CEO: Refuerzo independentista en las semanas previas a la elección de Torra

Con mucho retraso, procedemos a analizar los datos del barómetro del CEO correspondiente a la primavera pasada, con la vista puesta en la estimación del barómetro más reciente, que veremos en los próximos días, en el que ERC despunta como la primera opción en unas elecciones en Cataluña y también de cara a las generales. Consideramos útil explicar la evolución en relación a la estimación de voto, que también tiene que ver con los movimientos en el independentismo en relación a los políticos encarcelados o en el exilio y el intento de superar lo acontecido desde la celebración del referéndum del 1 de octubre.

Con un trabajo de campo de 1496 entrevistas realizadas entre los días 7 y 27 de abril, es decir, antes de la propuesta de Quim Torra como presidente de la Generalitat y de la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a La Moncloa, se registraban cambios  importantes, sobre todo en relación a la proyeción positiva de Catalunya en Comú y de la CUP, que se aprovechan de las caídas de PSC (casi 3 puntos) pero también de ERC y, sobre todo, de Junts per Catalnya (JxC).

En el bloque constitucionalista, C’s aparecía como la fuerza más votada en el caso de nuevas elecciones, en consonancia con la tendencia general en el país que recogían todos los sondeos sobre intención de voto. C’s, con un 24.5%, conservaba 33-34 de los 36 escaños conseguidos en las elecciones del 21 de diciembre, aunque se dejaba en el camino 0.85 puntos en intención de voto. En este contexto, el PSC se movía en el 11% de intención de voto (-2.86 puntos respecto a las elecciones) y pasaba de 17 a 13-15 escaños, con un PP en el 4.1% (-0.14 puntos) y 3-4 diputados. En total, este bloque sumaría entre 49 y 53 escaños.

El independentismo, por su parte, aparecía reforzado, en buena medida por las estimaciones de la CUP. La formación, que sufrió un desplome importante en las elecciones del pasado mes de diciembre, se recupera claramente y supera la barrera de los 9 diputados. Se movería en torno al 9% de intención de voto (+4.54 puntos) y pasaría de 4 a 11 escaños, es decir, en torno a la estimación que le atribuían los sondeos antes del 1 de octubre. Por su parte, ERC superaba a JxC como la primera fuerza del independentismo con un 20.5% de intención de voto (-0.88 puntos respecto al 21D) que se traducirían en 29-32 diputados. JxC srería la tercera fuerza con un 19.8% de apoyo (-1.86 puntos) yt 30-32 diputados frente a los 34 obtenidos en las elecciones.

Volvíamos a ver, por lo tanto, cómo el independentismo volvía a retroalimentarse: a pesar de las caídas de apoyos a ERC y JxC, el bloque independentista conseguiría entre 70-75 diputados frente alos 49-53 del bloque constitucionalista, por lo que sería irrelevante lo que pudieran hacer los comunes. Aun así, la lista liderada por Xavier Domènech presentaba un ascenso al 9.5% de intención de voto (+2.04 puntos) que le hacía sumar 3 escaños a los 8 conseguidos en las elecciones.

Con una previsión del 68% de participación, ERC aparecía como la formación que más simpatía despertaba (19.8%), seguido de JxC (14.7%), de los comunes (11%) y de C’s (9.3%), un dato que vuelve a indicarnos el voto oculto que la formación naranja tiene en Cataluña y que se completa con un 18.1% que mantiene no sentir simpatía por ninguna formación política. En cuanto al voto decidido, el 15.5% se muestra indeciso o no responde mientras que, los que lo hacen, apuntan a ERC (19.8%), JxC (15.6%) y C’s (10.7%). La CUP y los comunes empatan con un 8.8% y el PSC se quedaba en un 7.2%.

En cuanto a la valoración de líderes, los exponentes de los principales partidos volvían a ser los únicos que superaban el aprobado, lo que debería ayudar a dar pistas sobre la fortaleza del independentismo a pesar (o precisamente) de la mala imagen que registran fuera de Cataluña. Oriol Junqueras era el mejor situado, con una valoración de 6.18 (8.55 entre los votantes de ERC, 8.41 entre los de JxC y 7.59 entre los de la CUP). El ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, se quedaba en el 5.30 , que se disparaba al 8.89 entre sus votantes y que lograba un resultado parecido (7.6) entre los electores de CUP y ERC. Carles Riera, por último, obtenía un 5.32 (7.15 entre los votantes de la CUP y rozaba el 6 entre los de ERC y JxC).

