Macron mejora expectativas con menos del 75% de participación

Los  últimos trackings electorales recogieron una recuperación progresiva de Emmanuel Macron en el último tramo de la campaña. El resultado del debate con Marine Le Pen, la filtración de documentos privados y, sobre todo, el llamamiento de la izquierda tradicional a frenar a la candidata del Frente Nacional como fuera, podrían estar las causas que estén detrás de un resultado mejor de lo esperado.

El líder de En marche! superó las propias previsiones de las empresas demoscópicas y convenció a 20.7 millones de franceses de que le votaran, el 66.10% de los votos, frente a una Le Pen que duplicó los registros de su padre en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2002, pero que se quedó lejos de las previsiones de los sondeos que le llegaron a dar al 42% de la representación. La líder del FN se conformó con 10.6 millones de votos, el 33.90% del censo, cinco millones más de los que votaron por Jean Marie Le Pen en el último proceso electoral comparable al que vivimos este domingo.

A pesar de cierto discurso de que los ciudadanos comienzan a reaccionar en las urnas para frenar opciones de ultraderecha y/o populistas conservadoras, los resultados electorales en Francia lanzaron mensajes que habría que analizar con más atención. El principal es que Macron se ha postulado como la opción menos mala para muchos ciudadanos, obligados a elegir entre él y Le Pen. En este sentido, existen pocas muestras de euforia ante un presidente, que a la espera de lo que ocurra con su partido en las legislativas del próximo mes, puede incendiar el país aplicando las reformas y recortes esbozados.

Tampoco conviene perder de vista otros datos, como el de la participación: Como se anticipaba. fue significamente inferior a la media histórica del país. Acudió a votar el 74.5% de los ciudadanos, el segundo peor dato desde la fundación de la V República. Tenemos que retroceder a 1969, en las que votó el 69% del electorado, para registrar un dato tan bajo de participación en unas presidenciales. En total, 12.1 millones de votantes, el 25.44% del censo, decidió quedarse en su casa, +7.6 puntos respecto a lo que optaron por la misma posición en mayo de 2002. Si comparamos el dato con el que se dio hace cinco años, supone un retroceso de 5.84 puntos.

El líder de la Francia Insumisa, que optó por no pedir el voto para Macron en esta segunda ronda, aseguró que Le Pen había sido la tercera opción tras la abstención, a la que hay que sumar el voto en blanco (3 millones de papeletas, el 8.51% del censo) y nulo (un millón de votos, el 2.96% del censo). Estos datos ayudan a radiografiar el malestar de una parte importante de la ciudadanía ante el sistema político, que ha creado un antivirus llamado Macron que, la menos en estas elecciones, ha provocado el efecto esperado. A pesar del dato, ha quedado 16 puntos por debajo del resultado que obtuvo hace quince años Jacques Chirac frente al entonces líder del FN, Jean Marie Le Pen.

Confirmada la escasa penetración de Le Pen en las grandes ciudades

Igual que hace dos semanas, los resultados de las elecciones presidenciales en las seis grandes ciudades arrojan resultados parecidos: Le Pen encuentra grandes problemas para convencer al electorado. Además, en los grandes nucleos en los que el apoyo a Le Pen en la primera vuelta fue residual, Macron ha conseguido porcentajes de apoyo superiores al 80%, aunque sigue detectándose un apoyo mayor candidata del FN si aumentamos el foco a los resultados de los departamentos y, sobre todo, a las regiones.

Los datos confirman que el apoyo a Le Pen es mayor en los escenarios en los que hace dos semanas se votó por Mélenchon o Fillon como primeras opciones, sobre todo hay que recordar que en esos lugares Le Pen fue la segunda opción (y primera en el voto regional). También se registra un mayor apoyo según aumenta la participación, con la excepción de  la Isla de Francia (74.70%), donde hubo menor participación respecto a París (78.49%). En los departamentos y regiones que sirven de base para nuestro análisis, se registró mejor dato de participación en la región.

En París, donde el apoyo a Le Pen hace dos semanas fue testimonial (4.99%) Macron arrasó a Le Pen con el 89.68% de los votos frente al 10.32% que consiguió la otra candidata. El apoyo fue mayor en el departamento (21.28%), con Macron cerca del 80% del apoyo. La participación llegó al 78.49% en París, +3.79 puntos respecto al dato registrado en Isla de Francia.

En Marsella, Melénchon fue la primera opción en la primera vuelta (24.82%), aunque Le Pen fue segunda opción (23.66%) y primera tanto en el departamento (Boca Ródano, 27.21%) como en la región (Provenza, 28.17%). No es casualidad que sea la segunda ciudad donde el apoyo a Macron sea menor y una de las que registraron el dato de participación más bajo (69.33%, frente al 73.43% del departamento y el 74.40% de la región). El líder de En Marche obtuvo el 64.42% de los votos que se convirtió en el 57.85% en el departamento y el 55.47% en la región (casi -9 puntos respecto a los datos en la principal ciudad).

