Metroscopia vincula alta participación y movilización constitucionalista

A falta de que arranque oficialmente la campaña de las elecciones autonómicas del 21 de diciembre, convocadas por el presidnete del Gobierno, Mariano Rajoy, como consecuencia de la aplicación del art. 155 de la CE sobre la Generalitat catalana, todos los sondeos sobre intención de voto apuntan a un escenario de una alta participación para unos resultados que pueden suponer la plataforma de aterrizaje de la vía política e institucional del Procés en cualquiera de los supuestos.

Si el independentismo revalida su mayoría absoluta, todo hace pensar en que se echará el freno de forma más o menos clara hacia la proclamación efectiva y la puesta en marcha de la república catalana, según los movimientos de los principales líderes políticos del independentismo. Este supuesto no implica que haya un abandono de las opciones de independencia, que se pueden seguir trabando en la sociedad civil hasta encontrar un momento de madurez óptimo para dar el salto definitivo.

Por otra parte, un desplome claro del independentismo aceleraría esta posibilidad y añadiría una incógnita más a todo lo que rodea el conflicto catalán: el futuro de la masa social que ha empujado el Procés desde el año 2012 y que podría optar por la desmovilización o por un empuje claro hacia sus tesis, con la aparición de esa violencia de la que se viene hablando desde hace años y que, hasta el momento, ha brillado por su ausencia.

Todo hace pensar que una alta participación favorece directamente al movimiento independentista, algo que aparece en la mayoría de sondeos analizados hasta el momenot en este blog. Hoy vemos la excepción: De acuerdo con los datos del sondeo de Metroscopia para el diario El País, con un supuesto de participación del 80%, C’s prácticamente empata con ERC en porcentaje de voto y se queda a 4 diputados de poder empatar también en escaños. Como viene siendo habitual, todo parece indicar que estamos ante un nuevo ejercicio de inflar las expectativas de voto de C’s, que no sólo sería segunda fuerza parlamentaria sino que podría optar incluso por ser el partido más votado el próximo 21D.

  Con un 25.3% de los votos, el partido naranja gana 7.4 puntos respecto a las elecciones de 2015 y pasa de 25 a 35 diputados. Este avance se sustentaría en dos pilares: por un lado, C’s aglutinaría todo el voto que pierde el PP, que quedaría como séptima fuerza parlamentaria con el 5.8% de los votos y 6 diputados (-2.7 puntos y 5 diputados menos); por otro, recibiría buena parte del voto movilizado respecto a las últimas elecciones autonómicas (+5 puntos), sobre todo si tenemos en cuenta los datos del PSC y de Catalunya en Comú.

El PSC pasa a ser una de las fuerzas emergentes en estos momentos, con un 14.9% de intención de voto (+2.2 puntos) que se transformarían en 19 diputados (3 más que en la actualidad). Catalunya en Comú, por su parte, pasa del 8.9% de los apoyos a un 6.7% de intención de voto y sus 11 diputados de quedan en 8. Todo hace pensar que gran parte de ese voto, 2.2 puntos, iría a parar al PSC, que también sumaría el apoyo de la parte dura del electorado de la antigua Uniò. Esoenfatiza las implicaciones que ello tiene en relación a la idea de que C’s es la fuerza que convence al votante que no acudió a las urnas en 2015 y que ahora sí lo hará.

En el bloque independentista, no se suceden grandes cambios a los apuntados en otros estudios: ERC es la virtual ganadora del apoyo recibido hace dos años por Junts Pel Si y ahora estaría en el 26.5% de los votos y 39 diputados. Junts Pel Cataluña (JxC), la fórmula electoral de la lista de la antigua Convergència, obtendría el 13.6% de los apoyos y 21 escaños. Ambos concentrarían el 40.1% de los votos, +0.6 puntos respecto a hace dos años, y 60 de los 62 escaños que tiene en la actualidad (la corrección viene por el aumento de la participación). Por su parte, la CUP se movería en torno al 5.9% de los votos (-2.3 puntos respecto a 2015) y perdería 3 de los 10 diputados que consiguió entonces.

Sea como fuere, el independentismo aglutina al 46% del electorado, el mismo porcentaje que sumarían PP, PSC y C’s, a la espera de lo que finalmente haga CeC. En esta ocasión, su voto sería fundamental para volver a dar el gobierno al independentismo (ERC, JxC y la CUP suman 67 diputados) o al constitucionalismo (PSC, C’s y el PP suman 60 escaños).

