Agosto es un mes extraño desde el punto de vista de la demoscopia: Puesto que es muy improbable que se convoquen unas elecciones generales cuando el país está paralizado por las vacaciones veraniegas, apenas se suelen realizar estudios durante este mes por las escasas probabilidades de la simulación y también por las dificultades para realizar un trabajo de campo con calidad suficiente.
Por este motivo, apenas tenemos tres estudios publicados durante estas fechas sobre intención de voto: Dos de ellos se realizaron con datos del mes de julio (Metroscopia y CIS) y otro sí cuenta con referencias del mes de agosto, antes de que los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils se produjeran. Con estas prevenciones, el PP volvería a ser el partido más votado en el caso de nuevas elecciones generales, aunque se potencia su desgaste respecto a los últimos comicios pero también en relación a los resultados de los sondeos de hace un mes.
Los ‘populares’ se moverían en torno al 28.9% de intención de voto, -4.1 puntos respecto a su representación actual y -1.2 puntos si lo comparamos con los estudios publicados a lo largo del mes de julio. A falta de pulsar la opinión de los españoles ante los atentados, el PP tiene un problema que se manifiesta en la dificultad de trasladar a la población los mensajes de recuperación económica y que éstos se relacionen con la gestión del PP al frente del Gobierno.
Según los estudios publicados, el PSOE se movería en torno al 23.9% de los votos, +1.2 puntos si lo comparamos con los datos del 26 de junio y +0.4 puntos si lo relacionamos con los sondeos publicados a lo largo del mes anterior. El «efecto Sánchez», por lo tanto, seguiría presente en las actitudes ante el voto de los españoles y el PSOE mejoraría las marcas obtenidas en las elecciones del 26 de junio pero también respecto a las del 20 de diciembre de 2015.
Si tenemos en cuenta la atribución de escaños que realiza Celeste-Tel, estaríamos ante un escenario muy parecido al que arrojaron las urnas en las elecciones generales que tuvieron que repetirse, con el PP en los 130-133 diputados (entonces obtuvo 123 asientos) y el PSOE en los 92-94 (el 20D consiguió 90). Con estos datos, que sitúan la distancia entre el primero y el segundo en apenas 5 puntos de intención de voto, conviene centrarse en los datos del resto de fuerzas con implantación estatal, porque ellos decidirán el color del futuro Gobierno.
Así, Unidos Podemos crece respecto a hace un mes al obtener el 19.6% de media (+0.4 puntos) pero sigue lejos del 21.1% conseguido en las últimas elecciones generales. Sus 60-63 diputados no le darían para configurar un espacio de izquierdas con el PSOE, a pesar de las notables buenas relaciones que estos días mantienen los líderes de ambos partidos, salvo que se cuente con las fuerzas nacionalistas periféricas.
C’s, por su parte, sigue siendo la gran incógnita: Sigue estable en los grandes números, con un 15.9% de intención de voto de media (un resultado casi idéntico al 15.8% de hace un mes), pero se configura como un partido susceptible de volver a estar sobrerrepresentado en los sondeos. Así, Metroscopia le otorga un 18.5% de intención de voto, +4 puntos en comparación con los datos del CIS o incluso de Celeste-Tel, el sondeo que le atribuye entre 40 y 42 diputados. Si éste fuera el caso, parecería que una parte del votante crítico del PP se podría estar yendo a C’s en estos momentos, lo que reforzaría su posición de fuerza de cara a una posible negociación para revalidar la llegada del PP a La Moncloa.
Desde este punto de vista, parece que las opciones de cambio o no pasan por el partido de Albert Rivera y de sus preferencias por configurar una alternativa al PP con PSOE y Unidos Podemos. En estos momentos, esa posible alianza se antoja muy lejana, sobre todo si se siguen filtrando datos de reuniones discretas entre la cúpula de Podemos con ERC en aras de un cambio político en Cataluña a corto plazo.
CODA. El politólogo Juan José Domínguez (@juanjodom ) aportó, durante estos días, en su perfil de Twitter referencias sobre posibles cambios en la intención de voto a raíz de los atentados terroristas de Cataluña. Según sus datos, el PP se despeña en las preferencias electorales de los españoles, algo que aprovecharía el PSOE, que estaría recuperando una parte del voto que se fue a la abstención tanto en las elecciones de diciembre como en las de junio. Se refuerza, así, la tendencia que dibujó el barómetro del CIS, que está en consonancia también con las estimaciones de voto de la mayoría de empresas demoscópicas.
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