Lyon registra el tercer mejor dato de Macron en una de las grandes ciudades francesas con un 75.87% de participación. Consiguió el 84.11% de los votos aunque se registra una caída de casi 17 puntos de apoyo si se compara con los datos de la región (67.13%). Una posible explicación: En la primera ronda, Mélenchon fue la opción más votada mientras que Le Pen fue la cuarta opción (la segunda según los datos globales de la región). No hubo grandes aumentos de la participación en el Ródano (74.92%) o en la región (76.49%)

Niza es la ciudad en la que Macron obtuvo el peor resultado este domingo, con una participación por debajo de la media del país (74.91%, -2.86 puntos respecto al dato de la región, que llegó al 74.40%): El 60.14% votó por él (-6 puntos respecto a la media nacional) mientras que la distancia entre ambos candidatos en el departamento fue de menos de 5 puntos. En la primera vuelta, Fillon fue la primera opción (26.10% de los votos) aunque Le Pen se postuló como la favorita tanto en el departamento (27.39%) como en la región (28.17%). Macron fue la tercera opción entonces.

En Tolousse, Macron se hizo con el 82.97% de los votos, con una pérdida de casi 20 puntos de acuerdo a los resultados de la región (62.95%). Fue la ciudad con un dato de participación más bajo (67.40%), -7.16 puntos respecto a la media del país.  De nuevo, hay que recordar que Mélenchon fue la primera opción en la primera ronda (29.16%) mientras que Le Pen se quedó en cuarto lugar con el 9.37% de los votos. La participación llegó al 76.70%, por encima de la media del país, en Occitania.

Nantes registra el mejor resultado para Macron después de París: El 86.52% de los votos fueron para el líder de En Marche!, que cayó al 72.42% respecto a los datos en la región. Estamos hablando de una ciudad en la que Le Pen fue la quinta opción (7.12%, aunque llegó al 16.62% en términos regionales). De nuevo se observa cómo el apoyo a la líder del FN aumenta según se incrementa la participación: Del 74.9% en Nantes al 78.38% en el departamento y el 78.55% que registró la región.

Le Pen propone refundar el Frente Nacional

Los sondeos a pie de urna recogieron una distancia mayor para Macron respecto a los últimos trackings publicados. Se confirmaba, por lo tanto, que no había habido voto oculto ni un vuelco de última hora, ni siquiera con las informaciones filtradas en el último tramo de la campaña electoral, planteada como una suerte de excepción republicana para frenar al Frente Nacional.

Marine Le Pen reconoció pronto su derrota, peor de lo que esperaban en su partido, que daban por hecho que convencerían al 40% de sus votantes. A pesar de la derrota amarga, el Frente Nacional tiene motivos para celebrar: En quince años, ha duplicado los resultados de su padre y, de cara al futuro, parece que tiene claro que el objetivo son las presidenciales de 2022.

La misma noche electoral, antes de que se difundieran vídeos de cómo Le Pen celebraba los resultados, anunció una propuesta para transformar el Frente Nacional en una nueva fuerza política. En su discurso de aceptación de resultados, habló de la «descomposición de la vida política francesa» marcada por «la desaparición de los partidos tradicionales» y se propuso unas siglas nuevas que, por supuesto, ya no llevarán la carga simbólica que supone el Frente Nacional.

Por su parte, Macron anunció que no continuará al frente del movimiento fundado hace apenas un año y que le ha llevado al Elíseo: «No continuaré al frente de ¡En Marcha! porque voy a ser el presidente de todos. Cuento con ustedes de cara a las elecciones legislativas», dijo. Un movimiento político hecho a imagen y semejanza suya, con las propias iniciales de su nombre, queda descabezado políticamente, lo que plantea todas las dudas esbozadas antes de las elecciones por Cierzo Bardener.

Los precarios prefieren a Le Pen 

Igual que ocurrió en la primera ronda de las presidenciales, los estudios electorales confirmaron este domingo que la candidata de la ultraderecha penetró con facilidad en un tipo de electorado muy concreto: Obreros manuales y en, general, votante con problemas económicos. La constatación de esta dinámica hace pensar en un comportamiento electoral basado en el lugar que uno ocupa en el entramado social: Los votantes bien asentados desde el punto de vista laboral parecen menos inclinados a probar alternativas políticas que se perciben como novedosas o contrarias al statu quo.

Al revés, los que presentan un problema de inseguridad laboral y económico parecen manifestar tanto una crítica mayor al sistema como una tendencia a apoyar precisamente a quien recoja esa crítica más profunda al sistema. Si añadimos, en este caso, la propia imagen de campaña de Le Pen como una suerte de madre cercana a los problemas de los más afectador por los efectos de la globalización económica y la llegada de mano de obra barata desde otros países para competir con los trabajadores no cualificados, se entiende la cuadratura del círculo y el propio planteamiento de la campaña.

Es lo que Ipsos recoge en su estudio postelectoral. Le Pen sólo ganó entre los obreros (56% frente al 44% que obtuvo Macron), que también se convirtió en el grupo profesional más inclinado a abstenerse (32% frente al 25.4% de media nacional). Los directivos se decantaron claramente por Macron (82%), al igual que los jubilados (74%), profesionales intermedios (67%) o empleados (54%).

