Durante los últimos días, hemos visto cómo los respectivos candidatos comienzan a apelar al voto útil de cara a los comicios del próximo jueves. Albert Rivera ha sido el exponente más claro en esta estrategia al señalar que C’s es la opción ganadora frente al PP y, en los últimos días, frente al PSC tras constatarse que la mitad del electorado popular podría optar en estos comicios por la lista de Inés Arrimadas. Si damos por buenas las estimaciones de voto de estos días, del éxito de esa estrategia dependería que quedara como primera fuerza o no.
Desde hace semanas venimos señalando que existe poco margen para transferencias de voto entre bloques identitarios que se muestran muy polarizados a pesar del intento de Miquel Iceta de pescar en ese caladero hablando este jueves de indultos a los Jordis y a los miembros del Govern encarcelados, propuesta de la que se desentendió el PSOE y que fue tachada de prematura por el propio candidato este viernes. Sólo un incremento importante de la participación podría explicar el aumento espectacular de la intención de voto de C’s en las últimas semanas que recoge la mayoría de los sondeos, que podría verse acompañada por una transferencia de voto desde las filas del PSC que el partido de Miquel Iceta estaría maquillando con la llegada de votantes de los comunes, que también estarían optando por una suerte de voto útil.
En el independentismo, la campaña electoral ha terminado favoreciendo a la CUP, que se mantiene estable respecto a la intención de voto antes del inicio de la campaña, y sobre todo a JxC, que se estaría aprovechando de las transferencias de voto tras una fuga del electorado de ERC, que ha constatado una ausencia de liderazgo y cuadros medios que se ha puesto de manifiesto, sobre todo, con la prisión de Oriol Junqueras y con la presencia de sus consellers en Bruselas.
Estos apuntes explicarían los resultados del sondeo de Sigma Dos para El Mundo que a priori parecen bastante más creíbles que otros estudios publicados recientemente, desde Metroscopia a GAD3 para La Vanguardia. Así, Sigma Dos, a partir de 1550 entrevistas recogidas entre los días 11 y 13 de diciembre, sitúa a ERC como la primera fuerza parlamentaria con el 22.5% de los votos (-3.9 puntos respecto a la estimación del mes de octubre) que se traducirían en 34 diputados.
La lista de Carles Puigdemont se haría con el 16.6% de los votos tras subir nada menos que 6.8 puntos respecto a la estimación anterior, un porcentaje que supondría una horquilla de 23-26 escaños. La suma de ERC y JxCat, por lo tanto, arrojaría una horquilla de 57-60 diputados, hasta cinco menos en comparación a los que consiguió la coalición Junts Pel Si en 2015 a pesar de registrar una representación en votos similar (39.1% estimado, -0.4 puntos).
Con esta estimación, todo quedaría a la espera de la CUP, que obtendría el 6.4% de los votos (-1.8 puntos respecto a hace dos años) que se traducirían en 7-9 diputados. De las horquillas máximas de todos los bloques dependerá la consecución de la mayoría absoluta, si bien conviene recordar que es muy posible que las transferencias de voto se estén dando entre estos mismos partidos. Es decir, un buen resultado de ERC repercutirá negativamente en JxCat y en la CUP y al revés.
En el bloque constitucionalista, C’s conseguiría el 22.8% de los votos, +4.9 puntos en dos años y +3.2 puntos desde el mes de octubre, lo que confirmaría el éxito de la campaña electoral de la lista de Inés Arrimadas, que tendría un damnificado claro: El PP caería al 5.8% de la representación, -2.7 puntos respecto a 2015 pero -2.9 si lo comparamos con la anterior estimación de Sigma Dos. Si se confirmara este resultado en las urnas, el PP habría perdido hasta 4 diputados que habrían ido a engrosar la lista de C’s, que pasaría de 25 a una horquilla de 31-33 diputados.
El PSC, por su parte, pasaría del 12.9% de la representación a un 15.4% de intención de voto y sus 16 diputados se convertirían en 19-20. He aquí, por lo tanto, la primera duda que volvemos a registrar en relación a la procedencia del voto atribuido a C’s: Si partimos del supuesto de que los 4 diputados que pierde el PP engrosaría la lista de C’s, todavía nos queda por dilucidar el origen de entre 2 y 4 escaños, sobre todo si tenemos en cuenta que los socialistas pueden sumar entre 3 y 4 más. Aun dando por buena la transferencia de votantes de los comunes al PSC, cabría pensar que el aumento de la participación estaría cayendo totalmente del lado del constitucionalismo y que los restos que deciden el partido de los últimos escaños a repartir también estarían favoreciéndoles casi por completo.
Según Sigma Dos, Catalunya en Comú obtendría el 7.7% de los votos, casi un punto menos que hace dos años, lo que supone una pérdida de 3.3 puntos respecto a la estimación anterior. En la práctica, pasaría de 11 a una horquilla de 9-10 escaños, que podría explicar en parte el aumento de la intención del PSC (si obviamos que una parte de los comunes podría estar optando ahora mismo por la CUP o ERC si tenemos en cuenta la participación de ex diputados de CSQEP en la campaña de estos partidos).
