Sánchez afronta eufórico la última semana de las primarias socialistas

El hundimiento del PS en las elecciones presidenciales francesas y su previsible batacazo en las legislativas del próximo mes de junio añaden interés a lo que ocurriría en España tras la elección del futuro secretario general del PSOE en las primarias que el partido celebra este domingo. En Francia, las bases socialistas eligieron en primarias a Benoït Hamon, que ha cosechado el peor resultado del partido desde los años 60. En España, existen cierta dudas de lo que podría ocurrir si Pedro Sánchez gana, sobre todo porque se trata de un candidato que logró los dos peores resultados para el PSOE en unas elecciones generales desde la restauración democrática, un fantasma que él y su equipo tratan de espantar estableciendo similitudes con Emmanuel Macron, el nuevo niño bonito de la política europea.

Este lunes, los tres candidatos se enfrentan a un único debate moderado por Carmen del Riego en la sede de Ferraz. Por primera vez desde el fin de semana del Comité Federal que acabó con la dimisión de Sánchez, el ex secretario general se enfrenta en público con la presidenta andaluza, a quien todos ven como cerebro de la maniobra que acabó con él, y de Patxi López, al que los sanchistas tachan de traidor por su decisión de dar el salto de liderar el partido.

Comienza este lunes la última semana de la campaña de las primarias socialistas, con un resultado más que incierto que, en principio, parece beneficiar a Sánchez. Y eso a pesar del enésimo encontronazo con los periodistas que siguen habitualmente la información del PSOE, a los que se negó a responder en un acto con militantes en Madrid. La impresión de que estaba emulando la estrategia del plasma de Mariano Rajoy fue tan evidente, que al día siguiente rectificó a medias y concedió una suerte de rueda de prensa, la primera en nueve meses, en un acto en el que mezcló a los periodistas con militantes. Con el añadido de que sus respuestas contaron con el aplauso de sus simpatizantes para pasmo de los periodistas allí citados.

Sánchez se siente ganador. Así lo escenfican sus actos abarrotados de militantes y su campaña en redes sociales, inmediatamente replicadas por sus afines. La consecuencia directa es una presencia apabulladora de su mensaje del día, especialmente destacado si lo comparamos con lo que logran Patxi López y Susana Díaz, que tiene la curiosa habilidad de recibir fuertes críticas incluso entre los ubicados como votantes potenciales.

De ahí el intento de aprovechar la penúltima rectificación de Sánchez en relación a la consideración de Cataluña: En la versión final de su propuesta, concibe a Cataluña y Euskadi como una suerte de «nación cultural» vinculada a la «nación soberana», que es España. En apenas un mes, Sánchez se rectifica a sí mismo y, de paso, coloca el problema catalán casi al mismo nivel que Susana Díaz, un hecho que la presidenta de la Junta no quiso desaprovechar: «Sí al reconocimiento de la diversidad, de las singularidades y de la igualdad, todo eso en el marco de una reforma de la Constitución (…). Lo voy a impulsar (la Ponencia Constitucional del Congreso) de manera inmediata, pero sin subastas, diciendo siempre la verdad y no cambiando porque haya un proceso de primarias o electoral».

Sorprendentemente, la memoria selectiva parece ser el estado natural de una militancia que sigue comprando el giro a la izquierda del candidato Sánchez, a pesar de  que en los tiempos del secretario general Sánchez se caracterizó por abrazar unas tesis parecidas a las que hoy defiende Macron.

Una fractura inevitable y creciente 

A la espera de lo que ocurra esta semana, ha quedado claro que la cercanía de los dos principales candidatos en la entrega de avales ha evidenciado que la fractura en el PSOE es mucho más profunda de lo que parece. Existe un malestar evidente entre amplios sectores de la militancia con el aparato en toda su dimensión y, sobre todo, voluntad de ajustar cuentas ante unas decisiones que no se sienten como propias y que, por primera vez, han sobrepasado los conductos tradicionales de crítica interna en la organización. El PSOE lleva abierto en canal desde el mes de septiembre y no hay voluntad de coser.

