Una de las lecciones del trabajo de las empresas demoscópicas francesas o británicas ha sido la de publicar sus métodos para pulsar la opinión de los ciudadanos en clave de estimación de voto y estamos viendo las consecuencias. Desde hace unos meses, y tal vez para corregir el descrédito que las empresas demoscópicas tuvieron en los referendos colombiano y británico y en cierta medida por el resultado de las presidenciales de EEUU (a pesar de las señales que indicaban, ya en agosto, que Donald Trump podría ganar), los autores de las encuestas en procesos electorales como el francés, el británico o el holandés están acertando cuando se abren las urnas, un dato que contrasta con lo que pasa en España.
Las elecciones generales de 2015 fueron el primer aviso de que las distintas empresas no habían ajustado sus respectivas cocinas a los nuevos tiempos, con la presencia de dos partidos como Podemos o C’s que carecían de pasado previo que ayudara a ajustar sus proyecciones. Este dato se corrigió en parte en las elecciones del 26J, aunque la abrumadora mayoría de empresas asumieron la idea de que Unidos Podemos sobrepasaría al PSOE como segunda fuerza parlamentaria.
Tras un año de legislatura, tenemos el mismo problema, que se puede ver en la recopilación las estimaciones de voto publicadas a lo largo del mes de junio y que siguen en la misma línea en este arranque del mes de julio. No se explica de otra manera la disparidad de resultados entre el sondeo de Metroscopia y del Instituto DYM hecho público este domingo, sobre todo en relación a la proyección de los dos principales partidos del sistema de partidos español.
Según los datos recogidos por el sondeo del Instituto DYM para elconfidencial.com, a partir de 1.219 entrevista realizadas entre los días 22 y 28 de junio, es decir, en fechas coincidentes al trabajo de campo de Metroscopia, el PP todavía conserva buena parte de su capital electoral y sería la fuerza más votada con el 30.9% de los votos, -2.1 puntos respecto a sus resultados el 26J. El partido en el Gobierno sólo se había dejado 0.1 puntos a pesar de que en el trimestre transcurrido desde la última publicación de su sondeo le ha caído encima la Operación Lezo, el encarcelamiento de Ignacio González, la dimisión de Esperanza Aguirre, la reprobación de los ministros Catalá y Montoro en el Congreso o la dimisión del fiscal Anticorrupción tras informaciones que hicieron pensar en cierta connivencia con el PP. Según DYM, ninguno de estos asuntos habría pasado factura a las aspiraciones electorales populares.
Este escenario de estabilidad coincide con una proyección ascendente del PSOE de Pedro Sánchez, en la línea de lo que plantearon otros estudios a lo largo del mes de junio. Los socialistas obtendrían el 25% de los votos (+2.3 puntos respecto al 26J) y habrían subido nada menos que 5 puntos desde el mes de marzo, fecha del último sondeo publicado de DYM, y 8 puntos si se compara con los resultados de esta misma empresa en diciembre de 2015, antes de las elecciones generales que confirmaron la llegada de dos partidos nuevos. Según sus datos, tanto PSOE como PP habrían logrado conjurar la amenaza y mantendrían el 56% de la representación en la cámara.
Esta estimación se explica por la proyección de Unidos Podemos y de C’s. El partido de Pablo Iglesias obtendría el 17.5% (-3.6 puntos respecto al 26J y -2.4 puntos desde el mes de marzo), mientras que C’s conseguiría el 15.8% de los apoyos (+2.8 puntos respecto al 26J pero -0.4 puntos en comparación con el anterior sondeo de DYM). Según menciona el cuerpo de la noticia de DYM, con datos que no hemos podido verificar, el ascenso socialista se nutre de votantes de ex votantes de C’s (8.3% votaría hoy por el PSOE) y de UP (6.8%, aunque el 4.1% de los que optaron por los socialistas hoy se decantarían por la formación morada). En el caso del PP, habría recibido el 4.3% del voto estimado de las filas de C’s.
Respecto a la valoración de líderes, Albert Rivera conseguiría un 4.4 (frente al 5 del mes de marzo), seguido de Pedro Sánchez (4.3, un dato casi idéntico al 4.4 que obtenía entonces) y de Alberto Garzón, que pasa de un 4.8 en marzo a una puntación de 3.9. De nuevo, Pablo Iglesias y Mariano Rajoy siguen siendo los peor valorados: El líder de Podemos se queda en un 3.4 (frente al 3.7 de hace tres meses) y el presidente del Gobierno sigue bloqueado en un 3 de valoración.
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