En cuanto al reparto por provincias, volvemos a constatar que los mayores movimientos de votos se estarían produciendo en Barcelona, donde C’s sería primera fuerza con 20 diputados, tres más que hace dos años. En el caso de ERC y JxCAt, se harían con 19 y 13-14 diputados, pudiendo igualar o sumar un escaño más a los 32 que logró la coalición JxS y la CUP opodría obtener 5-6 diputado (1 ó 2 menos). El PSC podría conseguir 14-15 diputados (hasta 3 más que hace dos años) mientras que el PP se deja precisamente esos escaños. Por último, los comunes podrían conseguir 7-8 asientos, entre 1 y 2 menos que hace dos años.
En Tarragona, el único cambio registrado es la pérdida de apoyo de ERC y JxCat (que podrían dejarse 1-2 diputados en el camino) que serían los que convertirían a C’s en primera fuerza en esta circunscripción con 5-6 escaños, uno o dos más que hace dos años. Si tenemos en cuenta que Tarragona es la segunda provincia por población, estamos ante la constatación de la teoría de que los restos benefician a C’s prácticamente en exclusiva.
En Lleida, PP y PSC mantienen su representación en un escaño cada uno, mientras que los comunes sumarían un diputado que es el que podría perder la CUP, que quedaría sin representación. ERC aparece como la opción favorita, con 6 diputados, con JxCat con 3 escaños. La suma de ambos arroja la pérdida de un diputado respecto a 2015 que es el que podría sumar C’s, que podría conseguir 2-3 asientos.
En Girona, también se registran movimientos en la distribución de escaños: ERC sería primera fuerza con 5 diputados, con JxCat en los 4-5 diputados. La suma de ambos supondría una perdida de 1-2 diputados respecto a hace dos años, que son los que podría facilitar el movimiento en el resto de formaciones constitucionalistas y los comunes. Con la CUP igualando el diputado de 2015, C’s podría beneficiarse de la pérdida de un diputado por parte del PP y del movimiento provocado por la pérdida de representación de los comunes (que sería el diputado que podría haber llegado al PSC, que sumaría un escaño respecto a 2015).
Por último, Inés Arrimadas se postula como la líder constitucionalista con mejor valoración respecto al resto de cabezas de lista (26% califica su actuación de buena o muy buena), aunque también es una de las que suscita mayores rechazos, prácticamente empatada con Puigdemont y bastante por debajo de las opiniones relativas a García-Albiol. Por su parte, los líderes de ERC y JxCat son los que obtienen mejores valoraciones en conjunto (39.9% en el caso del ex vicepresidente valora su gestión como buena o muy buena y 35.9%cuando se habla del ex presidente de la Generalitat), aunque también suscitan opiniones muy negativas, particularmente en el caso de Puigdemont (29.1% define su actuación como muy mala)
La fractura social no se corrige tras el 21-D
Sigma Dos pregunta por el día después de los comicios y los datos confirman una división prácticamente idéntica entre los partidarios y detractores de la independencia. Así, el 45.5% quiere que el próximo gobierno trabaje por la independencia de Cataluña (75.8% de votantes de JxS y 83% de los de la CUP) mientras que el 47.3% lo rechaza (79.9% de votnates de C’s y el PP, 75.2% de los del PSC y 48.9% de los de CQESP).
El 27.4% pide la independencia para Cataluña en el futuro (62.8% de votantes de JxS y 83.8% de los de la CUP) mientras que el 39.1% reclama más autogobierno, una opción que apoyaría el 45.5% de votantes de C’s, el 73.8% de los del PSC, el 68.8% de CQESP y el 30.9% de JxS. el 15.9% prefiere que se mantenga el statu quo respecto al nivel de autogobierno (27.4% de votantes de C’s y 38.4% del PP) y el 6.2% reclama menos autogobierno, opción que apoyaría el 18.4% y el 19.7% de las bases electorales de C’s y PP, respectivamente.
Sobre las alianzas tras el 21D para formar Gobierno, destaca el 27.2% que apoyaría una vía constitucionalista sin los comunes (apoyada por más del 80% de los votantes de C’s y el PP y el 46.6% de los del PSC) y el 21.2% que apuesta por reeditar un acuerdo entre ERC, JxCat y la CUP (51% de votantes de JxS y 52% de la CUP). La posibilidad de sumar a los comunes a este gobierno es apoyada por el 13.5% de los votantes (40.1% de los de la CUP, 21.6% de los comunes y 24.4% de JxS) y la vía de izquierdas (ERC, CUP y PSC) es bien vista por el 14% del electorado (26.9% de los del PSC y 26.2% de los de CSQEP). Un significativo 24% prefiere no responder o no sabe.