Cargos públicos para devolver favores y el vodevil partidista en RTVE

Pedro Sánchez sigue completando la estructura institucional que le acompañará en lo que queda de legislatura. Tras completar el nivel de secretarios de Estado, tocan las Direcciones Generales y los puestos directivos emblemáticos en empresas públicas y en su elección se combinan los perfiles técnicos con los nombramientos de gente de confianza que estuvo a su lado en la defenestración como secretario general del PSOE.

Ahí están los nombramientos de Félix Tezanos, el mismo que firmó una encuesta en otoño de 2015 que situaba al POSE como primera fuerza política con el 30% de los votos, como director del CIS; de Manuel Escudero como embajador de España en la OCDE, en sustitución de José Ignacio Wert; y de su ex jefe de gabinete en Ferraz, Juanma Serrano, como presidente de Correos en lo que parece un premio de consolación por haberle sustituido por Iván Redondo en La Moncloa.

En relación a los perfiles técnicos, Sánchez sigue apoyándose en personalidades que trabajaron en su momento con José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba, en la constatación más potente de que el presidente del Gobierno, como líder del PSOE, no estaba precisamente rodeado por el equipo más solvente posible.

Sea como fuere, estos nombramientos, que parecen apuntar a que el presidente del Gobierno agotará la legislatura, están sirviendo de termómetro del alcance de la regeneración política que pretende liderar. Y ahí su relato naufraga: Sánchez está eligiendo para puestos clave a personas que carecen de experiencia (en lo que suena más a devolver favores personales que en buscar los mejores perfiles para gestionar lo público) mientras asume la idea de que las instituciones son una parte más de la lucha partidista en la que hay que colocar a sus fieles.

De forma secundaria, estamos confirmando, a pasos agigantados, que Unidos Podemos no dio sus votos a favor de la moción de censura de Sánchez gratis, como sí hizo C’s en su momento con el PP, y que éste puede ser el inicio de una relación más profunda a medio plazo, tal y como hemos avanzado en otros análisis. El caso emblemático, por su simbolismo y por la gestión nefasta que se está haciendo, está en la renovación de la presidencia de RTVE.

«Las elecciones se ganan en las televisiones»

Como bien recuerda Esther Palomera en un perfil en el que describe perfectamente a Redondo, éste es el mantra que alimentó los primeros meses de existencia de Podemos. La formación morada tenía claro que los platós de televisión constituían la plataforma para dar a conocer programa y liderazgos frente a un Parlamento que estaba controlado por la apisonadora de la mayoría absoluta del PP y en el que ni Podemos (ni luego C’s) tenían representación.

Esta consideración de la política y la vida parlamentaria se fue modulando con la entrada de los nuevos partidos en las instituciones para volver a recuperarse con plenitud con la llegada de Sánchez y, sobre todo, Iván Redondo a La Moncloa. Todas las voces apuntan a que buena parte de los despropósitos en comunicación de los últimos días tienen la huella del jefe de gabinete del presidente del Gobierno, con mención especial a la gestión de la renovación de la presidencia de RTVE.

El vodevil semanal ha tenido varias fases: Primero se filtró el nombre de Arsenio Escolar como el candidato preferido para, un día después, confirmar que se trataba de un globo sonda que, sin embargo, se movía en torno a eldiario.es, uno de los medios que más ha denunciado la manipulación en los informativos del Ente. Este viernes se dio por bueno el nombre de Andrés Gil, responsable de Política de eldiario.es, uno de los medios que con más interés ha seguido el movimiento de protesta de los trabajadores del Ente público por la manipulación política durante el mandato de Mariano Rajoy.

Andrés Gil, con una biografía político y que carece de experiencia en este campo, sería el encargado de gestionar un ente que combina información y entretenimiento (sector en el que tampoco tiene experiencia) con 1.000 millones de presupuesto y unos trabajadores que, este viernes, siguieron protestando por el cambio de cromos que los partidos políticos siguen considerando en RTVE. El comité de empresa sigue apostando por alguien de la Casa como presidente provisional a la espera de que se fije por ley el nombramiento del presidente del Ente de cara a futuro y, a ser posible, sin estar sometido a los criterios del partido político en el poder.

Poco después de confirmarse la elección de Andrés Gil, consenso que se habría alcanzado mientras Pedro Sánchez asistía a una cumbre fundamental en Bruselas a propósito de la gestión migratoria, Ana Pardo de Vera, directora de Público, contó desde su cuenta de Twitter contactos con PSOE y Podemos para que ella fuera nombrada presidenta provisional de RTVE. Con intenció o no, facilitó la narración más potente de la pinza entre PSOE y Unidos Podemos y la confirmación de cómo los partidos políticos siguen concibiendo los medios públicos como una tarta que repartirse en interés propio.

También quedaba claro que la formación morada tiene interés por que su impronta se note en la elección de cargos de confianza del Ejecutivo socialista, mientras Pablo Iglesias se lamenta en público de la negativa de  Sánchez a explorar una fórmula de Gobierno de coalición entre ambos partidos.

Estos días ha quedado en evidencia que, más allá del interés por despolitizar  RTVE o convertirla en un medio público real, UP y PSOE consideran que estamos ante un campo de batalla más que hay que controlar como sea y que hay profesionales que no tienen el menor problema en renunciar a su biografía a cambio de un cargo.

Tras conocerse el nombre de Andrés Gil como candidato de consenso entre PSOE y UP, se supo que el periodista había borrado prácticamente todos sus mensajes de su cuenta de Twitter; también Ana Pardo de Vera había hecho lo propio para evitar polémicas y/o episodios sonrojantes como los que vivió Màxim Huerta tras ser nombrado ministro de Cultura. La explicación de Pardo: «Mi cuenta es personal y las responsabilidades públicas trascienden lo personal. Debemos ser dueños de nuestras palabras en cada momento y contexto. La gente se equivoca, evoluciona, cambia… Yo también, seguro que más que la media».

Ironías de la vida, la directora de Público quedó fuera del proceso de selección y Gil, que no cuenta con el apoyo de ERC o el PNV, podría finalmente caerse como candidato para optar por un profesional de la casa, según informaciones publicadas en el momento de elaboración de este post. Es decir, ambos han renunciado voluntariamente a parte de su biografía y de su trayectoria en redes digitales a cambio de … nada.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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