Angela Merkel se prepara para afrontar su cuarto mandato como canciller. A dos meses de las elecciones generales, los sondeos sobre intención de voto apuntan a una victoria clara de la CDU, que ve cómo se aleja la posibilidad de que el SPD pudiera disputar un buen resultado que permitiera un gobierno alternativo al que encabezaría Merkel. Los sondeos publicados a lo largo del mes de junio despeja esa posibilidad y sitúan al SPD por debajo del resultado conseguido hace cuatro años, aunque todavía por encima de las estimaciones que le daban un 21% a comienzos de año.
Con un 38.5% de media, casi un punto más que hace un mes y sólo -3 puntos en comparación con hace cuatro años, la CDU sería el partido más votado el próximo mes de septiembre. Este resultado confirma el liderazgo de la propia canciller, con especial proyección durante las últimas semanas por sus posiciones respecto a la UE del futuro, por su buena relación pública con el presidente francés, Emmanuel Macron, y su posición ante los dos titanes sobre los que pivotó la última cumbre del G20 celebrada, precisamente, en Alemania: Vladimir Putin y Donald Trump. Y supone recuperar 6 puntos en cinco meses, es decir, en el momento en el que los sondeos proyectaban un mejor resultado para el SPD (en torno al 30%).
De acuerdo con estos resultados, los alemanes no sólo no estarían cansados del Gobierno de Merkel sino que estarían dispuestos a facilitarle un cuarto mandato apoyado en promesas económicas que pasan por garantizar las pensiones hasta el año 2030, reducir el desempleo por debajo del 3%, ayudas a las familias con hijos y reforzar la seguridad interior.
Con estas medidas, la CDU esta vez podría estar articulando un hipotético apoyo de los liberales. El FDP, que en 2013 se quedó fuera del Bundestag con el 4.8% de los votos, hoy se movería en torno al 8.65%, con una subida de casi medio punto respecto a los estudios publicados a lo largo del mes de junio. Hay sondeos, como el de Allensbach, que le sitúa en el 10.5%, por encima de los datos registrados por Die Linke y, sobre todo, los Verdes.
Con estos resultados, parece claro que tendremos que despedir a la «gran coalición» como opción de Gobierno en Berlín. Por el contrario, no resultaría descabellado que se reeditara el pacto firmado por la CDU y los liberales tras las elecciones generales de 2009, un acuerdo que está detrás de los problemas que afrontó el FDP en los comicios de 2013, en los que se quedó sin representación parlamentaria. Suponemos que el partido habrá aprendido de los errores pasados.
Un programa de centro izquierda y nuevas caídas demoscópicas
El SPD, con el 24.3% de media, obtendría ya peores resultados que los registrados en 2013, una situación que le aproximaría al papel que representa en España el PSOE y que coincide en el tiempo con una emergencia de las fuerzas de izquierda en Reino Unido o en Bélgica, donde un sondeo aventura la victoria de la izquierda radical en las próximas elecciones. Los socialdemócratas, que estos días trataban de recuperar la iniciativa política con la presentación de un programa electoral con claros tintes de izquierda, se dejan casi dos puntos en intención de voto respecto al mes anterior. Lo que indica que ni siquiera capitalizan la aprobación del matrimonio entre parejas del mismo sexo, que salió adelante con el voto en contra de Angela Merkel, a la que Martin Schülz catalogó como «un peligro para la democracia» por negarse a hablar del futuro del país.
El proyecto que lidera Schulz propone liberar 15.000 millones de euros de impuestos a las rentas más bajas con la consiguiente subida a las más altas, de manera que la tasa impositiva del 42% contaría a partir de unos ingresos anuales de 60.000 euros, y no de 54.000 euros como hasta ahora; también se subiría hasta el 45% la tasa a los ingresos superiores a los 76.200 euros anuales, además de eliminar para rentas medias y bajas el «Soli», impuesto de solidaridad para trasvasar riqueza a la Alemania del este. El SPD defiende que jardines de infancia sean completamente gratuitos, al margen de la renta, no dedicar más dinero a defensa y lograr la paridad de sueldos entre hombres y mujeres cuando realicen el mismo trabajo.
Die Linke, con el 8.75% de intención de voto, sube 0.35 puntos respecto al mes anterior pero sigue anclada en el 8.6% obtenido hace cuatro años. La esperanza blanca de la izquierda alemana, que podría aprovechar el impulso de lo que parece un cambio de ciclo ideológico en la UE, no aparece como alternativa para los ciudadanos. Por su parte, los Verdes pasaría del 8.5% de los apoyos recibidos en 2013 a unj 7.65% de intención de voto, +0.35 puntos también respecto al mes anterior. Con el resultado del SPD, que presumiblemente podría seguir perdiendo apoyo en las próximas semanas, se esfuma la posibililidad de un gobierno alternativo.
La buena noticia llega desde las filas de la ultraderecha. AfD, con Alice Weidel como nueva líder, cae al 8% de intención de voto de media, -0.11 puntos respecto al mes anterior, con sondeos como el de Allensbach que le sitúa en el 6.5% de apoyo. A pesar de su presencia en la mayoría de los parlamentos regionales, parece que ha pasado la ola que estaba dispuesta a llevar a la ultraderecha en volandas al Bundestag y se sitúa ya muy lejos de aquel 13.21% de apoyo que registró en el arranque de este año. Estos días trata de controlar la iniciativa mediática con el anuncio de un recurso ante el Constitucional germano por la aprobación de la ley que posibilita el matrimonio igualitario.
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