El Partido Socialista luso afronta un ciclo electoral más que favorable. El pasado domingo, las elecciones municipales confirmaron el dominio socialista, que aglutinó el 38% del voto (+2 puntos respecto a 2013), cimentándose como la única opción frente a una oposición en declive.
Con un 55% de participación, un buen dato si hablamos del país vecino, el PSD de Pedro Passos Coelho, que anunció su intención de no optar a la reelección como líder del partido tras el descalabro electoral, se quedó en el 16% de la representación, y conserva 79 de los 106 ayuntamientos que controlaba desde 2013. Este porcentaje debe tomarse en consideración con dos datos más: El 2.5% que consiguió el CDS y el 9.5% obtenido por la coalición PSD/CDS, que igual que en las elecciones legislativas de hace dos años, se presentó junta en varios municipios.
Las cosas tampoco han ido especialmente bien para los socios parlamentarios del primer ministro, Antonio Costa. El PC se hizo con el 9.5% de los apoyos, -1.6 puntos respecto a las últmas municipales, con una pérdida de 10 de los 34 municipios que consiguió entonces, , y el BE se quedó en un testimonial 3.3% de los apoyos (+0.6 puntos) en unos comicios que han revalidado el dominio socialista en 157 de los 308 municipios, con especial mención a las grandes ciudades.
El PS se hizo fuerte en el norte del país (Braga, Bragança, Viana y Vila Real) y en Lisboa, donde Fernando Medina, sucesor de Costa, obtuvo el 42% de los votos. En Oporto, el independiente Rui Moreira obtuvo el 44.4% de los apoyos, seguido del socialista Manuel Pizarro (28.5%) y el candidato del PSD, Alvaro Almeida (10.3%, menos de la mitad que hace cuatro años).
Tras los resultados, la vista se ha dirigido al Partido Comunista, una de las piezas clave de la gobernabilidad lusa, que se dejó 62.000 votos y 10 ayuntamientos, que pasaron casi por completo a manos del PS. Esta semana, se reunió el Comité central y se valoró este castigo precisamente por el apoyo al Ejecutivo en una alianza inédita en los años de democracia y que se adoptó hace dos años para evitar, precisamente, un nuevo gobierno de Pedro Passos Coelho.
Así, resuenan las palabras de Jerónimo Sousa, líder del PCP, que en la noche electoral apuntó: «Las poblaciones no han demorado en comprender qué errada fue esa opción». Hay quien interpretó que era una suerte de autocrítica al acuerdo parlamentario aunque esta semana se ha puesto más el acento en su reflexión a que se debe volver a la calle para buscar solucionar los problemas de los trabajadores: «la lucha se haga sentir en la calle. Es inevitable. Siempre fue la lucha de los trabajadores lo que dio soluciones a sus problemas».
Trasvase de votos en el centroderecha
Los sondeos publicados a lo largo del mes de septiembre plantean dos situaciones: Estabilidad en el bloque de izquierdas, con los socios parlamentarios del primer ministro a la baja, y ciertos cambios entre el PSD y el CDS, que estaría perdiendo votos a favor del partido de Passos Coelho.
Con un 42% de media, el PS gana casi 10 puntos respecto a las últimas elecciones parlamentarias y sigue cómodo en una mayoría muy estable, sobre todo si finalmente el PC decide emprender un giro para hacer oposición a las medidas del Gobierno de António Costa.
El CDU se movería en torno al 7.5% de los votos de media, -0.7 puntos respecto a 2015 y medio punto menos que hace un mes, a la espera de que se note el voto de castigo, si lo ha habido, registrado en las municipales. El BE, por su parte, estaría en el 8% de media, medio punto menos respecto a hace un mes pero -2.2 puntos si lo comparamos con su representación actual. Entre los tres partidos sumarían el 57.5% del electorado, un dato abismal cuando se cumple el ecuador de la legislatura en Portugal.
En el centroderecha, el partido del ex primer ministro sube dos puntos en intención de voto respecto al mes anterior y se situaría en el 27.5% de media. Su socio de coalición, el CDS, pierde medio punto respecto al mes de agosto y obtendría el 5.5% de media. Entre ambos aglutinarían al 33% del electorado, -5.6 puntos respecto a los datos del mes de agosto, un dato que habrá que seguir con atención en cuanto se abra la batalla por la sucesión en el liderazgo de Passos Coehlo.