El ex presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, fue confirmado como nuevo presidente del SPD y candidato a las elecciones generales que se celebrarán el próximo mes de septiembre con el fin de acabar con el reinado de Angela Merkel, que disputa un cuarto mandato. La confirmación se tradujo en un mero trámite, sobre todo al estabilizarse la tendencia que apuntaron los sondeos nada más señala a Schulz como el candidato socialdemócrata: El partido se mueve por estimaciones de voto superiores al30%, un escenario que hace apenas medio año era impensable.
Y eso a pesar de que una parte de la prensa vendió el resultado de las elecciones del Sarre, un pequeño (apenas 1.5 millones de habitantes) y endeudado Estado del suroeste del país, que pasa por ser el más europeista del país, como el primer aviso de que la CDU tiene mucho que decir ante las elecciones generales. En el Sarre, la CDU ganó con el 40.7% de los votos, +5 puntos que hace cinco años y +11 puntos de diferencia respecto al SPD, que se quedó con el 29.6% de los apoyos. Die Linke, liderado por Oskar Lafontaine, obtuvo el 12.9% de los votos y AfD entró en el Parlamento regional con un 6.2% de los apoyos y ya tiene representación en 11 de los 16 parlamentos regionales alemanes.
Según los trackings electorales de cara a renovar el Bundestag, las expectativas de voto de la CDU y del SPD son bastante parecidas (apenas 1.3 puntos de diferencia). El partido que lidera Angela Merkel obtendría el 33.3% de los votos, -8.2 puntos respecto a las últimas elecciones pero sube +0.6 puntos respecto a los datos que analizamos en el mes de febrero.El SPD, por su parte, se sitúa en el 32% de intención de voto, +7.7 puntos en comparación con los resultados de las últimas elecciones y +1.7 puntos respecto al mes anterior.
Las estimaciones respecto al resto de formaciones con opción de lograr representación parlamentaria en septiembre se dividen en dos grupos: Cierta estabilidad respecto a los partidos ya conocidos y tendencia a la baja si hablamos de las aspiraciones de Alternativa para Alemania (AfD), a la espera del último empujón que pudieran recibir si el FN logra unos buenos resultados en las presidenciales y en las legislativas de junio y, sobre todo, del papel que pudiera jugar la gestión del Brexit en los próximos meses.
Por el momento, la ultraderecha alemana pierde apoyo respecto al mes anterior y hoy se movería en torno al 9.2% de los votos (-1 puntos respecto a los datos del mes de febrero y muy lejos de las estimaciones superiores al 13%que registraba hace apenas unos meses). Además, hay que tener en cuenta que nosotros publicamos los últimos trackings publicados por las distintas empresas demoscópicas y que estos datos confirman caídas respecto a los porcentajes recibidos a comienzos del mes (en beneficio del SPD y de la CDU).
En cuanto al resto de formaciones políticas, Die Linke se estabiliza en el 8% de intención de voto registrado hace un mes, -0.6 puntos respecto a los datos recibidos hace cuatro años. Los Verdes, con el 7.5% de los apoyos de media, pierde medio punto en comparación con los datos del mes pasado y 1 punto si tenemos en cuenta sus resultados en las urnas. En cuanto al FDP, los liberales con los que Merkel gobernó en su segunda legislatura, se confirmaría también su entrada en el Bundestag con el 6% de intención de voto, es decir, los mismos resultados de los trackings electorales de hace un mes.
Con estos datos, caben tres opciones de Gobierno tras las elecciones federales: Por un lado, una reedición del gobierno de gran coalición (una opción que con estos porcentajes de voto por parte del SPD ya se puede descartar); que Merkel intente la formación de Gobierno con el apoyo de los liberales (un suicidio para el FDP, como pudo comprobar en 2013) con apoyo de los Verdes o incluso de AfD (a la espera de que se clarifique si habrá un cordón sanitario para evitar gobernar con ellos como ocurre en Francia o Países Bajos); o un gobierno de izquierdas con el apoyo de los Verdes liderado por Schulz. Tras 12 años de gobierno de Merkel, esta tercera opción parece la más factible en estos momentos.
CODA. Uno de los grandes procesos que se están confirmando en las elecciones nacionales de países con fuerte contestación interna a la política tradicional es la emergencia de la ultraderecha, sobre todo entre los votantes más jóvenes. En Alemania no parece que esté cristalizando la tendencia, lo que explica los buenos resultados que siguen proyectando los dos partidos tradicionales de su sistema político.
De acuerdo a los datos de Civery, centrado en los votantes de 18 a 29 años, el apoyo a AfD en este colectivo es del 4% frente al 41% que manifiesta su intención de votar al SPD o el 26% que asegura que lo hará por la CDU. Las opciones de la ultraderech alemana entre este segmento de votantes es prácticamente residual: El 9% afirma su cercanía por Die Linke y Los Verdes y el 6% se declara liberal (del FDP).