls se adelanta y opta por el argumento patriótico en la primera ronda para no hablar precisamente de los problemas de la candidatura de Hamon, excesivamente escorada a la izquierda para una parte nada desdeñable de cargos políticos del socialismo galo. Si tenemos en cuenta, además, el hundimiento de Hamon en los últimos trasckings electorales, la deserción de Valls confirma la hecatombe del PS ante las elecciones presidenciales, una situación que no sabemos cómo lograrán remontar de cara a las legislativas del próximo mes de junio.

Tras el anuncio de Valls, que parece muy medido, se comienza a hablar de una posible escisión en el PS. Si antes ya era difícil pensar en aunar al sector más izquierdista del partido (que optó por Hamon) con el centrista que lideró en las primarias Valls, las palabras de Hamon sobre el ex primer ministro hace unos días confirma que la sima es enorme y que los malos resultados que le auguran los sondeos no mejorará su situación: «En la vida hay principios: no se recompone una familia política sin respetar la palabra dada y el veredicto de las urnas, que es lo que ha hecho Manuel Valls».

El miércoles, tras conocer el anuncio de Valls, el artífice de la reforma laboral que fue duramente respondida en la calle el año pasado, Hamon señaló que la democracia ha sufrido otro golpe y pidió a los ciudadanos «sancionar a quienes van donde les lleva el viento»: «La democracia es la niña de nuestros ojos y hay que respetarla en todo momento (…) la palabra dada, la palabra firmada, ante el pueblo, debe ser escrupulosamente respetada».

Mientras, Macron agradeció el apoyo que le ha prestado públicamente Valls aunque dejó claro que no contará con él para gobernar en el caso de que gane las elecciones el próximo 7 de mayo: «Seré el garante de la renovación de las caras, de la renovación de las prácticas», dijo. Marine Le Pen, por su parte, tampoco ha desaprovechado la oportunidad para situar a Macron como un continuista del sistema derivado del PS: «Su candidatura está manifiestamente bajo la tutela de los salientes, bajo la tutela del sistema que quiere recolocarse a cualquier precio».

Hamon no remonta en las encuentas

Los últimos trackings electorales no son buenos para el candidato socialista, que sigue cayendo en intención de voto (particularmente en los trabajos publicados durante esta semana). Benoït Hamon se movería en torno al 10.9% de los votos, con estudios que le sitúan ya en el 10%, a la espera de descontar el efecto del anuncio de Valls. Baja casi un punto respecto a la anterior oleada que analizamos en este blog.

Las cosas marchan mejor para Macron, que ya despunta como el candidato más votado en la primera vuelta con una media del 25.3% de los votos (medio punto menos que en los anteriores trackings) y con casi todos los sondeos situándole por delante de Le Pen, que sigue cómoda en el 25% de media (mismo porcentaje que hace unos días).

La sorpresa, en este punto de la campaña, la podría dar finalmente Melenchon, que se asienta como la cuarta opción política con una media del 14.2% de los votos (+0.6 puntos), un porcentaje que mejoraría los resultados conseguidos hace cinco años.

Es posible que el líder de la Francia insumisa sea el candidato que más rédito pueda terminar sacando al anuncio de Valls, tanto en el sentido de fuga de votos de los electores más escorados a la izquierda, como en el caso hipotético (aunque poco probable) de que Hamon termine retirándose y pidiendo el voto para su persona, un escenario que sería la hecatombe absoluta para el futuro del partido pero que podría permitir que un candidato claramente de izquierdas pudiera pasar a la segunda ronda para competir, quizás, con Macron.

Por su parte, François Fillon sigue anclado en el 18.3% de votos de media. En los últimos estudios no se nota la imputación de su esposa por el Penelopegate, el escándalo que se ha llevado por delante la candidatura del llamado a ser quien disputara la segunda vuelta de las presidenciales frente a Le Pen.