En el bloque constitucionalista, Miquel Iceta era el mejor situado (3.49), con un buen dato entre los votantes del PSC (6.60) pero también entre los de C’s (4.39), PP (4.03) y CeC (4.45). Inés Arrimadas se quedaba en el 2.60 (7.48 entre sus votantes, 6.69 entre los del PP y 3.97 entre los del PSC) y GArcía Albiol era el peor situado con un 1.45 (7.14 entre los suyos, 3.91 entre los de C’s y 1.97 entre los del PSC). Doménech, por último, rozaba el aprobado con un 4.95 (6.48 entre los suyos, 4.95 entre los del PSC y por encima del 5 entre los votantes de ERC y JxC).

La estimación de voto al Parlament vuelve a presentar diferencias cuando analizamos el comportamiento de los catalanes en unas elecciones generales. Con un 21.4%, CeC volvía a ser la primera fuerza con un 21.4% de intención de voto (-3.1 puntos respecto a las elecciones de 2016) y pasaría de 12 a 10-11 diputados, con ERC como el partido llamado a ocupar su espacio: obtendría el 20.2% de apoyos (+2.1 puntos) y pasaría de 9 a 12 escaños.

En el siguiente nivel encontramos a C’s, con un 18% de intención de voto (+7.1 puntos respecto al 26J) y 8 diputados, con JxC en el 16.4% (+2.5 puntos) que se traducirían en 8-9 diputados, apoyo que marcaría una diferencia respecto a las estimaciones de otros estudios demoscópicos en relación a la proyección de los partidos catalanes en el Congreso. El PSC, por su parte, caería al 13.2% de los apoyos (-3 puntos) y pasaría de 7 a 5-6 escñaos, con un PP prácticamente irrelevante con un 7.7% deapoyos (-5.6 puntos) y 2-3 diputados de los 6 que tiene en la actualidad. En relación a este punto, parece que queda claro el ascenso de C’s a costa, sobre todo, del PP y, en segundo término, del PSC.

Con una previsión del 65% de participación, ERC también aparece como la primera opción en voto directo (20.2%), seguido de JxC (14.4%) y CeC (13.1%). C’s se quedaba en el 9.9% y el PSC en el 8.4%, con un PP citado sólo por el 3.3% del electorado.

Sube el apoyo a la independencia

El CEO de primavera recogía un aumento del apoyo a la independencia en el caso de convocarse un referéndum a propósito del encaje de Cataluña en España: Un 48% votaría a favor (+7.2 puntos respecto al barómetro publicado con datos recogidos en el arranque del año) frente al 43.7% que votaría en contra (-10.2 puntos). De nuevo, veíamos una brecha entre votantes de partidos independentistas (con apoyo de más del 90% entre los electores de JxC y de la CUP y del 86.1% entre los de ERC) y el resto de electores. A este respecto, llama la atención el 61.3% de votantes de los comunes que votaría en contra de la independencia, muy por detrás de la opinión de electores de PSC, C’s o el PP, que presentan porcentajes superiores al 92%.

El 68.1% consideraba que Cataluña tenía suficiente nivel de autogobierno aunque, cuando se planteaba en futuro, el 40.8% demandaba que fuera un Estado independiente, opción que apoyaban mayoritariamente los votantes de partidos independentistas. La consideración de Cataluña como un Estado en la España federal era aceptada por el 22.5% de electores (sobre todo entre los comunes) mientras que el 24% se sentía cómodo con la consideración de CCAA (especialmente los electores de PSC, PP y C’s). El 6.3% pedía que Cataluña fuera una región de España, con porcentajes superiores sólo entre los votantes de PP y C’s.

En este sentido, destacamos tres datos en torno a los ejes identitarios de los catalanes. Por un lado, en el eje izquierda/derecha, los catalanes se sitúan en el 3.73, casi un punto más a la izquierda que el resto de españoles, según el último barómetro del CIS. A la izquierda encontramos a los votantes de la CUP (2.30), los comunes (2.85) y ERC (3.03), con los del PSC ubicándose casi en ese eje (3.91). A la derecha encontramos a los de JxC (4.01), C’s (5.08) y el PP (6.77).