A pesar de que todo el que ha sido alquien en el partido desde la Transición ha mostrado su apoyo público por la presidenta de la Junta, las bases han mostrado su disconformidad con la posición oficial y, sobre todo, que no tienen ningún problema en apoyar a la persona que, históricamente, ha causado mayor irritación entre el entramado institucional del partido. No son pocos los que aventuran que una victoria de Sánchez destruirá el partido; en su cuaderno azul figuran ajustes de cuentas con líderes y cuadros medios que le apoyaron en las primarias de 2014 y que fueron parte de la rebelión interna que acabó con su dimisión en octubre del año pasado. Comenznado por la propia Susana Díaz.

Enric Juliana lo explicaba perfectamente este domingo en La Vanguardia: «Ha nacido un personaje, que hoy parece tener más fuerza que el secretario general entre aventurero y errático de hace un año. Un personaje curioso. Sánchez podría ser perfectamente el líder de la facción anti-Sánchez. El escarnio al que le sometieron le ha redimido. Y la última erupción volcánica de la corrupción madrileña le ha dado la razón ante miles de militantes que no entienden la línea oficial del partido. Las resonancias catalanas de la “madre superiora” también le ayudan. Todos los malestares suman y confluyen en un único malhumor soberano. Mucha gente tiene la sensación de estar viviendo en el interior de un grandioso esperpento. Los jóvenes se sienten radicalmente ajenos al país que les circunda. Hay ganas de rebote, con un creciente fondo de fatalismo».

Nadie puede dar por bueno hoy un resultado mínimamente ajustado con la realidad. Hasta el momento, se ha plasmado con la firma de avales a Sánchez el malestar y el desafío de la militancia ante la posición oficial, pero nada más (y nada menos). Escribía Xavier Borràs este fin de semana en El Mundo al respecto: «Dar la cara (o la firma) por Sánchez tiene el valor del desafío al poder establecido. Y quien decide hacerlo (han sido unos sorprendentes 53.117) llegará hasta el final».

No obstante, es muy posible que desde el susto que supuso la entrega de avales, el aparato del partido se haya puesto manos a la obra para conseguir que Díaz gane las primarias por el «bien de las siglas»  y, a ser posible, que la distancia con Sánchez sea mayor que los 6.000 avales que los separaron en la denominada «primera vuelta». Ahí será clave la posición que adopte finalmente Patxi López, al que algunos de sus apoyos instaron a apartarse para, precisamente, no perjudicar a Sánchez.

Como repetimos a menudo, el PSOE es mucho PSOE y, a menudo, se rige por lógicas que no tienen por qué ser las mismas que se usan para describir al electorado, especialmente al electorado de centroizquierda. De ahí que resulte irónico que la victoria final de uno de los dos candidatos dependa finalmente de lo que puedan hacer los militantes que han apoyado o apoyan al ex lehendakari, quien defendió su salto a liderar el partido con el objetivo de proteger a una siglas achicharradas por el descrédito general y por las luchas intestinas no resueltas.

Así, a una semana de que se abran las urnas en las agrupaciones socialistas, no cabe duda de que, con un resultado similar al de los avales presentados, la guerra interna en el PSOE no habrá acabado la noche del 21 de mayo y se prolongará, como mínimo, a los congresos federales y provinciales que se celebren después del congreso federal

Sigma Dos: La elección de Sánchez o López como líderes impulsa al PSOE

Ante el ruido, Sigma Dos realizó un intento de pulsar la opinión de los votantes socialistas ante la batalla interna del PSOE, un juego que esconde una trampa: Como hemos señalado en otras ocasiones, entre los electores socialistas habrá militantes, que son los que este domingo tendrán la última palabra en la elección del próximo secretario general. Por lo tanto, es aventurado establecer un paralelismo entre lo que opina la base electoral y la militancia, en principio más preocupada por elegir un líder que case bien con la estructura interna del partido y, sobre todo, capaz de defender la historia de las siglas.