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De la misma forma, Le Pen consiguió mejor resultado (43% y 47%) enter los trabajadores por su cuenta y los desempleados, respectivamente. Macron la ganó tanto en los asalariados como en los que completan sus salarios con ayudas públicas o privadas (63 y 61% respectivamente).

El mejor dato de Le Pen lo obtuvo entre los que cobran menos de 1.250 euros al mes (45% frente al 55% que votó por Macron), un grupo en el que la abstención se disparó al 34% (casi 10 puntos más que la media nacional). El apoyo a Macron aumentó significamente entre los demás grupos de renta: Entre los 1.250-2000 euros al mes, el 59% votó por él; el 64% de los que declaran cobrar entre 2000 y 3000 euros también votaron con él, aunque el apoyo mayor le llegó entre los que cobran más de 3000 al mes (75%).

Le Pen arrasa entre los que declara llegar muy difícillmente a final d emes (69% frente al 31% que votó por Macron). Las tornas cambian a partir de los siguientes grupos: El 61% de los que llegan difícilmente a final de mes votó por Macron, al igual que los que no tienen problemas al respecto (79%). Los dos primeros grupos fueron los que registraron un mayor dato de abstención: 27 y 28%.

Tanto Ipsos como Harris midieron el comportamiento electoral de los votantes de los principales candidatos que no pasaron a la segunda vuelta hace dos semanas, y volvemos a dar malas noticias para quienes señalaban que los electores de Jean-Luc Mélenchon formaban parte de la misma base electoral que podría terminar votando a Le Pen. De acuerdo con los datos de Harris, el 53% de los votantes de Mélenchon se decantó por Macron este domingo y, a continuación, por la abstención (36%). Sólo el 11% de sus votantes votó por Le Pen.

En el caso de Ipsos, el porcentaje de apoyo a Macron por parte de la base electoral de Mélenchon fue del 52%, con un 7% que se decantó por la líder del FN. El 41% optó por l abstención, el voto blanco y nulo, por lo que parece que la actitud de su líder finalmente fue seguida por un importante porcentaje de votantes.

Ambos sondeos recogen cómo la mayor transferencia de voto se produjo desde las filas de los votantes de François Fillon: según Harrris, el48% votó por Macron y el 21% por Le Pen, con un 31% que se abstuvo. De acuerdo con los datos de Ipsos, el 48% de los votantes de Les Republicáins optó por el líder de En marche! mientras que el 20% se fue a la ultraderecha. El 32% optó por abstenerse o votar nulo.

Llama la atención el dato registrado por los votantes de Hamon que recoge Ipsos: El 71% votó por Macron pero el 27% optó por la abstención o el voto nulo. Harris rebaja en 10 puntos ese porcentaje de votantes que decidió no acudir a las urnas, a pesar de los llamamientos de los dirigentes del PS para votar por el ex ministro de Finanzas de Franóis Hollande.

Resaltamos dos datos más del trabajo de Ipsos. Por un lado, el comportamiento de los votantes según sexo y edad, con datos curiosos: El apoyo a Macron fue 6 puntos más alto entre las mujeres que entre los hombres (a pesar de que había una mujer que se disputaba el Elíseo) y Le Pen tuvo más éxito entre los votantes de 25 a 45 años (40 y 43% en ambos grupos de edad) mientras que Macron arrasó entre los mayores de 60 años (70% y 78% entre los mayores de 70 años). También el dato de abstención es curioso: más elevado entre los que tienen menos de 35 años, con hasta 16 puntos de diferencia respecto al grupo de edad que mostró más incentivos para acudir a las urnas.

Por último, resaltamos el comportamiento según el territorio, con datos ya conocidos: El apoyo al FN es residual en las grandes ciudades y es bastante mayor en los núcleos rurales. Así, el 72% de los votantes residentes en ciudades de más de 100.000 habitantes votaron por Macron frente al 57% que lo hizo en los núcleos rurales (15 puntos de diferencia).

El apoyo a Macron fue del 65% en los núcleos de menos de 20.000 habitantes mientras que el apoyo a Le Pen subió levemente en las ciudades de entre 20.000 y 100.000 habitantes (38%). El mapa de AFP que incluimos en este post confirma, asimismo, que sigue existiendo esa brecha transversal en el país, corregida este domingo por la propia dinámica de la contienda electoral.

Todos los datos citados abundan en la misma idea: Convendría no perder de vista lo que está ocurriendo en buena parte de los países europeos, algo todavía más reseñable en mitad de las celebraciones eufóricas de la victoria de Macron, que trasladan que un resultado de este tipo calma las aguas durante un tiempo y permite recuperar impulso al proyecto europeo. Próximos rounds: las elecciones legislativas francesas y las generales alemanas. No se prevén grandes resultados para los partidos de ultraderecha.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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Una respuesta a Macron mejora expectativas con menos del 75% de participación

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