El miércoles se conmemoró el 39 aniversario del referéndum que aprobó la Constitución Española. Con una participación del 60%, el texto de la Carta Magna obtuvo un 91% de apoyo, lo que ayudó a cimentar el mito constitucional de la Transición política, que ha permanecido casi inalterable hasta que la crisis económica y financiera afectó directamente a las costuras del sistema.
A punto de cumplirse cuatro décadas de la permanencia del texto constitucional, cada vez son más las voces que hablan de acometer una reforma antes de que tal vez sea demasiado tarde. Este 6 de diciembre, tuvimos dos muestras de cómo la izquierda comienza a hablar sin tapujos de la reforma de la CE, en la línea de lo expresado por Pedro Sánchez para dar salida al problema catalán, o en relación a las reivindicaciones clásicas de IU, con una mención al derecho a la autodeterminación de los pueblos que, en los últimos meses, los principales portavoces de la colaición, con Alberto Garzón a la cabeza, han rechazado respecto a Cataluña.
El PSOE utiliza la intervención de Pedro Sánchez durante los días posteriores al 1 de octubre para reclamar un proyecto regenerador que vuelva a unir España. Este proyecto tiene como punto de partida un pacto entre generaciones que permita actualizar la CE para acomodar el texto a la realidad de 2017. Los ejes: Más democracia, más Europa, más justicia social y un Estado autonómico renovado. En definitiva, constitucionalizar valores que en 1978 con rango de derechos constitucionales, como la sanidad pública o la igualdad real.
Todo ello se plasma en un vídeo de algo más de un minuto en el que se entremezclan imágenes de las intervenciones de Pedro Sánchez a propósito de este asunto con imágenes del país, con especial mención a símbolos de Cataluña, palabra que no se menciona en ningún momento.
Como se puede apreciar, la propuesta de reforma de la CE, sobre la que Mariano Rajoy se habría comprometido a hablar, según Sánchez, no tiene nada que ver con la propuesta que en su momento lanzó el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero. Quince años después, apenas queda nada de aquella reforma técnica que se proponía ni tampoco como la del art. 135 en agosto de 2011 y ahora iríamos hacia una reforma más ambiciosa que viene explicada por dos fenómenos: La irrupción del 15M, en 2011, como el aldabonazo de aviso de esa ruptura del pacto intergeneracional como resultado de la crisis económica y financiera; y Cataluña como el eje vertebrador que ha obligado a casi todos a moverse respecto a la revisión del pacto constitucional como posible salida al conflicto.
Sin la crítica generalizada al sistema que se produjo en 2011, con una desafección creciente al mito surgido en la Transición y al país resultante, ni el cuestionamiento al statu quo que ha llegado desde Cataluña, en lo que puede ser la amenaza más seria al sistema nacido en 1978, no estaríamos hablando en este momento de una reforma constitucional de esta envergadura.
En esta línea podemos entender el spot lanzado por IU a propósito de la conmemoración del Día de la Constitución. Con una técnica mucho menos ágil que la del PSOE, se le da voz a personas que podrían estar vinculadas a la coalión que desgranan todos los puntos que el nuevo texto constitucional debería tener en sustitución del actual. Y se parte de un principio que busca dejar de sacralizar el texto: La CE de 1978 se votó en un contexto muy concreto (con amenaza de involución y la ultraderecha en la calle) y la mayoría del cuerpo electoral no pudo participar en el referéndum por edad.
De nuevo, volvemos a oír a hablar de un pacto intergeneracional (que no se denomina como tal), de lucha contra la corrupción y a favor de una justicia eficaz, de República (que tampoco se denomina como tal), de un reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo y de la inclusión de derechos culturales y de actualización de otros principios, basados en el feminismo, en el ecologismo, además de los derechos tradicionales (al trabajo, a la vivienda). Sorprende que, con sus antecedentes, no se hable de justicia social y desigualdad social y económica
Podemos, que esta vez sí decidió volver a enviar a Pablo Iglesias como cabeza de la representación del grupo parlamentario al acto institucional, celebrado en el Congreso de los Diputados, prefirió centrar la reivindicación de un cambio constitucional desde sus perfiles en las redes sociales basado en cinco ejes: La lucha contra la corrupción política; blindar derechos sociales (educación, sanidad, vivienda, derecho al trabajo y dependencia), que ya aparecen en el texto constitucional (alguno, como la educación, como derecho de especial protección).
También se opta por situar como eje la adopción de medidas para hacer efectiva una democracia real (políticos sin privilegios, participación ciudadana y «una persona, un voto», que abriría la idea de una reforma de la ley electoral que abandonara el sistema proporcional); fomentar la unidad desde la diversidad (con el Senado como cámara territorial, reconocimiento y valoración de la plurinacionalidad y reparto de los recursos de forma más justa); y una justicia independiente.
En las filas del centroderecha, el 6 de diciembre se centró en destacar la vigencia del texto constitucional en un momento como el actual, con la ausencia total de menciones a posibles reformas. C’s organizó la manifestación celebrada en Barcelona a favor de la Constitución, como parte de un acto más en la campaña electoral, y el PP lanzó un vídeo de campaña dirigido a centrar el marco en Cataluña y en el desafío que ha supuesto el independentismo.
En 1.22 minutos, se dedica la mitad del vídeo a Cataluña situando la Constitución como la respuesta frente a los que quieren romper España. Frente a ellos, se cita a «quienes queiren cambiar las cosas» (con imágenes de la manifestación de los impulsores de Parlem), para quienes quieren dialogar y para quienes necesitan garantías (con imágenes de manifestaciones en Cataluña con la senyera y la bandera de España). Luego se hace una traslación con el sentido del voto hacia el pasado, con imágenes de las colas para votar en el referéndum constitucional en 1978 como «respuesta a los problemas de todos, la garantía de nuestra libertad.
Al borde del minuto 1 se desvela el objetivo del spot: La CE cumple años (con imágenes del Rey Juan Carlos sancionando el texto) y se da paso al marco habitual en los argumentarios del PP (comenzó el periodo más próspero en la Historia reciente de España) que, en esta ocasión, enlaza con el relato de un país salvado de la quiebra por el Gobierno del PP que se disfraza con la frase de «un pueblo capaz de ir en la buena dirección en los momentos más difíciles».