Una de las grandes incógnitas, que hemos esbozado en el análisis de otros estudios demoscópicos, tiene que ver con la incidencia de la corrupción como termómetro de estimación de voto que, como hemos visto, no pasa una factura enorme al PP de acuerdo con los estudios realizados con los datos recogidos con fecha posterior a la explosión de la Operación Lezo. Existen otras formas de entrever la incidencia de este asunto: Su lugar en la lista de preocupaciones de los ciudadanos de acuerdo con el último barómetro del CIS.
De acuerdo con los datos, a partir de 2.492 entrevistas recogidas entre los días 1 y 8 de abril, la corrupción vuelve a ser el segundo problema para el 42%, -2.8 puntos respecto al barómetro anterior. Conviene tener muy presente la fecha de la recogida de datos para realizar el estudio, es decir, antes de la puesta en circulación del Tramabús de Podemos y antes de la detención del ex presidente de Madrid Ignacio González, de la dimisión encadenada de Esperanza Aguirre y de las novedades en torno a las prácticas de la familia Pujol. Por recuerdo de voto, este asunto interesa sobre todo a los votantes del PSOE (42.3%), de Compromís (48.1%) y de Unidos Podemos (50.4%), de C’s (51.4%) y de En Comú Podem (52.9%) y En Marea (60%).
El paro seguía siendo la principal preocupación para el 69.6%, -2.7 puntos de acuerdo con el barómetro del mes anterior, aunque seguía siendo el problema que afecta más directamente a la ciudadanía para el 37.4%. Por recuerdo de voto, destaca el interés entre los electores de En Marea (80.6%) y del PSOE (80.3%), así como del PP (74.4%). Sorprende que el interés entre los votantes de UP, C’s y Compromís quede por debajo de la media nacional.
Los problemas económicos aparecen, un mes más, como el tercer problema con un 21.2% que se convierte en un 22% cuando se pregunta por los asuntos que afectan más directamente. Por partidos, es un tema que destacan los votantes de En Marea (23.3%), C’s (24%) y UP (22.1%). Le siguen los políticos y los partidos políticos, que menciona el 20.9% de los ciduadanos, sobre todo los de C’s (27.9%) y UP (22.9%).
En un segundo nivel encontramos los problemas habituales: La sanidad es mencionada por el 12.6% (aunque ocupa la cuarta posicón con un 12.9% cuando se pregunta por los asuntos que afectan más directamente), la educación por el 10.4% (sobre todo entre votantes de Compromís, 18.5%, UP y En Marea 13.2%, o C’s, con un 12.5%) y los problemas de índole social (10.1%). En esta ocasión, resaltamos la preocupación por las pensiones que cita el 6.7% de la ciudadanía pero que escala al 9.5% cuando se pregunta por los asuntos que interesan más directamente.
Respecto al contexto político, el 69% lo define como mal (35.3%) o muy malo (33.7%), +13.3 puntos si lo comparamos con quienes se pronuncian así con la economía y -12.9 si lo comparamos con el barómetro del CIS publicado en mayo de 2016, con el país a las puertas de unas nuevas elecciones generales por la incapacidad de los partidos por acordar un candidato a la investidura de la presidencia del Gobierno. El 24% define la situación como regular. Así, el 12.2% considera que la situación es peor que hace un año, con un 28.7% que la califica de mejor y un 55.8% que mantiene que todo sigue igual. Respecto al futuro, el 13.7% señala que todo irá a peor, algo que no comparte el 20.7%, que cree que las cosas mejorarán, ni el 50.2% que considera que todo seguirá igual. El 14.6% no sabe qué puede ocurrir dentro de 12 meses.
Por su parte, el 55.7% define la situación económica como mala (35.7%) o muy mala (50%), -12.7 puntos respecto a quienes se pronunciaban así en mayo de hace un año. Un 37.3%, además, la cataloga de regular. El 2.3% considera que es peor que hace un año mientras que el 53.1% considera que todo fluye igual y un 22.4% apunta que ha mejorado. De cara al futuro, el 24.8% vaticina que irá a peor, con un 45.6% que mantiene que todo seguirá igual y un 15.2% que señala que mejorará. El 14% no sabe qué responder.
Modelo de Estado
El apoyo al modelo autonómico, en esta ocasión, sube respecto al sondeo anterior en 3.1 puntos y se convierte en el dato más alto de la serie, sólo comparable al 39.8% y al 39.9% de apoyo que recibía el sistema autonómico que recogían los barómetros de enero y febrero de 2016: El 40% defiende la configuración del Estado tal y como está concebido, algo especialmente claro entre los votantes socialistas (55.3%), entre lo sde En marea (46.7%), entre los de C’s (42.3%) y el PP (41.6%). También obtien eun 40.7% entre los electores de Compromís.
La recentralización del Estado es defendida por el 27.4% de los ciudadanos. El 16.9% reclama un Estado unitario, sin CCAA, algo que ve con buenos ojos el 26.6% del electorado del PP y el 20.2% del de C’s. El 10.5%, por su parte, aboga por reducir el nivel competencial de las CCAA, algo que respalda el 17.7% del votante del PP, el 19.2% del de C’s y el 11.1% del de Compromís.
El 24.3% defiende descentralizar más el Estado: El 14.9%, +1.7 puntos respecto al mes anterior, pide que las CCAA puedan aumentar sus competencias, algo que ven bien los votantes de En Comú Podem (48.5%), los de En Marea (26.7%), de UP (26.4%), de Compromís (25.9%) y del PSOE (16.2%). La posibilidad de que las CCAA se puedan convertir en Estados independientes convence al 9.4% de los votantes, +0.1 puntos respecto al mes de abril, y es claramente la opción entre los votantes de En Comú Podem (29.4%) y de los de UP (12%).
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