Con este matiz realizado, Pedro Sánchez arrasa a Susana Díaz. En el caso de que el ex secretario general gane las primarias del próximo domingo, Sigma Dos le atribuye un 28.2% de intención de voto frente al 29.9% del PP, por lo que hablaríamos de un empate técnico entre las dos fuerzas mayoritarias. Así, Sánchez mejoraría en 4.7 puntos los resultados de un PSOE sin líder, un avance que se haría a costa de Unidos Podemos (que caerá al 18.6% de los votos) y de C’s, que se quedaría en el 13.6%.

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En el caso de que fuera Susana Díaz la vencedora de las primarias, un partido liderado por ella obtendría el 24.7% de los votos, +1.2 puntos respecto a la estimación actual; este resultado beneficiaría, sobre todo, a Unidos Podemos, que obtendría el 22.4% (+3.8 puntos en comparación con un PSOE liderado por Sánchez). Por su parte, en el caso de que fuera Patxi López el vencedor de la batalla, el PSOE escalaría al 27.4% de los votos (+4 puntos respecto a la estimación actual), y de nuevo el gran perjudicado sería Unidos Podemjos, que caería al 20.4% de intención de voto (casi 2 puntos más respecto a ubn PSOE liderado por Sánchez).

La principal conclusión es que, pase lo que pase, el PSOE mejorará con la elección deun liderazgo al frente del partido, y que esa mejora será mayor en el caso de que Sánchez fuera el elegido por las bases socialistas. Así, el 52% de sus votantes respalda que el ex secretario general del PSOE gane la votación, un porcentaje sólo superado por los votantes de Unidos Podemos (56.9%) que desean ese escenario.

El 27.1% de los votantes socialistas desea que sea Susana Díaz la elegida, una candidata que obtiene de nuevo mejores resutlados entre los votnates del PP (59.6%). Por último, López obtiene un apoyo del 14.4% entre los electores socialistas, que se dispara al 39.4% entre los de C’s.

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Por edad, la batalla se centra entre los dos candidatos que han presentado mayor número de avales: Susana Díaz es la favorita entre los que tienen entre 30 y 44 años (31.1%) y entre los mayores de 65 (37.1%), mientras que Sánchez recibe mejor dato entre los menores de 30 años (32.9%) y entre los que están en la franja de 45 a 64 años (31.3%).

En cuanto a las probabilidades que tiene cada candidato, los resultados de Sigma Dos va en la senda de lo que ha ocurrido en este proceso interno y vuelven a mostrar dos tendencias: Hay un empate entre Díaz y Sánchez y no existen grandes certezas de lo que pueda ocurrir el próximo domingo. Así, un 46.3% opina que será la presidenta de la Junta de Andalucía la que resulte vencedora mientras que un 44.9% señala que será Sánchez el elegido. Sorprendentemente, y a pesar de los datos anteriores, López aparece cerca con un 45% de probabilidades.

Si observamos el recuerdo de voto, entre los votantes del PSOE la opinión de que Díaz puede ser la vencedora alcanza un 5.64, el mismo dato que registran los votantes del PP y por encima del de C’s (4.88). En el caso de Sánchez, sus opciones de victoria llega al 6.71, con un 5.05 entre los electores de Unidos Podemos. Por último, López registra un 5.54 entre los electores socialistas (muy cerca del dato de Díaz) y cae al 4.88 entre los votantes de C’s.

El estudio de Sigma Dos se realiza a partir de 1.200 entrevistas recogidas entre los días 8 y 10 de mayo.

CODA. Éste es el único debate que mantendrán los aspirantes a la Secretaría General del PSOE en este proceso de primarias. Casi dos horas de reproches y de un diálogo dirigido a cada audiencia, con una evidencia: Las posturas que representan Díaz y Sánchez son irreconciliables y ni siquiera los intentos de Patxi López de destacar la necesidad de tener cuidado para no dañar aun más el instrumento que se tiene entre manos, el partido, dieron resultado. Casi con total seguridad, no ha habido desplazamiento de votos de una candidatura a la otra, a la espera de si los militantes que optaron por el ex lehendakari optan o no por el voto útil. Será sumamente interesante comprobar a qué candidatura se dirige si finalmente se produce.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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