Le Pen: Más apoyo entre los obreros y en las poblaciones pequeñas

Un estudio del IFOP publicado esta semana nos permite diseccionar el tipo de votante que está dispuesto a votar por Le Pen, en buena medida porque así se entienden los mensajes diarios que la líder del Frente Nacional lanza a diario a ese nicho de votos. La candidata de ultraderecha convence al 43% de los trabajadores, un porcentaje similar al que aglutinan por separado Macron (17%), Melenchon (15.5%) y Hamon (12%). Fillon es apoyado por el 8% de este tipo de elector.

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Según datos difundido por el IFOP, en 1981 el apoyo del voto trabajador a los partidos de izquierda era del 66%, un porcentaje que explica por sí solo por qué la izquierda (y el PS en particular) se encuentra hoy en esta situación. Si lo comparamos con los datos de las elecciones en las que el FN presentó candidato, encontramos que Le Pen ha ganado 30 puntos respecto al apoyo que su padre, Jean-Marie Le Pen, consiguió en 1988 (17%). El voto obrero se mantuvo estable en su apoyo al FN hasta que en 2012 Marine Le Pen tomó las riendas del partido: Se pasó de un 16% de los votos a un 33%, a la espera del 43% que se espera el próximo 23 de abril.

Por tipología, Le Pen encuentra mayor apoyo entre los obreros no cualificados (donde llega a un apoyo del 45%) y disminuye algo entre trabajadores cualificados del sector industiral y del transporte (40%).

Otro dato a tener en cuenta: La líder del FN convence más a los trabajadores menores de 34 años que a los que mayores de 55. Así, entre los más jóvenes obtiene un apoyo del 46% frente al 41% que logra entre los mayores de 55 años.

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IFOP destaca los resultados durante las presidenciales de 2002 (con Jean-Marie Le Pen como candidato): El apoyo entre los más jóvenes se quedó en el 27% (frente al 42% de los partidos de izquierda), del 23% entre los que tenían entre 35 y 54 años (42% entre los de partidos de izquierda) y un 13% entre los mayores de 55 años (42% al resto de partidos). Es decir, la escalada más importante del FN en estos años ha sido precisamente a la hora de convencer a los trabajadores con más edad (y que han sido los que se han enfrentado a los procesos de deslocalización y la reconversión industrial).

También llaman la atención los datos que tienen en cuenta las variables trabajador y tamaño del lugar en el que vive. Así, el FN encuentra mayor apoyo entre los núcleos de población rurales y con menos de 20.000 habitantes (49% y 45%, respectivamente), mientras reduce su apoyo significativamente según aumenta el tamaño del municipio: apoyo del 40% en los núcleos de población de más de 20.000 personas y una caída significativa en París, donde se queda en el 24% de los votos.

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Así, cuando se cruzan estos datos con el apoyo a otros candidatos de izquierda y a Macron, encontramos que se repite también los pronósticos: El apoyo a estos candidatos aumenta según se incrementa el tamaño de la población. Así, Melenchon y Hamon logran un apoyo del 26% entre las ciudades de menos de 20.000 habitantes (Macron se queda en el 17%), suben al 30% en las que tienen más de 20.000 personas (Macron se mantiene con un 17%) y ya aumenta significativamente en París (37% para los líderes de izquierda y un apoyo del 25% para Macron).

Otro estudio relativo al comportamiento de los funcionarios públicos, confirma que Macron es el favorito con un apoyo del 30% en el sector, seguido del 24% que obtiene Le Pen. Hamon se queda con el 17% y Melenchon con un 14%, mientras que Fillon, que ganó las primarias prometiendo el despido de medio millón de funcionarios, obtiene un apoyo del 8% en el colectivo.

Si observamos los datos comparativos con 2012, Le Pen conserva al 89% de los electores que votaron por ella en las anteriores elecciones, mientras que Macron y Hamon compiten por el voto que depositó su confianza en François Hollande hace cinco años: Así, el líder de En Marche! recibe el 42% del voto del presidente socialista mientras que su sucesor, Benoït Hamon, se queda con el 34% del voto socialista.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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