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Si nos referimos al eje catalanista, la media está en el 6.54, con los votantes de JxC (8.49), ERC 8.29) y la CUP (7.28) escorándose claramente. En el otro extremo encontramos datos curiosos: por un lado, a los votantes del PSC (5.40) y de los comunes (5.24), en datos ya conocidos. La novedad llega cuando vemos la ubicación de los votantes del PP (5.28) y C’s (4.01), bastante menos catalanistas de que sus competidores por el centroderecha español. Este dato, sin embargo, no se traslada cuando nos fijamos en el españolismo: Los votantes de C’s se sitúan e nel 6.80 frente al 8.09 del PP, por lo que quizás habría que preguntarse por la capacidad de penetración de otras identidades (como la europea) entre el electorado de la formación naranja.

En cuanto a los votantes del resto de formaciones, vemos que los de PSC se sitúan en el 6.07, con los comunes en el 3.72; las bases electorales de los partidos independentistas se ubican por debajo del 2 en esta consideración que, en su caso, sí coincide con la potencia de su identidad catalanista.

Un contexto sociopolítico que reitera la brecha 

Desde que la Diada de 2012 cristalizó el problema, hemos venido alertando de la evidencia: Existe un malestar en Cataluña respecto a la situación social, política y económica del país que, en su caso, presenta una puerta de salida a través de la independencia. Seis años después, el CEO sigue mostrando estas brechas que, además, tiene un efecto directo en el comportamiento del electorado en relación a su manera de conectarse con la política o en su percepción de los problemas que afronta Cataluña.

El 82.8% dice mostrarse poco (44.7%) o nada satisfecho (37.5%) con el funcionamiento de la democracia en un contexto en el que el 62.5% señala que la situación económica de España es mala (frente al 48.2% que define así el contexto económico en Cataluña) o el 85% que apunta en términos negativos la situación política (82.8% en el caso de Cataluña). Respecto al año pasado, el 48.3% considera que la economía va peor en Cataluña (70.9% cuando se habla de la política) aunque hay optimismo de cara al futuro. El 30.4% cree que mejorará la economía y el 42.3% se pronuncia así respecto a la política.

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En cuanto a los problemas de Cataluña, el 48.5% cita la insatisfacción política, el 46.3% las relaciones entre Cataluña y España y ya, lejos, el paro la precariedad laboral (29.7%). Si se habla de los asuntos más importantes, vuelven a aparecer estas tres referencias con porcentajes del 31.6%, del 27.2% y del 13.3% respectivamente. Además, si se pregunta por el partido mejor situado para resolver estos problemas, el 26.2% cita que ninguno, el 16.2% señala a ERC y el 13% a JxC.

El 58.9% dice sentir mucho o bastante interés por la política y el 69.3% asegura estar informado, con la TV (74.6% ) como medio preferente, seguido de Internet (52.8%), la radio (34.9%) y la prensa (36.4%). Si se pregunta por medios y cabeceras, destaca la preferencia por los medios catalanes como confirma el predominio de TV3 (45.1%), de RAC1 (34.5%) y Catalunya Radio (28.8%) o de La Vanguardia (31.7%), El Periódico (18.8%) o el Ara (15.2%) como principales medios de información.

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En Internet, el 80.8% dice consultar las ediciones digitales de los medios (sobre todo La Vanguardia), el 52% cita Facebook y el 39.3% páginas de organizaciones políticas. El 36.6% dice informarse a través de Twitter.

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En cuanto a la valoración de las instituciones, se repite la brecha que tiene su traslación en la posición de los votantes según el recuerdo de voto: La universidad es la institución mejor valorada (6.44), seguida de los Mossos (5.86) y los Ayuntamientos (5.46). En los últimos puestos de la lista figura la Monarquía española (1.74), el Gobierno de España (1.9) y la banca (2.35), con datos curiosos como la buena valoración de los consistorios por parte de los electores del PP (6.45).

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Así, destaca la baja valoración de la UE por parte de los votantes independentistas (seguramente a partir de su posición oficial a partir del 1 de octubre), al igual que el TC, el Congreso de los diputados o los tribunales. Entre los votantes constitucionalistas, destaca la puntuación de las FFAA o de los FSCE.

Por último, los políticos catalanes reciben una valoración de 4.55 puntos frnete al 1.99 que obtienen los políticos españoles o el 1.59 que conseguía el Gobierno de Mariano Rajoy en la fecha de recogida de datos del barómetro del llamado CIS catalán.

Acerca de llegalaultima

Politóloga y periodista en transición
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