Según los datos de Metroscopia, a partir de 1800 entrevistas realizadas entr elos días 20 y 22 de noviembre, los mayores cambios en la representación se produce en Barcelona, donde se reparten 85 diputados: ERC y JxC suman 33 diputados (uno más que hace dos años) mientras que la CUP se deja 3 (de 7 a 4). C’s suma 6 a los 17 actuales, pero el origen de los mismos no parece ir en consonancia con el resultado del resto de partidos: La CUP pierde 3 de los 7 actuales (uno, se entiende, iría a ERC/JxC); el PP pierde otros tres (de 8 a 5) y CeC 3 (de 9 a 6). Puesto que el PSC suma 2 a los 12 actuales, parece que C’s es el principal beneficiado de las pérdidas del PP, de CeC y de la CUP. Si la primera opción, el PP, resulta creíble, las otras dos pérdidas resultan ya menos probables.

En Girona, ERC y JxC pugnan por ser la primera fuerza, con 5 diputados cada uno (uno menos de los 11 que logró JxS en 2015). C’s suma dos diputados que sería uno que perdería el PP y otro de la lista de JxS. PSC, CeC y la CUP se quedan con el misom resultado que hace dos años.

En Lleida, ocurre algo parecido: ERC emerge como la fuerza más potente de la coalición JxS, aunque cuando se suman los diputados de ambos partidos, se pierde un escaño respecto a los 10 de 2015. C’s suma un diputado (que puede ser el que pierde el PP) mientras que el PSC pasa de un escaño a dos (previsiblemente, el que pierde JxS).Por último, en Tarragona sólo hay un cambio: La suma de los resultados de los partidos de JxS evidencia la pérdida de un diputado que sería el que sumaría C’s, que pasaría de 4 a 5. El resto de formaciones se queda con la misma representación que en 2015, con especial mención al PSC, que no suma más de los 2 diputados actuales.

En cuanto a la valoración de líderes políticos, es importante destacar dos aspectos: Por un lado, parece que no importa quién encabece la lista de C’s para Metroscopia, puesto que la fuerza electoral reside en la marca política y no tanto en el liderazgo. En el caso del independentismo, parece que hay confluencia de la marca política y de los liderazgos.

Así, Oriol Junqueras sigue siendo el mejor situado, con un 46% de aprobación que se dispara por el encima del 90% entre los votantes del independentismo. Lo mismo sucede con Carles Puigdemont (43% de aprobación) pero con matices respecto a Marta Rovira, la cabeza de lista de ERC en estos comicios: Aprueba para el 42% pero entre sus votantes logra un 86% (-10 puntos respecto a Junqueras).

Sí destaca el 96% que obtiene entre los electores de la CUP, que la sitúan al mismo nivel que el vicepresidente de la Generalitat. Respecto a otros votantes, consigue -11 puntos en comparación con Junqueras entre la base electoral de «los comunes». Carles Riera, el número 1 de la lista de la CUP, logra unos porcentajes muy bajos de aprobación incluso entre los  suyos (39%) y 27% entre los votantes de ERC o JxC.

Entre los candidatos constitucionalistas, Iceta es el mejor valorado, con un 36% de aprobación (87% entre los votantes del PSC) y con buenos datos entre los de C’s (67%), el PP (50%) o incluso entre los de CeC (43%), que le valora mejor que a los candidatos independentistas. En este sentido, Iceta logra un baremo parecido al de Xavier Domènech (36%), con una conclusión clara: Los votantes socialistas le valoran de forma peor a lo que logra Iceta entre los «comunes».

Inés Arrimadas se queda en una aprobación del 29%, un dato que contrasta con la intención de voto que Metroscopia atribuye a C’s. Entre sus votantes, la líder de C’s logra una aprobación del 87% (71% entre los del PP y 41% entre los del PSC). Xavier García-Albiol, por último, consigue una aprobación del 19% que se convierte en un 80% entre los votantes del PP y del 58% entre los de C’s, mientras que entre los del PSC se queda en el 21%.

CODA. El País publicó dato ssobre la opinión de los catalanes sobre la continuidad del Procés después del 21 de diciembre. Se pueden consultar los datos en este enlace, aunque nosotros destacamos dos ideas: El bajo porcentaje de quienes consideran que tras el 21D seguirá la situación igual (frente al 56% que opina que se buscará un acuerdo con el Gobierno central); y las preferencias por las coaliciones de gobierno tras los comicios. En este sentido, destaca el 58% de votantes de la CUP que apuesta por un Gobierno formado por partidos que busquen restablecer la convivencia; el 60% de votantes del PSC que apuesta por un acuerdo con C’s y el PP (pese a la opinión de Ferraz); y el escaso apoyo al pacto de izquierdas (ERC, PSC y CeC), sólo apoyado claramente por los «comunes».

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Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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